Organizaciones sindicales de la Universidad de Puerto Rico (UPR) decidieron ayer no asistir a la reunión sobre la reforma universitaria que tenían pautada con el senador Abel Nazario en el Recinto de Río Piedras.
Para la reunión, fijada para las 3:20 p.m., estaban citadas la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (Heend), la Unión Bonafide de Oficiales de Seguridad (UBOS) y el Sindicato de Trabajadores de la UPR (ST-UPR).
Para el presidente del ST-UPR, David Muñoz, el gremio entendió que no era necesario acudir a la reunión con el senador y que cualquier proceso de “reforma debe salir del seno de la propia UPR y luego [ser] avalada por los procesos que sabemos que existen en Puerto Rico, en términos del proceso político”.
“Lo que la política partidista ha provisto, definitivamente no es convincente ni ayuda en nada a la UPR. Creo que nosotros encantados de la vida asistiríamos y vamos a asistir a todas las reuniones que sean verdaderamente de recursos de la propia UPR. De eso se trata la UPR. Aquí se producen los mejores profesionales”, sostuvo.
El líder sindical también aseguró que la organización se mantiene al margen debido a que este tipo de iniciativa no son representativas de la comunidad estudiantil. Denunció, además, que el ST-UPR como ente que conglomera el mayor sector de empleados no docentes, no posee representación en ningún órgano decisional de la UPR.
Por su parte, el presidente de la UBOS, Julio Vargas, catalogó la incomparecencia del gremio como “solidaridad sindical” debido a que la administración universitaria debe primero atender la incertidumbre que existe acerca del sistema de retiro de los empleados de la UPR y la privatización de servicios que afectaría la contratación de personal.
De acuerdo con el líder de los oficiales de seguridad, el senador Nazario no ha protegido los intereses de la UPR, pero impulsa una reforma universitaria que contempla cierre de unidades, donde no se va a contratar personal y que se pretende destruir el sistema de retiro.
Para Vargas, la reunión con el senador constituía un “show mediático [que] los escuché, pero voy para adelante con mi proyecto”. Añadió que la incomparecencia también se debe a que hace 11 meses se le presentó a la gerencia de la institución una propuesta para ahorrarle $1.4 millones por servicios profesionales, pero que estos no han respondido.
En cambio, el presidente de la Heend, José Torres, explicó a Diálogo que la reunión con el senador coincidió con la asamblea general del gremio. Para el líder gremial, la ausencia de la organización de ninguna manera significó un boicot a la actividad del senador.
Sin embargo, precisó que una reforma universitaria debe gestarse dentro de la comunidad universitaria.
“Lo que quiere la Legislatura es una imposición de un proyecto que, aunque están dando ciertas vistas públicas por ahí, nosotros entendemos que son pro forma. Nos parece que una verdadera reforma universitaria requiere un esfuerzo mayor de todos los sectores de la universidad para colocar dentro de ella los elementos que se necesitan para que la universidad pueda cambiar”, puntualizó.
A pesar de la oposición de los gremios, el senador novoprogresista defendió la gestión que capitanea la Comisión de Educación y Reforma Universitaria y estimó que los cambios académicos urgen atenderse este año.
Inclusive, señaló que los parámetros de la reforma universitaria los va a dictaminar la propia comunidad universitaria.
Nazario entiende que no se debe cerrar ninguna unidad académica del sistema universitario. Como alternativa, sugiere que algunas unidades de la UPR se conviertan en instituciones especializadas.
Además, el legislador expuso que se debe eliminar cerca de un 60% de la burocracia universitaria y el 50% de la jerarquía.
“Creo que los estudiantes van a tener que pagar más, nos guste o no. Desde el punto de vista numérico, los números no van, si no queremos cerrar recintos”, acotó.
Nazario también señaló que “en la medida en que yo abro ese espacio en esos recintos pequeños para que puedan crecer y ayudo con los profesores que ya están preparados en la propia Universidad moviéndolos a esos recintos a levantar esos programas que están en el piso, creo que va a haber el espacio para crecer tanto económicamente como desde el punto de vista de que los recintos pequeños puedan darle vida. Yo no creo que cerrar recintos es una alternativa”.