
SOBRE EL AUTOR
Mis apreciados estudiantes, les presentaré un breve relato de la importante relación entre comunidad y universidad, universidad y comunidad; un junte de la inteligencia académica y la sabiduría del pueblo.
Antes que nada les expreso mis mejores deseos en este primer semestre de su primer año en la Facultad de Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Con mucho orgullo y alegría retorno a mi Alma Mater. Aunque me gradué en Mayagüez, estudié los veranos en la Iupi. La razón fue asegurar graduarme en cinco años de ingeniería. Además había otra razón de mucho peso, tenía una novia que estudiaba inglés en Pedagogía (la Facultad de Educación). Esa novia se graduó de este recinto y lo representó jugando voleibol. Ella es mi compañera de la vida, Tinti Deyá Díaz, patriota puertorriqueña y fundadora de Casa Pueblo, quien hoy felizmente retorna a su Alma Mater.
Identidad
Cuando decimos Alma Mater nos referimos a una expresión del latín que es usada para designar a la universidad. La universidad considerada como una madre y un padre que provee a sus hijos, los estudiantes, el alimento de los conocimientos universales para el ejercicio profesional. Por eso, cada alumno regular y egresado considera el Alma Mater a la universidad donde se formó y cursó estudios.
Entonces, ustedes y yo podemos decir con mucho orgullo que estamos reunidos en nuestra Alma Mater. Pero además de orgullo, esta Universidad nos brinda un asunto muy importante: identidad.
Identidad de manera sencilla es lo que sentimos cuando escuchamos el himno de Puerto Rico o enarbolan la bandera monoestrellada. Es sentir alegría cuando Mónica ganó nuestra primera medalla de oro en los juegos olímpicos. La identidad está en la lectura del poema “Yo fui mi propia ruta” de Julia de Burgos o cuando escuchas “Distancias”, poema musicalizado de don Juan Antonio Corretjer. Un verso suyo dice: Patria es saber los ríos, los valles, las montañas, los bohíos, los pájaros, las plantas y las flores, los caminos del monte y la llanura, las aguas y los picos de la altura, las sombras y los colores. Esa es la identidad de nuestra patria geográfica.
Como todos sabemos, a la entrada de la Universidad está ubicada una estructura muy llamativa construida en el 1937. Históricamente se le conoce como La Torre y se encuentra en el edificio Román Baldorioty de Castro. Con el tiempo, La Torre se ha convertido en símbolo emblemático y de identidad de la Universidad de Puerto Rico. Por eso cuando hoy caminaba de frente a La Torre me sentía feliz de retornar a la Iupi. Ese proceso de identidad que está en mí y en los egresados, ya ustedes lo deben estar sintiendo. Pueden ustedes decir orgullosamente, este es mi nuevo hogar, mi Alma Mater y aquí estaré por los próximos años.
Ética
Antes de llegar a la Universidad, ustedes se preguntaron qué iban a estudiar. Y escogieron la ruta hacia las humanidades, ciencias naturales, ciencias sociales, idiomas. Pero, además de tener respuesta a qué vas a estudiar, es fundamental preguntarse, para qué quiero estudiar y graduarme.
¿Para qué? La respuesta podría ser para convertirse en un ciudadano que se valga por sí mismo, para hacerle bien a la familia, al prójimo y cumplir con el deber con el pueblo de Puerto Rico. Eso es ética. La ética está relacionada a la moral, a la acción humana y define lo bueno y lo malo.
La respuesta a la pregunta de para qué quiero estudiar y graduarme, también se puede encontrar en cosas simples. Resulta que hace dos semanas celebramos en Casa Pueblo el “Encuentro de mujeres luchadoras por el ambiente” con representación de Honduras, Guatemala, Ecuador, Perú y Puerto Rico. La casa estaba llena de personas comprometidas con las aguas, los bosques y nuestra gente. Profesoras de esta facultad estaban presentes. Ese mismo día me encontré con Ada, maestra de escuela elemental y le pregunté lo que dicen sus estudiantes sobre lo qué van estudiar y para qué. Me contó que les preguntó a sus alumnos que iban a ser cuándo fueran grandes. Una niña contestó que iba a estudiar para ser maestra y para ser feliz. La sabiduría de la niña lo dijo, estudiamos entre otras cosas para ser felices. No se olviden.
