Ya no bailan bomba solo los adultos. La mirada de nuestro fotógrafo, Ricardo Alcaraz, ha capturado durante los últimos años viñetas que así lo muestran. A continuación, presentamos algunas.
Con esta selección culmina nuestra serie especial ‘El resurgir de la bomba en Puerto Rico’. Y acabamos por la niñez porque este género ancestral, como los niños, también es eso: energía en evolución.
Una niña lleva en su falda la libertad del movimiento que caracteriza la bomba puertorriqueña, en el Festival en Apoyo a Claridad 2015. Algunas herramientas de resistencia quizá siempre debieran desarrollarse desde la niñez. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
En el siglo 16, las mujeres movían sus faldas bajo los parámetros de una sociedad patriarcal. Ahora, cuando una persona agarra una de estas prendas icónicas, menos restricciones determinan los movimientos de sus prendas de tela. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
Un pequeño baila bomba en el IV Encuentro de Tambores, llevado a cabo el 2 de septiembre 2013, en Juncos. Tienen fuerza las manos que, desde su ritmo, definen nuestros pasos. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
Se le enseña bomba. Sostiene una falda. Casi suena un barril. Una tarde de Río Piedras luce como la mañana perfecta para aprender a bailar eso que en el futuro, quizá, le representa a una niña un espacio de libertad vital para su existencia. Tambuyé,11 de abril de 2015. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
Algo pasa cuando un niño sintoniza su sonrisa con su mirada hacia adentro. Algo pasa cuando repica un barril y cerramos los ojos. Algo pasa cuando baila en dedos bomba puertorriqueña. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
Sigue la serie especial: ‘El resurgir de la bomba en Puerto Rico’.
‘Los cuatro pisos’ de la bomba puertorriqueña
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Periodista. Cursa un doble bachillerato en Periodismo y Drama en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Se especializa en temas socioculturales. Cree en el poder social de las letras y le tiene fe a la literatura. Narra desde la sensibilidad.