Carolyn Guzmán habla con firmeza, como si siempre supiera lo que va a decir. Suele retar a los lingüistas, pues ha decidido referirse a los demás por los y las, buscando ser inclusiva. Comenta que el oficio de abogada le ha enseñado a meterse en la piel de otros y por eso, es sensible a la injusticia. Al parecer, tiene una radiografía perfecta para desempeñarse como procuradora estudiantil del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.
Comenzó su gestión el pasado lunes 9 de mayo, luego de haber sido recomendada por la comunidad estudiantil y ratificada por la administración. Diálogo conversó con la licenciada Guzmán, quien tiene un bachillerato en Ciencia Política y un Juris Doctor de la universidad que hoy la acoge como procuradora. En el encuentro, la jerezana compartió su manera de pensar sobre varios asuntos que atañen a los universitarios, así como algunos aspectos de su vida.
Diálogo: Esta pregunta es base, debe ser la primera. ¿Qué la motivó a solicitar para el puesto de procuradora estudiantil?
Carolyn Guzmán: Pues mira, yo trabajaba en una firma de consultoría de economistas, en la división de análisis y política social y me iba bien. Pero surge la vacante y varias personas me decían: “tú eres indicada para hacer el trabajo”. Lo fui considerando, me encanta trabajar, me encanta la universidad, me encanta mi alma máter y creo que es mucho lo que se puede hacer. Quiero que hayan unos cambios en la universidad y que los estudiantes puedan conocer sobre los derechos que tienen y sus deberes.
D: En su plan de trabajo, usted dice que lo primero que hará será un estudio de las necesidades de los estudiantes, para así comenzar a atenderlas. Obviamente, no tiene aún acceso a documentos, pero me gustaría que identifique cuál cree que es la situación más apremiante y con la que usted comenzaría a trabajar.
CG: Yo sé de algunas cosas que están pasando, claro, solo por referencia de algunos estudiantes. A mí no me consta nada, como tú bien dices, yo todavía no he tenido acceso a documentos. Pero me han comentado de una situación muy grave que hay que atender ya, y es el hostigamiento sexual, la violencia de género y la seguridad en el recinto. Además, los problemas que hay para que se respeten los derechos de la comunidad LGBTT, así como acceso a la información por parte de los estudiantes y las estudiantes.
D: Hablando de la violencia de género y de la comunidad LGBTT, usted expuso en su plan de trabajo que “todavía hay mucho por hacer” por los derechos de las comunidades que se consideran minorías en el recinto. En la universidad está pendiente la aprobación de un protocolo para cumplir con la Jeanne Clery Act, una legislación que busca proteger a las víctimas de delitos en el campus. Pero además, ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Qué ideas usted impulsaría entre la comunidad universitaria para fomentar la solidaridad y la inclusión?
CG: Primero, es importante que la universidad esté en cumplimiento con la legislación federal. Necesitamos una política institucional y unos protocolos. Sé que están encaminados hacia eso, pero las cosas no se pueden hacer tampoco por cumplir con una legislación o con unos requisitos. Hay que ver cómo se va a llevar a cabo y con quiénes. O sea, quiénes van a ser esos actores importantes, quiénes van a tener un rol en que esto se lleve a cabo y algo muy importante, el acceso a la información. También, hay que adiestrar a los estudiantes desde que son nuevo ingreso sobre agresión sexual, abuso sexual y violencia de género.
D: En el caso de las personas con impedimentos, usted tiene experiencia trabajando con esta población, específicamente con la población de personas ciegas como consultora de la Fundación Abre tus ojos. En las asambleas pasadas, los mismos estudiantes han denunciado las desventajas de esta comunidad en la universidad. Por ejemplo, que en el recinto una persona en silla de ruedas o ciega no pueda transitar porque las aceras están en mal estado. Hace falta dinero, por ejemplo, para arreglar las aceras. ¿Cómo podemos cumplir con todo lo que dispone la ley en este momento de crisis económica?
CG: Conozco mucha gente que está bien comprometida con lo que es el diseño participativo y la planificación, y no tengo dudas que se puede trabajar por una universidad que sea inclusiva. Yo estoy segura que la universidad tiene los recursos para unirse a organizaciones sin fines de lucro y para identificar fondos federales para que eso se pueda hacer. No tenemos dinero, el país está una crisis fiscal, el impago comenzó, pero yo creo que la integración de personas de otros sectores y también de la misma comunidad universitaria, pueden generar un cambio. No tener dinero no es excusa.