Compromiso
En el 1980 leí un titular de periódico que decía: “A Explotar las minas de cobre, millones de dólares en ganancias, miles de empleos”. Aquello se convirtió en un desafío inminente. Me pregunté, ¿eso es bueno o malo para mi familia y para Puerto Rico? ¿Qué debo hacer?
Hoy, ustedes comienzan su primer semestre de clases y al igual que yo hace 36 años, tienen de frente un inminente desafío, de qué hacer, qué no hacer y cómo hacerlo para alcanzar la meta soñada.
En mi caso decidí enfrentar el reto, meter mano como dicen por ahí, y junto a otros organizamos un grupo comunitario. La primera respuesta a qué hacer fue: educarnos sobre el tema. Aprendimos que habían descubierto 17 yacimientos que contienen cobre, oro y plata. La metodología de extracción es cielo abierto que consiste en abrir unos enormes cráteres en cada yacimiento de una milla de diámetro por dos mil pies de profundidad. Además, removerían millones de toneladas de tierra, impactarían las aguas y el suelo agrícola. Adjuntas, Utuado y Lares se convertirían en pueblos fantasmas.
Por ser ingeniero pude de inmediato entender que la minería causaría una catástrofe ecológica y social impactando a todo Puerto Rico. Decidí poner mis conocimientos aprendidos en la Universidad al servicio de mi pueblo. Repito, poner mis conocimientos aprendidos en la Universidad al servicio de mi pueblo. Este es un asunto del que deben tomar nota.
Para Casa Pueblo la minería se convirtió en un reto de qué hacer y cómo para triunfar. Comenzamos un proceso de educación ciudadana y ya listos convocamos al pueblo a la primera jornada antiminera. Y sorpresas te da la vida, ¿saben qué? Una sola persona asistió para decir no a la minería. Apreciados estudiantes, la ruta del triunfo está acompañada de adversidades.

Sede de Casa Pueblo en Adjuntas. (Ricardo Alcaraz)
Les cuento, que del grupo de siete nos quedamos tres. Aquellos dijeron que el País no tenía salvación, que la gente prefería divertirse, ver las novelas, “parisiar” y coger los cupones en vez de luchar por lo nuestro. Los que continuamos nos preguntamos qué hacer para motivar al pueblo a defender la vida y el porvenir. Entonces, decidimos convertirnos en una universidad de la vida, educar sobre el tema. Brindamos cientos de conferencias en escuelas, barrios, pueblos y universidades. Fuimos creativos, nos las ingeniamos, hicimos muchos proyectos alternativos, sembramos árboles en la zona minera, creamos un concierto contando con un grupo juvenil de baile folklórico, músicos y artesanos. Pasaron quince años de arduo trabajo hasta que por fin derrotamos las minas y pudimos celebrar la victoria.
Y celebramos la graduación. Esta vez la plaza de Adjuntas se colmaba de 10,000 victoriosos celebrando el porvenir. Vencimos la indiferencia, la apatía, la dejadez para poder vencer el proyecto de explotación minera. Esa victoria fue posible porque teníamos un compromiso con nuestra familia, nuestro pueblo y nuestro Puerto Rico que nos motivó a luchar para alcanzar la meta. Estábamos satisfechos por salvar las aguas que desde Adjuntas llegan hasta la zona metropolitana. Aguas para la economía, los hoteles, las industrias y para abastecer los hogares de más de un millón de compatriotas; aguas que llegan hasta aquí, la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Sobre este tema de compromiso y minería hago un paréntesis. Pronto una Junta de Control Fiscal Federal de siete personas gobernarán al País. Vienen a buscar dinero para pagar una deuda millonaria en las que nos involucraron distintos gobiernos irresponsables. Les pregunto, ¿si ellos se deciden a explotar las minas qué dirán ustedes? ¿No o sí a la minería? Por favor, que se escuche ese No en Adjuntas. Gracias, por su solidaridad y compromiso con el País, que es también por nuestra Universidad de Puerto Rico.
