“Once recintos, una Universidad”. Aunque la afirmación ha servido para denunciar los problemas de la Universidad de Puerto Rico (UPR), para recordarnos que más allá del recinto donde estudiamos vive gente (o estudiantes) y, sobre todo, para reunir el reclamo estudiantil en una sola voz proponente de soluciones, la realidad es que cada unidad del sistema universitario enfrenta dificultades domésticas muy distintas.
En un intento por dar a conocer los esfuerzos de los estudiantes en los once recintos de la UPR, Diálogo realizó una serie de entrevistas a los presidentes de los Consejos Generales de Estudiantes para apalabrar el quehacer estudiantil local que mayormente pasa desapercibido, inclusive por miembros de la comunidad universitaria donde se desarrollan.
En la “UPR de la Montaña”, como se le conoce a la Universidad de Puerto Rico en Utuado (UPRU), el movimiento estudiantil se encuentra en un proceso de reestructuración que intenta romper con ese decir de que “la Universidad pasó por mí, pero yo no pasé por la Universidad”.
Diálogo conversó con Javier E. González Cuadrado, estudiante de cuarto año de Pedagogía y presidente del Consejo General de Estudiantes de la UPRU (CGE-U) sobre cómo va ese proceso, que busca dejar como legado la unión del estudiantado y la integración del Recinto con la comunidad y las demás unidades del sistema UPR.
Expansión de la oferta académica
Para González Cuadrado, la oferta académica —y con esta, la matrícula del recinto utuadeño— representa uno de los problemas principales de la unidad. “Los estudiantes utilizan la UPRU como trampolín para entrar a otras unidades del sistema”, señaló.
Antes esa situación, explicó que entre la administración y el CGE-U ha habido una buena disposición para acordar puntos en común que lleven a expandir la oferta académica. Añadió que ya se encuentra elevado ante el Senado Académico del recinto traer el bachillerato de Agronomía y Ciencias Agrícolas.
Respeto a la infraestructura, González Cuadrado mencionó que la rectora Raquel G. Vargas Gómez discutió con el Consejo su plan de trabajo, en el que vislumbra la construcción con fondos externos de una pista atlética. “Siempre y cuando haya disposición de la administración y de toda la comunidad universitaria, estamos dispuestos a trabajar y a estar en buena lid”, dijo.
Un consejo estructurado y diverso
Luego de aproximadamente tres años sin un Consejo electo por la población estudiantil y con apenas un mes en funciones, el CGE-U ha tenido un propósito en mente: estructurar el organismo estudiantil para poder trabajar con todas las áreas que conciernen a los estudiantes.
“Al momento hay presencia en todos los foros de la Universidad y fuera de ella de representantes de Utuado, algo que hacía años que no se veía”, comentó González Cuadrado.
Aunque ya logró conseguir una oficina para el CGE-U, el estudiante expuso que cuando entró en funciones, el cuerpo estudiantil no tenía ese espacio, ni actas o registro alguno que sirviera de referencia de la labor se había realizado previamente.
Y si bien quedan vacantes, González Cuadrado celebró que la composición del CGE-U abarca todos los departamento del Recinto.
Aparte de él, que es de Pedagogía, el vicepresidente es de Ciencias Naturales; los representantes ante la Junta Universitaria y Junta Administrativa son de Administración de Empresas y Ciencias Agrícolas, respectivamente; el representante alterno ante la Junta Universitaria es de Ciencias Sociales y el vocal es de Ciencias Agrícolas.
En la busca de una cultura estudiantil
Como el Consejo no ha sido algo que ha estado presente en los últimos años, González Cuadrado lamentó que en el Recinto de Utuado el interés del estudiante es muy distante. “Se ha creado la cultura de que llego a la Universidad, me voy y no me importa nada”, mencionó.
Para contrarrestar esta realidad, indicó que ya el Consejo realizó su primera asamblea de estudiantes, donde se orientó a la comunidad estudiantil sobre quiénes eran los concejales, las funciones que estos ejercen y la finalidad del cuerpo representativo, que es abogar por los derechos estudiantiles en los distintos foros de la Universidad.
Allí, González Cuadrado denunció la falta que por años ha habido en el recinto utuadeño de la unión estudiantil.
“Esto precisamente fue lo que yo exhorté cuando empecé en este cuerpo y ese es mi propósito. La unión estudiantil es el legado que yo quiero dejar como presidente y que mis compañeros quieren dejar como equipo de trabajo. Crear una cultura de que los estudiantes nos unamos todos en una misma voz y que nos unamos también a los demás recintos”, expresó.
Al servicio de la comunidad y de los demás recintos
Para González Cuadrado, el CGE-U tiene, más allá de la reestructuración del movimiento estudiantil, una legado adicional: integrar a la comunidad utuadeña y poner la “UPR de la Montaña” al servicio de las otras unidades del sistema.
“Queremos que no solo sea una dinámica profesor y estudiante, queremos integrar a la comunidad de Utuado a que sea parte de nuestro Recinto, que tiene mucho que dar y que no se ha explotado todo el potencial que tiene en cuanto a la agricultura. Entiendo que se puede hacer mucho más y que el Recinto de Utuado puede ser ejemplo y apoyo en muchas áreas a otros recintos”, manifestó.
Agregó que lo importante es “la unión más que como estudiantes, como personas. Todos debemos estar unidos y si la administración, los empleados docentes y no docente, los estudiantes, quieren a su Recinto, quieren echarlo pa’ lante, pues eso es un mismo fin. Cuando las personas trabajan para un mismo fin, se unen”, concluyó.