De pequeño, Artemio López Ríos compartió junto a miles de fanáticos del fútbol la experiencia de ver al legendario Pelé en Puerto Rico. Desde entonces, con más emoción e ímpetu, siguió la ruta de lo que sería su estilo de vida y profesión: transformar, jugar y posteriormente dirigir clubes a nivel estudiantil y nacional.
Cualquier persona con sus innumerables campeonatos y larga trayectoria alardearía de grandeza, sin embargo, su modestia encubre una inteligencia táctica que resulta en el bienestar de su equipo: los Gallitos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP).
Como si fuera un juego de ajedrez, el dirigente prepara sus once fichas y cinco cambios antes que suene el primer silbido, el que marca el inicio del encuentro. Las piezas se acomodan en sus respectivos puestos asignados: el portero, la defensa, el centrocampista y el delantero, esta vez en un campo verde sin las cuadriculaciones del juego de mesa. En los 90 minutos que toma un partido regular de fútbol, “Temo”, como le llaman tras bastidores, se encarga de hacer movidas a conveniencia de su equipo, a la vez que estudia al árbitro y al adversario.
“El entrenador va a ver cómo es el otro equipo. Cuáles son sus debilidades, su aspecto físico y técnico, si nosotros lo sobrepasamos en algo…entonces ahí nosotros también tenemos que hacer nuestro scouting report; ¿cómo es la psicología del árbitro, qué le puedes decir, cómo puedes tomar ventaja de eso? Entonces, vamos a la aplicación”, dice Temo, quien es también profesor de Educación Física en la UPR-RP.
Actualmente, el equipo de los GAllitos, que dirige Artemio López Ríos se encuentra invicto en la LAI./Adriana de Jesús.
Temo toma su tiempo para estudiar el perfil de cada persona, especialmente de sus jugadores.
“Para saber cómo es la gente, lo que tienes que hacer es jugar un ratito con ellos y ya, los vas a conocer. Y yo juego con ellos. Cuando no estoy jugando, los observo”, explica.
En cada entrenamiento los analiza de acuerdo a su condición física, salud mental y emocional, lo que llaman en el salón de clases un “Triángulo de la Salud”. Con esta lectura, el mentor establece su método de juego, una adaptación de varias doctrinas aprendidas a través de su carrera.
“Tuve mucha experiencia desde muy niño y estuve expuesto a diferentes sistemas del fútbol. Tanto de diferentes partes de Europa, tuve entrenador español en la selección, como suramericano, brasileño, tuve boricuas, tuve centroamericanos, por lo que vi diferentes metodologías. En aquel momento que no habían tantos libros de fútbol, nos pusimos al día y establecimos un sistema ecléctico, por decirlo así. Un poquito de cada uno y comenzamos un trabajo. Al sol de hoy, estamos con nuestro sistema”, detalla.
El entrenador dice que su equipo es una familia./Adriana de Jesús.
Actualmente, su táctica resulta exitosa. Su equipo, los Gallitos de la UPR-RP, se encuentran invictos en la primera posición del fútbol masculino de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), y son los favoritos para conseguir el campeonato, lo que sumaría dos títulos al hilo.
Temo comenta confiado que tiene “un banco de talento de cara al futuro”, esto es, integrantes para este año y el próximo, aunque para él signifique más que sus jugadores se esfuercen.
“Lo más importante para mí es que ellos hagan el trabajo que se les está pidiendo. Hay trabajos que son de carga liviana y ellos lo hacen, pero por el trabajo que tienen que hacer más esfuerzo se les pide. El esfuerzo físico que ellos están realizando aunque fallen un gol pero si ellos están intentando, se valora”, añade, al tiempo que aclara que él no es persona de enfatizar lo negativo, sino que motiva a sus jugadores para que busquen una mejor oportunidad en la próxima ocasión.
“Yo los motivo a veces de más […] Yo soy un cheer de mi equipo. Yo no le hablo al equipo contrario. Yo le hablo al mío, que es el que yo he preparado y sé cómo se comporta cuando yo le hablo…”. Es una conexión familiar, de esas que se dan con el tiempo y las experiencias.