Para cerrar el asunto del compromiso les informo que por esa jornada de salvar las aguas, la tierra y el porvenir de nuestra nación, Casa Pueblo, representando a Puerto Rico, fue seleccionado entre todas islas- naciones del mundo para recibir en el 2002 el Premio Internacional Goldman, equivalente al nobel del ambiente.
Motivación
Como sabemos, la vida universitaria lleva una constante metodología de estudiar para un examen, luego vienen otros, termina el semestre, comienza otro. Ese esfuerzo constante requiere mucha motivación.
Motivación es una palabra que viene del verbo latino movere, que quiere decir ponerse en marcha. Pero siguiendo con el cuento, derrotadas las minas nos pusimos otra vez en marcha y evolucionamos. Evolucionamos de la protesta, sin descartarla, a la propuesta. Iniciamos una nueva jornada para que la zona minera fuese designada como un bosque protegido por ley. Entonces tuvimos que volver a estudiar, esta vez sobre bosques, funciones e importancia.

Marcha convocada por Casa Pueblo en contra del proyecto del Gasoducto el 1 de mayo 2011. (Ricardo Alcaraz)
Luego de intensas campañas, en el 1996 logramos la primera reserva forestal por iniciativa comunitaria. Después, quisimos asumir responsabilidades como manejadores del bosque, pero se necesitaban expertos en la materia como herpetólogos, biólogos, dasónomos, micólogos. ¿Saben que hicimos? Volvimos a la Universidad, al Recinto de Mayagüez y logramos crear un extraordinario Consejo de Manejo Comunitario, un dream team. Así, Casa Pueblo se convertió por primera vez en la historia de Puerto Rico, en manejador del Bosque del Pueblo en Adjuntas. Habíamos transformado un proyecto de muerte a uno de vida y llevamos 20 años disfrutando de ese compromiso con el País.
Entusiasmo
Estimados estudiantes, de esa experiencia que les estoy narrando hay una lección que aprender: las metas y las dificultades se pueden superar si tenemos además de motivación, entusiasmo.
Nosotros en Casa Pueblo estamos llenos de entusiasmo. ¿Qué pasó después de lograr que se estableciera el Bosque del Pueblo? Volvimos aplicar el verbo latino movere y en marcha nos pusimos otra vez. Es como los estudiantes, aprueban el semestre y pasan al próximo y del primer año van al segundo.

En el Bosque La Olimpia se ofrecen cursos a estudiantes de escuelas públicas y privadas de Adjuntas, Utuado y Ponce. (Ricardo Alcaraz)
Entonces, decidimos por voluntad y esfuerzo propio adquirir una antigua casona para tener una sede permanente. Dije por voluntad y esfuerzo propio como ustedes en este Recinto. Poco a poco la restauramos y la convertimos en el centro cultural independiente, Casa Pueblo. Como necesitábamos fondos para mantenerla y manejarla creamos el Café Madre Isla para obtener independencia económica.
Con los años instalamos un sistema de energía solar que nos brindó independencia energética. Como vimos que eran importantes los proyectos alternativos sustentables, desarrollamos Radio Casa Pueblo, (de hecho seguimos esperando para poder retransmitir programas de Radio Universidad allá en la montaña), la Escuela Comunitaria de Música y más reciente el Bosque Escuela La Olimpia, donde ofrecemos cursos a estudiantes de escuelas públicas y privadas de Adjuntas, Utuado y Ponce.
¡Ah! Se me olvidó mencionar que Casa Pueblo tiene firmado un acuerdo con la UPR: comunidad y academia unidos para aportar a la economía sustentable del País. Juntos trabajamos el proyecto nacionalmente ya conocido como el Posterriqueño, un foco 83% más eficiente que usa la tecnología Led y ahorra $100 millones anuales. Estamos listos para comenzar. Pero al igual que la radio, este proyecto sigue pendiente. Vamos a ver si alguien ayuda a echarlo hacia delante.
Les aseguro que el entusiasmo mueve montañas. El entusiasmo es motor indispensable en el estudiante universitario. Con entusiasmo, metas claras y motivación se podrán enfrentar a las dificultades que siempre aparecerán en su camino y les aseguro que triunfarán.
