
Por 30 años, ha dedicado su vida a llevar alegría a niños alrededor del mundo. A través de su carrera, le ha impreso mensajes de amor y de paz a todas sus canciones, pero eso no es suficiente. Siempre se puede hacer algo más. Saber que hay niños en el mundo que nunca han tenido un juguete en sus manos, es lo que ha llevado a José Vega, intérprete del payaso Remi, a crear su propia fundación: la Fundación REMI.
La idea de establecer una fundación surgió en Ecuador cuando se comprometió a llevar comida y juguetes a niños que vivían en medio de arrabales.
“Tengo que hacer una fundación, para hacerlo más organizado, para que tenga todas las de la ley, y así poder dedicarme a servir, a dar más que a recibir”, explica Vega.
La Fundación REMI, que se estableció oficialmente en marzo de 2009, identifica, a nivel mundial y en Puerto Rico, los casos de extrema pobreza y de necesidad en los niños. Se encarga también de recolectar juguetes, medicinas, comida y vestimenta para llevarlas a niños en países necesitados.
Actualmente, la fundación cuenta con 150 voluntarios y han visitado países como la República Dominicana, Haití, Ecuador y Guatemala. Cuando deciden visitar un país, ya han tenido una coordinación con un líder comunitario.
“Nos reunimos con ellos, identificamos las zonas y comenzamos a visitar el país. Alquilamos una camioneta grande donde puedan ser transportadas todas las cosas que llevamos,” dice Vega sobre las gestiones que necesitan hacer con anterioridad para que la visita sea exitosa.
Al visitar estos países, no sólo importan los juguetes o la comida que la fundación lleva, también importan las vivencias y emociones que traen los miembros de la fundación. Para Remi, no ha sido fácil internalizar que, a pesar de los avances de la humanidad, todavía haya personas en el mundo que mueran de hambre. El payaso Remi cuenta que, a través de su carrera, ha visto cómo los niños se acercan a él para pedirle autógrafos o fotografías, pero nunca había visto que un niño se le acercara y le pidiera que cambiara el juguete que le había obsequiado por un poco de comida. El payaso cuenta cómo los niños al verlo corren para ser abrazados. Son los mismos brazos en los que murió una niña que llevaba alrededor de un mes sin comer.
“Eso fue lo más que me impactó. Por esto fue que yo dije: tengo que hacer algo por la humanidad. Quizás no los salve a todos, pero por lo menos con que salve a uno, estoy contento y complacido”, agregó. Remi, quien cuenta con todo el apoyo de su familia, reconoce que ha encontrado varias trabas en el camino. Una de ellas, y la más que le entristece, es ver personas que no lo apoyan porque la fundación va más dirigida a ayudar a niños fuera de Puerto Rico.
“Yo ayudo a los de aquí durante 11 meses, pero un mes al año ayudo a los niños de afuera. No sé porqué me hacen ese comentario, eso me da mucha tristeza porque hay compañías que me dicen que ellos sólo ayudan a los de aquí”, comenta Remi. Pero, a pesar de todo, Vega se siente satisfecho, porque ha podido poner su granito de arena para que más niños se puedan beneficiar de lo que hace la Fundación REMI. Tan es así, que el próximo año visitarán El Salvador y Guinea Ecuatorial en África.
“Queremos dar. Es un proceso de todo ser humano. La fundación tiene que dar, y no sólo juguetes y comida, debe dar esperanza y en cualquier lugar del mundo que uno pueda transformar una vida con un poco de esperanza, fe y amor ya es un logro.”