
Ante la crisis que arropa al país y en respuesta a posibles eliminaciones de recintos, así como a la posibilidad de una matrícula ajustada a los ingresos, algunos representantes estudiantiles del Sistema de la Universidad de Puerto Rico (UPR) se dieron cita ayer en La Fortaleza para discutir sus preocupaciones con el secretario de la gobernación, William Villafañe y con la secretaria asociada, Itza García.
Entre bombones de menta y chocolates (Kit Kat), se pusieron sobre la mesa varios puntos importantes. Los universitarios, entre ellos Wilmarí de Jesús, presidenta del Consejo General de Estudiantes (CGE) del Recinto de Río Piedras, Danilo Pérez Rivera, presidente del CGE de la UPR en Cayey, y Marysel Pagán Santana, presidenta del CGE del Recinto de Ciencias Médicas, dejaron claro que no es negociable una eliminación de recintos de la UPR. Para los concejales —entre los que no estuvieron presente la representación de Aguadilla, Ponce, Utuado, Humacao, Bayamón y Carolina— es fundamental que, durante los procesos, la actual administración tome en consideración a la comunidad universitaria y establezca, de igual forma, prioridades que trasciendan la cuestión económica para evitar lo que sucedió bajo la pasada administración del exgobernador Luis Fortuño.
Y es que, a pesar de que Villafañe intentó suavizar la discusión con chocolates, la dulzura no impidió que el secretario le bajara por el medio del plato a los estudiantes, aclarando que, aunque la posición de la administración de Ricardo Rosselló es que no se recorten recintos, a fin de cuentas, “está fuera de nuestras manos la decisión final”.
“Nuestro rol es más facilitador que otra cosa. En la medida que ustedes se adueñen de ese rol, de asumir el liderato y hacer que la universidad sea eficiente, pues nadie se va a meter. Está en sus manos proponer un modelo que atienda sus preocupaciones”, aseguró Villafañe, al tiempo que destacó que la clave es lograr un balance, pues “tenemos una realidad social y no vamos a estar de acuerdo en todo”.
“De parte nuestra está la apertura. Propongan algo y lo discutimos. No vamos a estar de acuerdo en todo, pero creo en el diálogo. La cosa deja de avanzar cuando ponemos delante las diferencias. Pongamos primero lo que no es diferencia y a lo demás le damos pensamiento. Enséñenos un modelo. Le estamos dando la oportunidad de que diseñen un modelo para nosotros evaluarlo”, añadió.
Villafañe aseguró que hay alternativas, pero que la comunidad universitaria tiene que reconocer que es momento de atender asuntos cuya naturaleza requiere poner de un lado los ideales.
“No quiero que vean que podemos darle larga a algo que es ya de principios. La idea de dirigirnos hacia una matrícula gratuita es lo ideal”, sostuvo. También resaltó la posibilidad de especializar algunas unidades de la UPR y sus posibles beneficios. Del mismo modo, el secretario enfatizó en la idea de que a la UPR no llegan estudiantes pobres y que, por tal razón, el ajuste basado en los ingresos es inminente para solucionar parte de la crisis.
No obstante, los concejales detallaron que si se da por hecho que una matrícula ajustada a los ingresos es necesaria, “la misión es ver cómo lo hacemos de forma justa”.
“Todos sabemos que en la UPR el dinero no llega a los estudiantes, se pierde en otras áreas. Estamos tratando de traer más dinero, porque es necesario. Pero, de igual forma, se le va a exigir a la administración que sea responsable y necesitamos apoyo. El ser responsable involucra una reducción de gastos en unas áreas”, dijo, por su parte, la licenciada Itza García, quien piensa que lo importante de especializar unidades es que “permite encadenar mejor los procesos”.
“La especialización te permite encadenar mejor, porque te enfocas en el área circundante a donde te especializaste. Eso es otro servicio. El ejemplo clásico: Aguadilla. Tienen un aeropuerto, los recursos y la maquinaria que genera empleos. Claro, tiene que haber un proceso transitorio. Hay que evaluarlo. No pretendemos que de la noche a la mañana un estudiante que está a punto de graduarse en Mayagüez se vaya para Utuado a terminar. Nosotros no vamos a trabajar así”, añadió la también presidenta de Plan para Puerto Rico.
Sobre la posibilidad de que el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) se independice, ambos funcionarios sostuvieron que solo han oído rumores y que tales señalamientos solo responden a la incertidumbre que reina en Administración Central de la UPR.
“Esta es la primera reunión que tenemos sobre el tema de la UPR en lo que llevamos de administración. No sabemos muchos datos específicos sobre la universidad, porque se han negado a llevar a cabo los procesos de transición”, sentenció García en alusión al intento de este gobierno de poner en marcha los mismos procesos transitorios requeridos en las agencias públicas, pero que en la UPR laceran el cuestionable carácter autónomo de la institución académica.
Por su parte, los estudiantes reconocieron algunos puntos positivos y reconocieron el hecho de que en el Plan para Puerto Rico se incluyeran servicios de la UPR al gobierno. Los universitarios le manifestaron a los funcionarios su apoyo a los proyectos 322 de la Cámara y 261 del Senado, ambas medidas ya radicadas en sus respectivos cuerpos.
Para los líderes estudiantiles, el que se creen fuentes de ingreso para la universidad y a la vez se contribuya al desarrollo de otras áreas sociales representa una gran oportunidad. Y es que, además, involucrar a la universidad en la comunidad pudiera servir como un espacio de práctica y experiencia laboral para muchos.
De acuerdo con Villafañe esa estrategia, contenida en el Plan para Puerto Rico, “es el Proyecto Mister Miyagi”. A pesar de que las relaciones históricas entre la UPR y el gobierno de Puerto Rico distan sobremanera del libreto del clásico cinematográfico de ‘Karate Kid’, para el secretario de la gobernación, la comparación cae como anillo al dedo.
Según Villafañe, en esta etapa del juego la UPR pudiera representar el personaje de Larusso en su primera etapa de entrenamiento. O sea, cuando brillaba el carro de Mister Miyagi. En esa línea, digamos que el gobierno jugaría el papel de Miyagi y los beneficios de ambos están representados en el ejercicio de limpiar o brillar el auto.
De salida, los estudiantes recomendaron sacarle millaje a la tecnología, hacer de la UPR una institución intermediaria en procesos de desarrollo de propuestas investigativas y mejorar la transparencia.
Asimismo, Villafañe y García hicieron un llamado a todos los grupos de la universidad a que se unan al desarrollo de un plan que represente a la comunidad universitaria. También le recalcaron a los concejales que tendrán un segundo turno al bate para ofrecer alternativas concretas que logren poner en marcha soluciones balanceadas a la crisis y, quién sabe, si saborear uno que otro Kit Kat en La Fortaleza.
“Tienen asignación”, puntualizó el secretario.
La siguiente reunión será anunciada en las próximas semanas. Se espera que se lleve a cabo luego de la celebración de las asambleas estudiantiles.