El pueblo venezolano quedó en estado de shock en la noche del jueves 30 de junio de 2011. Luego de casi un mes de secretísimo y mucho cotilleo sobre la salud del presidente Hugo Chávez, el mismo rompió el silencio y dio una alocución en cadena nacional, en la que confirmaba los rumores (antes desmentidos por miembros de su gobierno) de que la razón por la que se encuentra en Cuba, es porque está bajo tratamiento, ya que se le fue extirpado un tumor cancerígeno.
Pero no es sólo la noticia de que en efecto, el primer mandatario venezolano tenga cáncer, lo que dejó sorprendido a sus ciudadanos. Fue la manera en la que lo informó al país (y a la comunidad internacional). Lo que dijo y cómo lo dijo, sobre todo en comparación a la forma en que ha realizado todos sus discursos en los 12 años que lleva en el poder. El Hugo Chávez que se presentó la noche del jueves no fue el mismo que por más de una década ha sido agresivo, imponente, orgulloso y enérgico en todos sus discursos. Por primera vez en una docena de años, "el Comandante" leyó su mensaje, en vez de recurrir a su locuaz y pintoresca espontaneidad. En esta ocasión se notó apagado y a diferencia de lo habitual, no nombró a la oposición como ente, ni hizo burlas ni ofensas para aquellos que no lo apoyan, sino que simplemente se remitió a llamarlos "algunos sectores bien conocidos" en la única referencia que hizo a la oposición (y que no fue para fustigarla por medio de su retórica tan reconocida, cabe destacar). Tampoco cerró su mensaje con la ya acostumbrada frase "Patria, Socialismo o Muerte", sino que se despidió diciendo "¡Por ahora y para siempre viviremos y venceremos! ¡Muchas gracias! ¡Hasta el retorno!" Venezuela volvía a ver un verdadero discurso presidencial luego de más de diez años.
Tanto aquellos que le siguen y le admiran, como los que se le oponen y lo rechazan, tenían en frente una imagen de Hugo Chávez desconocida para todos. Lo más cercano a esta versión podría decirse que fue aquel que en 1992, se rindió ante las cámaras de televisión, cuando la intentona de golpe contra el ex presidente Carlos Andrés Pérez falló. Quizás también, el presidente Chávez que le habló a la nación el 11 de Abril de 2001, durante el golpe de Estado que se le realizara en esta fecha. En estas ocasiones también se mostró humilde, pero lo que vieron los venezolanos el jueves no sólo fue humildad, sino que incluso podría haber sido miedo.
Sorprende ver a un Chávez temeroso. Un Hugo Rafael Chávez que menciona al Eclesiastés, que admite haber cometido “errores fundamentales” en cuanto al descuido de su salud, que comenta que tuvo que pedirle al señor Jesús, al manto de la Virgen y a los espíritus de la sabana. Un hombre a final de cuentas. Posiblemente es esa la primera de las verdades que impresionaron al pueblo venezolano esa noche: Hugo Chávez es humano. Puede enfermarse, puede errar, puede sentir temor y sobre todo, va a morir algún día y ese día podría no estar tan lejos. Para aquellos que lo ven como un ídolo, una deidad o un Mesías, sintieron la incertidumbre ante la posibilidad de que su redentor se fuera antes de tiempo y de haber logrado su revolución socialista. Para los que lo ven como el gran enemigo, la culpa de todos los males y lo que mantiene a Venezuela en el caos de la violencia, la criminalidad, la privación de libertades, la debacle económica y la polarización política, vieron también que no es más que un hombre y que si bien, podrían quedar libres de él más pronto de lo que pensaban, también tendrían que enfrentarse a una forzosa reestructuración para la que no están preparados y que podría llevar a la nación sudamericana a un estado crítico, en medio de un vacío de poder.
Rápidamente diversos sentimientos invadieron a los ciudadanos de Venezuela y esto se dejo ver en las redes sociales. En Twitter, las palabras Justicia Divina, Cáncer, Viviremos, Jódete Chávez y Fuerza Chávez, entre otras relacionadas, se han colocado entre los tópicos más mencionados y tanto en esta red social como por Facebook, comentarios y opiniones han comenzado a surgir. Los oficialistas dan muestras de aprecio, apoyo y piden a los cielos y al destino que ciertamente alcancen esta victoria. Los opositores fluctúan entre los que dan muestras de odio y se alegran ante el padecimiento del presidente latinoamericano, hasta los que expresan que, a pesar de no apoyarlo, no se le debe desear este tipo de males a nadie. Lo que si es cierto es que nadie parece ser indiferente.
Chávez sigue mandando en Venezuela a pesar de encontrarse en Cuba, contradiciendo la Constitución que dicta que el poder debería ejercerlo el Vicepresidente Elías Jaua. En su comunicado no dio fecha de retorno a su país, pero explicó que debe "continuar el camino hacia su plena recuperación". Mientras tanto, la nación vive un día surreal en el que su monarca ha descendido de los cielos para probar que no es ningún dios, ni un héroe, ni un Mesías. Que no es un demonio ni la encarnación del mal. Hugo Chávez es simplemente un hombre mortal de carne y hueso.
Vea el video del discurso en el que Hugo Chávez informa su estado de salud: