La enfermedad de Alzheimer es la cuarta causa de muerte en Puerto Rico y la sexta en los Estados Unidos. Según las estadísticas más recientes del Registro de Alzheimer de la isla, hasta el 31 de marzo de 2018 se habían reportado 18,097 casos de personas con esta condición, de las cuales 65% son féminas.
Se espera que estas cifras sigan en aumento debido a cambios en la población puertorriqueña, que cada vez se hace más vieja.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la demencia como un síndrome de naturaleza crónica o progresiva que se caracteriza por el deterioro de la función cognitiva, más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal. La forma más común de demencia es la enfermedad de Alzheimer, representando entre un 60% a 70% de los casos.
Cuando hablamos de Alzheimer no debemos limitarnos a pensar que se refiere meramente a la pérdida de memoria, aunque sí es una característica principal.
Este tipo de demencia afecta, además, el pensamiento, la orientación, la comprensión, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. Es decir, que más allá de un asunto de memoria, es un efecto en cascada que tiene un impacto físico, psicológico, social y económico no solo en las personas que la padecen, sino también en sus cuidadores, su familia y su entorno social.
Sin embargo, no toda pérdida de memoria significa diagnóstico de Alzheimer. Algunas señales comunes esta enfermedad pueden ser:
- Pérdida de memoria: olvidar información reciente, dificultad para recordar nombres o citas.
- Dificultad para desempeñar tareas habituales: preparar una comida, hacer una llamada telefónica u olvidar por qué entró a cierta habitación.
- Problemas de lenguaje: olvidar palabras simples y sustituirlas por otras al hablar o escribir.
- Desorientación de tiempo y lugar: puede perderse en la misma calle donde vive, no saber dónde está ni cómo llegó allí.
- Dificultad para realizar tareas mentales: puede confundirse fácilmente al pensar en cosas abstractas, olvidar el significado de los números o cómo se usan.
- Colocar objetos fuera de lugar: puede guardar cosas en lugares poco comunes.
- Cambios de humor o comportamiento: puede presentar cambios repentinos de humor sin razón aparente.
- Pérdida de iniciativa: puede volverse muy pasivo, sentándose frente a la televisión por horas, o durmiendo más de lo normal.
Con el propósito de mejorar el cuidado y la calidad de vida de las personas con la enfermedad de Alzheimer, el Departamento de Salud de Puerto Rico cuenta con el Plan de Acción 2015-2025, donde se establecen estrategias para mejorar la accesibilidad a los servicios y a la información relacionada con la enfermedad.
Además, el Centro y Registro de Casos de la Enfermedad de Alzheimer desarrolló su Guía para el Manejo y Control de la Enfermedad de Alzheimer, dirigida a los proveedores de servicios de salud en Puerto Rico.
No obstante, debe ser tarea de todos y todas educarse en temas como este y promover el llamado a la sensibilidad hacia la población de personas con Alzheimer, pero sobre todo, sus cuidadores.