¿Se puede medir el conocimiento a base de las pruebas estandarizadas? Para la academia, estos exámenes son, de entrada, un mal instrumento de avalúo. Para el Departamento de Educación (DE), representan la manera de cuantificar y cualificar el aprovechamiento académico de los estudiantes para cumplir con estipulaciones legales.
En torno a este choque de perspectivas giró el panel titulado: “Pruebas estandarizadas y el nuevo plan de medición y evaluación: METAS-PR”, organizado por la Facultad de Educación del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPRRP) la semana pasada, en el marco de la Semana de la Educación y tras haber concluido la administración –por primera vez en las escuelas y colegios– de la prueba estandarizada de Medición y Evaluación para la Transformación Académica de Puerto Rico (META-PR), que sustituyó a las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA).
Según el subsecretario de educación, Harry Valentín González, “en el 2007 al 2015 [periodo en que se administraron las PPAA] sí existía un estigma de fracaso. [El] estudiante que no lograba la meta, que no lograba alcanzar la proficiencia, era un estudiante que se consideraba [que] no pasó la prueba, independientemente hubiese tenido ganancia académica”.
El funcionario aclaró que de acuerdo al nuevo Plan de Transformación Académica y lo establecido en la Carta Circular 13-2015-2016, publicada en agosto de 2015 y donde se dictan las normas y el procedimiento para la evaluación estudiantil, el crecimiento de cada alumno se medirá a base de su propia ejecutoria año tras año.
Todo estudiante de cuarto a octavo grado y undécimo grado, tanto de escuela pública como privada, debe tomar las pruebas estandarizadas para las materias de español, matemáticas e inglés. Además, los alumnos de cuarto, octavo y undécimo grado toman la prueba de ciencia.
A diferencia de su precursora, la particularidad de META-PR consiste en que los resultados de la prueba formarán parte de la “evaluación formativa del estudiante”.
En esa línea, desde el año académico 2015-2016 el resultado de la prueba de español se sumará a la evaluación final del alumno y tendrá un valor de 100 puntos, lo que equivale al 6.6% de la nota final. De acuerdo con las proyecciones de la carta circular antes mencionada, para el año 2018-2019 sucederá lo mismo con todas las materias evaluadas por las META-PR.
Valentín González explicó, no obstante, que es un proceso piloto. “Eso significa que nosotros vamos a hacer el análisis del resultado de la prueba de español para ver cómo tiene un impacto en las notas de los estudiantes a fin de año”, agregó.
El subsecretario, quien fue maestro durante 15 años y director escolar, sostuvo que “siempre el maestro ha pedido y ha solicitado que la prueba [estandarizada] de alguna manera tenga valor y pertinencia para el estudiante”. Añadió que “este año, durante las pruebas, en casi todas las escuelas de Puerto Rico, los estudiantes demostraron mucho entusiasmo y compromiso con el proceso de medición”.
En cuanto al proceso de creación de las pruebas, el subsecretario de Educación detalló que cada ejercicio es creado por un grupo de maestros de las distintas regiones del DE, y que están alineados con los estándares de grado.
“Las pruebas reflejan la experiencia educativa que sucede diariamente en cada salón de clases”, afirmó Valentín González, y enfatizó en que no son una opción para el DEPR sino un requisito de ley para poder obtener los fondos federales.
Entre los beneficios para los estudiantes de las META-PR, Valentín González mencionó que aumenta la oportunidad de aprendizaje, identifica fortalezas y áreas de necesidad, contribuye al establecimiento de estrategias para la intervención diferenciada, reciben incentivos económicos y si obtiene una buena puntuación en esta prueba y en la del College Board puede entrar a la universidad al terminar undécimo grado.
El beneficio para el país, sumó, es “conocer el desarrollo del sistema educativo y cómo en términos generales se está desarrollando la formación de ese ciudadano”.
La otra cara de la moneda
En lo que el DE analiza, como apuntó Valentín González, el impacto que tendrá la prueba de español incluida en META-PR en la nota final de la clase, las críticas a este tipo de examen no se hicieron esperar.
El catedrático de la Facultad de Educación de la UPRRP, Julio Rodríguez, hizo un recuento histórico a grandes rasgos de los inicios de las pruebas estandarizadas y destacó que “nunca realmente un examen puede identificar cuál es el conocimiento real de un estudiante porque está mediado por un [componente de] error”.
Para el profesor, las pruebas culminan en la formación de jerarquías de estudiantes que lleva a clasificarlos en ‘buenos alumnos’ o ‘malos alumnos’ y esta posición “es una visión reduccionista de las capacidades intelectuales de los seres humanos”.
La transformación e innovación de los procesos evaluativos, según Rodríguez, debe basarse en modelos flexibles que respeten las individualidades de cada estudiante y en un proceso diferenciado enfocado en las capacidades humanas, más allá de la mera clasificación.
“Invito a los administradores del DE a romper las cadenas que nos atan a modelos cosificados y retrógrados. Ya es tiempo de promover un cambio radical en la educación y en los procesos evaluativos de nuestros estudiantes que redunde en una educación realmente liberadora”, subrayó el catedrático.
Mientras, María Medina, también catedrática de la Facultad de Educación de la UPRRP, explicó que las pruebas de aprovechamiento son un instrumento que intentan medir el conocimiento adquirido por una persona que ha sido expuesta a un proceso educativo, sin que se sepa cómo o cuán efectivo fue ese proceso y las variables que incidieron en él.
“Desde el punto de vista de la evaluación tendríamos que precisamente evaluar el sistema de evaluación del país”, criticó Medina, quien expresó que estas pruebas limitan la mayor amplitud del contenido curricular, fomenta la presión y ansiedad en el magisterio y en los estudiantes, y también la deshonestidad académica.
“Otro mal uso es considerar solo los resultados de las pruebas para decisiones importantes, asumiendo que son infalibles, objetivas y que tienen el poder de evaluar la calidad de la educación que se imparte en las escuelas”, comentó.
Por otro lado, Emily Ortiz, egresada de la UPRRP, compartió una investigación que realizó acerca de la percepción de los docentes sobre este tipo de pruebas y en la que concluyó que los maestros entienden que las pruebas no aportan al proceso educativo del estudiante ni reflejan la realidad del sistema de educación.
En el panel también participó Aida Díaz, presidenta de la Asociación de Maestros, destacó la nula participación del magisterio en el proceso de creación de META-PR y que, inclusive, este no conoce a cabalidad el contenido de dichas pruebas. Díaz hizo hincapié en que las pruebas no miden la creatividad del estudiante y no reflejan lo que realmente son ni tampoco sus capacidades intelectuales.