D: La certificación 119 (2014-2015), que rige la procuraduría estudiantil, establece que debe ser un ente neutral e incluso, independiente. Pero aun así, es un puesto de confianza y responde a la administración, esta la supervisa y también le paga. Es una ambigüedad, más cuando se supone que responde a la comunidad estudiantil. ¿Cómo usted trabajará con este conflicto de intereses para cumplir con sus funciones de representar al estudiantado?
CG: Yo siempre he sido firme en mis posiciones y creo que por eso los y las estudiantes me dieron un voto de confianza. Creo que la descripción de las funciones del procurador son bien claras. Tengo una función a la que yo no voy a faltar. Ser un intercesor o conciliador que está ahí para orientarlos (a los alumnos) sobre sus derechos, sobre sus deberes y las políticas institucionales. Yo no veo cómo yo les faltaría.
D: Pero en un caso hipotético, si usted fuese presionada por la administración para apoyar alguna política con la que los estudiantes no concuerden…
CG: Bueno, en una situación tan seria como esa, de recibir presión de la administración porque es quien paga mi sueldo, debo decir que yo no cedería ante ninguna presión. No podría ocupar mi puesto si pierdo la confianza de los estudiantes.
D: ¿Cuál es su opinión sobre las manifestaciones estudiantiles? Por ejemplo, el proceso de huelga del 2010 en el que usted estuvo como estudiante.
CG: Yo creo que los estudiantes tienen un poder maravilloso de llevar ante el ojo público lo que son las desigualdades y las injusticias. Yo siempre he sido solidaria con los estudiantes. En aquel momento a mí me tocaba muy de cerca, porque yo tenía exención académica por mi promedio. Creo que por eso es que soy bien sensible con el tema de las personas que pueden entrar a la universidad y no tienen recursos económicos para sostenerse y que se ven afectados por las políticas que se traen sin consideración de la comunidad universitaria. Son medidas que responden meramente a lo económico. Y sí, hay una realidad de que la universidad tiene que atender unos asuntos económicos, no se puede tapar el monstruo que es la institución. Pero la educación debe ser la prioridad siempre y los estudiantes defienden eso, la calidad de la institución y la accesibilidad.
D: Por la naturaleza de lo que será su trabajo como procuradora, así como su desempeño diario como abogada, usted tiene una gran responsabilidad brindando apoyo a otros desde distintos ángulos. Pero usted, ¿cuenta con apoyo personal? ¿Qué piensa su familia sobre este nuevo trabajo?
CG: La base de lo que soy se la debo a mi mamá y mi papá. En mi comunidad allá en Naranjito, ellos siempre estuvieron ahí. Esa necesidad que tengo de ayudar a los demás, la saqué de ellos. Mis papas están siempre bien contentos de que dé la mano a otros. Y ellos son los primeros que también me llaman y me dicen, “mira hay una persona que tiene esta situación, ¿cómo puedes ayudarle?”. El apoyo de parte de ellos siempre está. También tengo familia escogida. Creo que en la medida en que tú, genuinamente, trabajas para los demás y no por interés personal o por enriquecerte, si realmente reconoces de dónde tú vienes y hacia donde vas, pues tendrás una red de personas que siempre estarán ahí para ti.
D: La procuraduría estudiantil es una posición con un término de tres años. ¿Qué le gustaría haber logrado al acabar su gestión?
CG: Mucho. Yo creo que para mí una de las prioridades es que cuando llegue otra procuradora o quizás otro procurador a hacer este trabajo, se encuentre con unos estudiantes que están bien informados sobre sus derechos. Me encantaría trabajar duro con la prevención en los distintos temas y aspectos que me competen como procuradora para que el número de estudiantes que acuden a mí cuando el problema esté muy grave, se reduzca. A mí me encantaría que las necesidades de los estudiantes y las estudiantes sean trabajadas desde la comunidad universitaria. El estudiante lo es todo y estamos muy segmentados. Me encantaría impulsar reformas a las políticas de la universidad pero que vengan desde la misma comunidad y que entonces, respondan a sus propias necesidades. Cuán utópico resulta ser, no sé. Pero en la medida en que trabajemos juntos para atender lo que compete a los estudiantes y las estudiantes, yo creo que se puede lograr.