Contratiempo
Es posible que ustedes hayan escuchado la frase, “que la vida no es color de rosa”. Así me decía mi mamá cuando le mencionaba las dificultades que tenía en la Universidad. Ariel también me repetía que “las rosas son hermosas pero van juntas con las espinas”. Así que en la vida universitaria te encontrarás con espinas en el camino y no todo será color de rosas. A eso podemos llamar contratiempos.
Hablando de contratiempos, hace unos cinco años el gobierno de Puerto Rico decidió construir un gasoducto desde el sur pasando por Adjuntas hasta Arecibo y siguiendo por la costa norte hasta Cataño. Decían, en una campaña mediática que costó sobre $3 millones, que iban a bajar la factura de la luz al pueblo.
Ante la propuesta gubernamental, ¿qué hicimos? Volvimos a la Universidad. Creamos una Comisión Técnica y Científica compuesta de ingenieros y especialistas que evidenció que el proyecto era engañoso, corrupto y no resolvía la crisis energética. Destruirían 2,500 cuerdas de bosques, impactaría 32 especies en peligro de extinción y la zona del karso que produce el 25% de las aguas potables de Puerto Rico. Además, ponía en riesgo a más 200,000 ciudadanos.
Educados y con argumentos comenzamos otra lucha, enfrentándonos a ese contratiempo mayor. Como alternativas al gas natural presentamos la energía renovable. Realizamos marchas, una en Adjuntas con unas 30,000 personas, nos unimos con grupos comunitarios y sectores incluyendo a los estudiantes, profesores y trabajadores de esta Universidad de Puerto Rico. La jornada fue ardua, hasta tener que hacer desobediencia civil frente a Casa Blanca en Washington. Finalmente, vencimos las dificultades, contratiempos y logramos triunfar.
Ustedes también enfrentarán contratiempos, unos externos como el apagón energético de los otros días que afectó a la Universidad y al País por causa de gobiernos que por décadas no han cumplido con su deber ministerial. También enfrentarán contratiempos internos en el camino universitario con aquellos que con vano empeño le hacen daño a la institución. Atender esos contratiempos es una responsabilidad como la de estudiar y superarse. El maestro Eugenio María de Hostos los convoca no solo al desarrollo profesional, sino a ser hombres y mujeres integrales y útiles a la sociedad. Les recomiendo que visiten el busto de Hostos que está cerquita del Teatro y le digan, maestro acepto tu convocatoria.
Quo vadis
Para finalizar les pregunto, ¿saben el significado de la frase Quo vadis? Quo vadis significa ¿adónde vas? ¿Adónde vas? es una pregunta que se deben hacer todos ustedes.
¿Adónde vas? Si alguien está pensando que la Universidad es un atrecho entre la avenida Barbosa y la Ponce de León debe saber que esa percepción de atajo de pasar por aquí sin saber que ha pasado, es incorrecta y superficial. Si alguien piensa que la Universidad es un estacionamiento para mantenerse sin principio ni final, esa es otra ruta que lo conducirá al fracaso.
¿Adónde vas? Si alguien cree que viene a la Universidad a obtener un título como trampolín para alcanzar puestos políticos, en el gobierno o en la empresa privada para hacerse rico cueste lo que cueste incluyendo la corrupción, debe saber que será un paria sin patria como algunos que por años y en el presente ocupan los titulares de la prensa.
Quo vadis, ¿adónde vas? Mis queridos estudiantes, si en sus mochilas llevan el compromiso de poner los conocimientos aprendidos en la Universidad al servicio de pueblo para aportar a la transformación del País, les aseguro que triunfarán en su Alma Mater y Puerto Rico se los agradecerá.
Muchas gracias.
Este ensayo conformó la Vigésima novena Lección Inaugural del año académico 2016-17 ofrecida en la Facultad de Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras el pasado 28 de septiembre. El autor es fundador de Casa Pueblo, un proyecto de autogestión comunitaria que tiene el compromiso de apreciar y proteger los recursos naturales, culturales y humanos. Obtuvo el Premio Internacional Goldman en el 2002, un prestigioso galardón identificado como el Nobel de la Ecología.