“Once recintos, una Universidad”. Aunque la afirmación ha servido para denunciar los problemas de la Universidad de Puerto Rico (UPR), para recordarnos que más allá del recinto donde estudiamos vive gente (o estudiantes) y, sobre todo, para reunir el reclamo estudiantil en una sola voz proponente de soluciones, la realidad es que cada unidad del sistema universitario enfrenta dificultades domésticas muy distintas.
En un intento por dar a conocer los esfuerzos de los estudiantes en los once recintos de la UPR, Diálogo realizó una serie de entrevistas a los presidentes de los Consejos Generales de Estudiantes para apalabrar el quehacer estudiantil local que mayormente pasa desapercibido, inclusive por miembros de la comunidad universitaria donde se desarrollan.
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Para Gilberto Vega Rivera, estudiante de último año en enfermería con especialidad en cuidado crítico y presidente del Consejo General de Estudiantes del Recinto de Ciencias Médicas (CGE-RCM) de la UPR, el cuerpo que preside representa la ficha clave para concientizar entre los estudiantes y profesionales de la salud que si bien es importante el aspecto académico y profesional, también lo es el sentido humano y la empatía con los demás.
Diálogo conversó con el estudiante y enfermero para hablar sobre las particularidades del RCM, las necesidades que presentan los estudiantes del recinto graduado, cómo el Consejo ha propuesto atender dichos asuntos y cuál es la finalidad del organismo estudiantil para el año académico en curso.
Estacionamiento y seguridad, dos problemas atados de la mano
Vega Rivera mencionó que al momento el Consejo está trabajando con dos asuntos correlacionados: la falta de estacionamiento y la seguridad del estudiantado dentro y fuera del recinto.
El estudiante apuntó que aun cuando en comparación con otros recintos pareciera ser que el RCM es seguro, esto no oculta los robos e intentos de agresiones que han ocurrido en los predios del recinto -que comparte territorio con Centro Médico- incluyendo dentro del estacionamiento administrado por la UPR.
Según Vega Rivera, ambos problemas se están atendiendo mediante dos comités especiales nombrados por el rector, Dr. Noel Aymat Santana, en conjunto con la administración y los estudiantes.
Uno de ellos espera someter a Administración Central una propuesta para el desarrollo de un estacionamiento, ya sea mediante la adquisición de un terreno baldío cerca del recinto, o de una estructura en desuso o terreno que sea propiedad del RCM y donde se pueda construir.
Ese mismo comité también analiza las necesidades del estudiantado en ese particular: cuál es el flujo de alumnos, cuántas veces a la semana vienen al recinto, dónde estacionan y si pagan por estacionamiento.
El otro comité, por su parte, trabaja directamente con los residentes de la comunidad Reparto Metropolitano, aledaña al campus, y celebra reuniones con sus líderes comunitarios y vecinos para discutir el impacto que tiene el que los estudiantes se estacionen cerca de sus casas.
Además de esos dos comités, y para aliviar el uso del vehículos, existe un Comité de Seguridad que está trabajando para crear un sistema de trolleys que funcione mediante llamada telefónica y que le provea al estudiante seguridad y transportación desde el punto en que solicita el servicio hasta su carro. Además, el estudiante indicó que ya existen varias cámara en puntos estratégicos de Centro Médico, incluyendo los pasillos que conectan al RCM.
Entre la armonía de profesiones
Según Vega Rivera, desde el nombramiento de Aymat Santana, en el RCM existe mucha comunicación entre los decanos de apoyo, el Consejo, y la Oficina de Seguridad. De hecho, celebró la iniciativa del rector por preocuparse y asegurarse que haya presencia estudiantil en todos los comités del recinto.
Precisamente, esa apertura ha sido clave para que el CGE-RCM cree y desarrolle proyectos intramurales donde los estudiantes de las distintas profesiones puedan integrarse más a menudo y forjar una cultura interdisciplinaria.
“El Consejo cree que cada profesión se debe resaltar en el RCM y no meramente la de medicina. El recinto tiene más diversidad profesional de lo que parece, tenemos muchas carreras y creemos que desde los estudios básicos cada una puede intercalar entre sí y conocerse antes de llegar al hospital o a cualquier escenario, para conocer la tarea de cada uno”, señaló Vega Rivera.
Otro proyecto que cocina el Consejo es sacar a la luz la historia del CGE-RCM guardada en cajas y presentarla a toda la comunidad mediante videos, así como realizar proyectos y actividades que sirvan para educar sobre la importancia de los espacios de gobernanza y la participación estudiantil en el sistema universitario.
Incentivar el lado humano
Vega Rivera reconoció que el interés de los estudiantes del RCM en participar en los espacios de gobernanza estudiantil es difícil tanto por el nivel académico como por circunstancias externas, pues muchos de ellos tienen familia, trabajan o tienen responsabilidades mayores.
“Nosotros empezamos a pensar que teníamos que trabajar para que hubiera un ambiente que estimulara un mejor desarrollo académico y también humano, porque habíamos visto que en el RCM todo era académico. Pero ¿qué pasa cuando esta gente sale a la calle o va al hospital? Estamos creando estudiantes que solo ha conocido el pupitre”, criticó el estudiante.
En ese sentido, agregó, “lo que hacemos es que el estudiante se estimule en algo humano. Por eso comenzamos a desarrollar actividades comunitarias donde podamos hacer servicios gratuitos de la profesión que cursamos en la comunidad. Estamos tratando de salir de las cuatro paredes y poder crear excelencia académica y humana, que es la visión del Consejo, y el estudiante está respondiendo”.
“De que sirven mentes académicas y que esa parte humana, esa parte sensible, esa de empatía, todos esos valores, no se den. Literalmente, lo que vamos a sacar a la calle son profesionales sin sentido. Un profesional completo sería que incluya esa parte humana”, manifestó.
El cambio de enfoque y la participación estudiantil
Uno de los beneficios de haber redirigido el enfoque de interés del estudiante del RCM hacia el servicio comunitario y la empatía con los demás ha sido el aumento en la participación de los procesos que gestiona el Consejo.
Vega Rivera aplaudió que a diferencia de años anteriores, donde se llegaba a diciembre y solo había cinco o seis concejales y la consolidación de un cuerpo estudiantil era nula, este año, en un solo mes, se logró constituir el Consejo con sus 26 concejales en funciones.
De hecho, abundó que si por alguna razón, un miembro del CGE-RCM no puede asistir a una reunión de comité, el mismo cuerpo estudiantil extiende una invitación al estudiantado para que asistan a esta y de esa manera recoger un insumo distinto al que los concejales pueden aportar.
Comunicación, respeto y seriedad entre la administración y el Consejo
Si bien el enfoque de empatía hacia el otro es parte fundamental de las metas que se ha trazado el Consejo para este año, Vega Rivera indicó que la responsabilidad mayor es lograr que el cuerpo estudiantil sea reconocido como una entidad seria y comprometida con la institución y con el país.
“Lo importante es que el CGE no se vea como este grupito de estudiantes que se están reuniendo y desarrollando propuestas solos. La meta era tener una comunicación directa con la administración, y que nos vieran con la seriedad con que el estudiante ve a la administración. Que no somos un grupito de estudiantes inexpertos que están ahí trabajando, sino que somos la clave del RCM para que siga progresando”, expresó Vega Rivera.
“El Consejo tiene una responsabilidad: si somos la representación oficial del estudiante, pues tenemos que trabajar para que el estudiante estimule su desarrollo académico y humano en servicio del país, porque no queda de otra. Tenemos que tratar de devolverle al País las cosas buenas que el País nos ha dado a nosotros”, puntualizó el joven.