Desde su nacimiento, el cine lleva ya en sí el fin de diversión al tiempo que, por su origen de las ciencias experimentales físicas, una idoneidad para enseñar visualmente.
De manera que no es difícil reconocer en él un medio de enseñanza que iba a lograr el viejo ideal de la pedagogía didáctica: instruir deleitando.
Basta recordar algunos hechos. La afición a los cuadros sucesivos es antiquísima. La linterna mágica intentó inmediatamente satisfacerla. Y la ley de la persistencia de las imágenes en la retina, fundamento del cine, se conocía desde la antigüedad y se utilizó desde el siglo XVIII en juegos como los trompos resplandecientes del abate Nollet.
Probablemente se puedan resumir los orígenes del cine en esos aparatos: linterna mágica, juguetes ópticos, teatros de sombras chinescas y los trucos de prestidigitadores ilusionistas. Es decir: siempre la idea de recreo y juego.
Por otra parte, desde el principio de la fotografía se intentó hacer que sus imágenes fueran móviles. Así, en 1882, Etienne Marey inventa el fusil fotográfico para captar el vuelo de las aves. Seis años después, Emile Reynaud, con su praxinoscopio, intenta reproducir la sensación de la vida. Y un lustro más tarde, Demeny crea el cronofotógrafo, mientras Edison, después de Muybridge, prosigue sus investigaciones con los primeros resultados.
Entonces los hermanos Lumiere coordinan todos estos trabajos. Y el 13 de febrero de 1895 patentan el primer aparato de proyección. El 28 de marzo proyectan el primer filme (tenía unos 17 metros). Y el 28 de diciembre ofrecen la primera exhibición mediante pago y nace oficialmente el cine.
Al principio, los Lumiere no tienen confianza del novedoso invento en su calidad de negocio. Mélias, Pathé y Gaumont se les acercan y tratan de explotarlo comercialmente. Hablan. Argumentan. Pero Louis y Auguste son impermeables a cualquier trato. "Nuestro aparato es solo una curiosidad científica. Aparte de eso, no tiene ningún porvenir comercial", repitetían.
Hasta que un día, como ocurre siempre, un hombre decidido, Clement Maurice, en vez de hablar con ellos utiliza al padre como mediador y se sale con la suya: se firma un contrato y el avispado hombre explotará el invento.
El cine comienza siendo documental y simultáneamente cómico. Se suceden de inmediato las actualidades (una prolongación de la tarjeta postal). Y poco después aparece el detalle y la curiosidad del ojo de la cámara en una peliculita alemana en la que se ve a unos jóvenes en bicicleta: rostros, torsos, manos, pies. Los caracteres y estilos nacionales comienzan a manifestarse.
Todo permanece en estado anecdótico hasta que llega Mélias. Y se introduce la fantasía, el subterfugio y el truco para divertir al público porque, no olvidar, casi todo arte nace del placer y del juego. Y para Mélias "el cine es un taller fotográfico con las proporciones de la escena teatral".
Más adelante llega lo trágico en actualidades y reproducciones. Pronto se explota lo picante. Surgen los dibujos animados. Luego vienen los cuentos de hadas y se difunde el drama.
En la Exposición de París de 1900 ya había aparatos parlantes y visuales. Pantallas gigantescas. Y se escribía con gran seriedad: "El cine ha alcanzado ya su apogeo". Se exageraba, claro. Pero había algo de cierto en ello. Fundamentalmente, el cine es un procedimiento físico para el entretenimiento humano por medio de imágenes movidas. Y la curiosidad, el afán de saber, la diversión y el ensueño continúan siendo la esencial e histórica finalidad del cine.
El cine, al empezar, de manera inmediata no fue más que una mirada registradora que se interesaba superficialmente por todos los aspectos del mundo. Después se le utilizó, bien para analizar los movimientos rápidos, bien para descubrir los movimientos lentos. Y algo más tarde se le enseñó a agrandar lo infinitamente pequeño y a aproximar lo infinitamente lejano.
De pronto, a este ojo, tras diversos tanteos, se le añadió un oído y un órgano de elocución. Y de improviso nos percatamos de que se había creado una especie de cerebro mecánico parcial. Cerebro que recibe excitaciones visuales y auditivas que a su manera las coordina en el espacio y en el tiempo. Y que las expresa elaboradas y combinadas bajo una forma frecuentemente asombrosa.
El auotr es historiador y crítico cubano de cine. Colaborador de Prensa Latina.
Fuente Bolprees