De una forma u otra, a todos nos gusta que una película logre metérsenos dentro y no nos deje en paz por mucho tiempo. En este sentido, el cine de horror puede ser nefasto, por la dificultad de lograr ese efecto, y a la vez uno de los más exitosos y placenteros, por la satisfacción que sentimos una vez se logra.
En el Puerto Rico Horror Film Fest, que se lleva a cabo en la Isla hasta hoy, se exhibe Barricada, un filme puertorriqueño, dirigido por Vance McLean Ball y Joe Vargas.
Barricada comienza de noche, con tres hombres (Mendoza, Bebo y Benji), en una guagua. Cruzando una ruta predeterminada, van con la intención de conseguir agua potable de diferentes hogares.
De primera intención, no conocemos por qué lo hacen, ni cómo ellos consiguen acceso a las casas. Sólo escuchamos a Bebo dar las direcciones a Mendoza, quien maneja la guagua y, a su vez, le da la orden a Benji de bajarse y buscar los contenedores. No es hasta los primeros 15 minutos de película que nos enteramos que estamos observando un futuro post-apocalíptico donde las calles están plagadas de zombies (aunque nunca se usa el término en el diálogo de la película), y que ellos van con la intención de transportar agua a un refugio que nunca llegamos a ver.
Una de las ocasiones que Benji se baja a recoger agua regresa con un niño, José, que lleva una máscara de gas.
Poco después, Bebo recibe una “llamada” radial del refugio, le dan una nueva dirección y le indican que recoja a una muchacha llamada Yoli, que es conocida de alguno de los sobrevivientes del refugio. El resto de la pelicula es una recopilación de distintas escenas antes vistas en filmes norteamericanos y anglosajonas del mismo tema. Muy al estilo de Dawn of the Dead, del director estadounidense, Zack Snyder, Barricada utiliza muertos vivos que corren rápidamente.
De igual manera, al estilo de 28 Days Later, del director ingles, Danny Boyle, se sugiere que la situación se da debido a un virus, pero nunca se determina cuál. El personaje de José, un niño que ha investigado la situación presenta varias teorías que me parecieron muy buenas, quizás hasta geniales. Pero, el momento en que las explica lució abrupto y las palabras en el diálogo, poco adecuadas.
Y es que, aún no se si el género debería ser realmente horror. El guión cambia de tono en la historia de un momento a otro. Empieza reflexivamente, de momento cambia a comedia, de ahí va a acción y cambia nuevamente a drama, sin motivo aparente. Es importante mencionar que el mayor mérito que puede tener el filme son las actuaciones.
Pese a las inconsistencias de tono en el guión, el trabajo de todos los actores se siente natural.
A diferencia de otros filmes puertorriqueños, se utilizan palabras comunes, y nuestro acento característico se mantiene intacto. Sin embargo, eso no es suficiente como para aplaudir un trabajo cuyo guión parece no tener rumbo, y cuya cumbre (el momento en que por fin vemos la barricada) es más que anticlimático.
No conforme con eso, el final es abierto, dando mayor interés a la aparente secuela, que todo lo que se presentó en esta ocasión.
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