
SOBRE EL AUTOR
En días recientes se ha estado comentando sobre las escuelas particulares subvencionadas (Charter Schools), que el gobierno ha bautizado como “Escuelas Alianza”. El concepto consiste en que una escuela pública sea manejada por un grupo “privado”, o que una escuela privada sea subvencionada con fondos públicos.
También se han llamado “Charter Schools” aquellas privadas que aceptan pagos del gobierno para cubrir los gastos de los estudiantes. En otras palabras, el gobierno otorga un vale (voucher), a los estudiantes para que estos (en realidad son sus padres) seleccionen la escuela de su preferencia.
Este concepto no es nuevo. Para 1970, Australia estaba subvencionando escuelas privadas y al día de hoy dichas escuelas han graduado el 30% de los estudiantes que terminan la escuela superior.
La idea de que los estudiantes seleccionaran su escuela (school choice by voucher) fue puesta en acción en Suecia en la década del 1990, y muchos consideraron los resultados como desastrosos. En poco tiempo comenzaron a proliferar las escuelas privadas, para competir por los fondos gubernamentales y bajó sustancialmente la calidad de los maestros y de la educación, lo que se reflejó en los exámenes de aprovechamiento de los estudiantes.
Aquí en Puerto Rico, el concepto parece ser que grupos privados, municipios y universidades se hagan cargo de la administración de escuelas, en donde el gobierno aportará $6,400 por cada estudiante. Esto es una cantidad de dinero considerable y se verá como un gran atractivo para grupos privados, municipios y obviamente para las universidades, donde la matrícula de sus estudiantes es muchísimo menor que lo que se pagaría por estudiante en cada escuela subvencionada.
Los gremios escolares han puesto el grito en el cielo porque en estas escuelas, al convertirse en un tipo de escuela privada, no debe haber garantía de empleos. El proyecto del gobierno considera nombrar el director de la escuela por un año (que suele ser un maestro) y evaluarlo al final de ese periodo para ver si se renueva su nombramiento. También indica que habrá cambios (sin especificar cuáles serán) en el reclutamiento de maestros.
El proyecto contempla que las escuelas no sean administradas por entidades con fines de lucro. El gobierno también ha indicado que harán uso de las mejores prácticas (nuevamente, sin especificar) para evitar los errores que han cometido este tipo de escuelas en otras jurisdicciones.
El sistema público educativo del País tiene grandes problemas y estos se reflejan en el fracaso de la mayoría de los estudiantes en las pruebas de aprovechamiento. Inclusive muchos de los estudiantes que llegan a la universidad tienen serias lagunas en español, inglés, ciencias y matemáticas.
A tales efectos creo que se le debe dar una oportunidad a las Escuelas Alianza. Esto debe comenzar como un proyecto piloto en donde la prioridad de manejo se le otorgue a las universidades más prestigiosas del País.
Entiendo que educar es su “negocio” y que estas instituciones cuentan con el personal y los recursos para mejorar la educación en general en Puerto Rico.
El autor es profesor en la Universidad de Puerto Rico en Humaco.