Por primera vez en 24 años, Estados Unidos se abstuvo de una votación en la Asamblea de Naciones Unidas (ONU) para levantar el embargo a Cuba. Desde el 1992, cuando se presentó por primera ocasión una resolución para acabar con el bloqueo, Washington se había posicionado en contra de la medida.
Pero aunque ayer 191 países en el pleno de la ONU asintieron para acabar con el aislamiento comercial, económico y financiero que se mantiene en contra del país caribeño, la decisión final recae en el Congreso estadounidense, puesto que las resoluciones del organismo internacional no son jurídicamente vinculantes.
El bloqueo fue establecido en 1960 por Estados Unidos y se convirtió en legislación en 1992 con la aprobación del Cuban Democracy Act. Según explicó a Diálogo el doctor Efraín Vázquez Vera, profesor de Relaciones Internacionales, el asunto es uno de política interior en el que la ONU solo tiene injerencia moral.
Para Vázquez Vera la decisión de abstenerse demuestra que la política exterior del gobierno estadounidense referente a Cuba está cambiando, sobre todo, gracias a la gestión del presidente demócrata Barack Obama.
No obstante, de acuerdo con el catedrático de la Universidad de Puerto Rico en Humacao (UPRH), el cambio definitivo en la relaciones exteriores de Estados Unidos dependerá de las elecciones del 8 de noviembre, no por la presidencia del país, sino por el Congreso. Al momento, la mayoría parlamentaria en ambas cámaras federales pertenece al Partido Republicano, organización que –como sostuvo el profesor— a través de la historia se ha posicionado en contra de levantar el embargo.
“Si en las próximas elecciones ambas cámaras siguen siendo republicanas, yo veo poco probable que el Congreso se mueva a eliminar esas sanciones y lo que conocemos como el bloqueo cubano. El cambio oficial de la política norteamericana hacia Cuba solamente va a ser posible si en las próximas elecciones el Partido Demócrata puede obtener el control de mínimo una de las cámaras”, analizó.
Vázquez Vera aseguró que esta acción por parte del gobierno de Obama tiene la intención de establecer un precedente imborrable en la historia política de Estados Unidos con el propósito de acabar con el bloqueo.
“Obama se está asegurando antes de salir de la presidencia de crear unas condiciones para que las relaciones con Cuba no puedan ir hacia atrás, pase lo que pase”, añadió.
El también exrector de la UPRH señaló que las acciones de la Casa Blanca coinciden con otros sectores de la sociedad norteamericana que están de acuerdo en que el bloqueo es “anacrónico y que tiene que cambiarse”. Destacó que el sector privado de dicho país es el más interesado en reestablecer una plena relación comercial con Cuba. Precisó que el segmento comercial ha notado la posibilidad de crecimiento económico que puede significar un cese al embargo, tomando como ejemplo a otros países que actualmente hacen negocios con la más grande de las Antillas Mayores, como España, Canadá y Brasil.
Según el internacionalista, llevar esta resolución a votación en la Asamblea de la ONU ya se ha convertido en una tradición. Con el pasar de los años, continuó el profesor, se reducía el número de países que se oponían a la medida, hasta el punto de hoy en el que solo Estados Unidos y su típico aliado en estos menesteres, Israel, se abstuvieron.