En nuestra ya maltrecha Latinoamérica sobran las fronteras, la historia así lo evidencia. Son pocas las veces que escuchamos el nacimiento de algún puente, éstos parecen estar en peligro de extinción. Ahora nace otra frontera. ¿Dónde? En Brasil. Específicamente en las favelas de Río de Janeiro. Desde hace varios días se comenzó a construir un muro sin precedentes en dicho país. Esta iniciativa comenzó en abril del 2004, después de que murieran diez personas a causa de tiroteos entre bandas de narcotraficantes en la favela Rocinha. En aquel momento, la gobernadora de Río, Rosinha Matheus había aprobado la construcción de un muro de cemento arguyendo que era necesario para “contener la violencia y el crecimiento de las favelas”. Sin embargo, desde el gobierno nacional, en la voz del secretario de Derechos Humanos, Nilmario Miranda, se calificó la medida como algo que “no puede existir, ni siquiera bajo el argumento de la seguridad de los habitantes de las favelas”. Como consecuencia del repudio, se dio marcha atrás. Ahora se ha retomado la idea de segregar más a esta ya marginada población. Se calcula que en las favelas vive aproximadamente el 20% de la población de Río. Esto representa a más de dos millones de personas distribuidas en las distintas favelas que componen el perímetro del muro que desde hace un tiempo se comenzó a construir. Antes de fin de año, se espera que el muro de nueve pies de alto y compuesto de hormigón, esté listo. La excusa esta vez no fue detener la violencia, sino la desenfrenada expansión de estas viviendas, ya que supuestamente atentan contra reservas naturales, en lugares de alto riesgo. El presidente de Brasil, Lula da Silva, no ha vertido comentarios al respecto. Paradójicamente, mientras este pasado fin de semana se comenzaba a levantar el muro, en Viña del Mar se celebraba la sexta reunión de líderes progresistas que reunió a Zapatero, Angela Merkel, Joseph Biden, Kevin Rudd, Cristina Fernández de Kirchner, Jens Stoltenberg, Gordon Brown, Michelle Bachelet y Lula da Silva. En la cumbre, el presidente de Brasil dijo “Estamos derrumbando mitos. Mostramos que es posible preservar el equilibrio macroeconómico con una fuerte distribución de los ingresos y la inclusión social”. Por otra parte, Tania Lazzoli señaló que “No hay discriminación, al contrario. El objetivo es contener el desarrollo de las comunidades chabolistas y proteger la naturaleza. Hay muchas casas en zonas de alto riesgo”, indicó Lazzoli, quien es portavoz de la secretaría de Obras Públicas en el Gobierno del Estado de Río. Muchos habitantes de las favelas se han quejado ya que, según comentan, la construcción de este muro lo que hace es ahondar las diferencias ya existentes entre ricos y pobres. No es gratuito que se comience a construir un muro de estas dimensiones cuando en un par de años se celebrarán en Brasil Las Olimpiadas y la Copa Mundial; los dos eventos deportivos más importantes del mundo.