La mayoría de los integrantes del Circo Nacional de Puerto Rico son egresados de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Es por esto que algunos estarán presentes en el primer Food Truck Summer Fest, evento dedicado a los exalumnos de la UPR que se llevará a cabo en el Jardín Botánico de Río Piedras el próximo domingo 5 de julio, a partir de las 11:00 de la mañana.
Para conocer más sobre el proceso de crear un circo, Diálogo entrevistó a Arturo Gaskins, graduado de la UPR en Cayey y quien fundó el Circo Nacional en el 2010. El joven artista sentía que su misión era servir como un agente de cambio social en Puerto Rico, así que decidió hacerlo mediante un método poco convencional: fundar un circo.
El Circo Nacional de Puerto Rico es una organización sin fines de lucro que nació por el interés de promover el arte circense como una alternativa económica, educativa y cultural. Gaskins lo describe como un arte “humano y accesible a la gente que lo quiera ver”.
Su amor por las artes escénicas surgió cuando entró a la universidad. Nacido y criado en Carite, Cayey, a los 14 años Gaskins practicaba el deporte del “motocross”, del que fue campeón por tres años. Pero todo cambió cuando sufrió un accidente que lo dejó en estado de coma durante varias horas. Al despertar, su manera de ver y percibir el mundo se había transformado.
El joven de 33 años aseguró que tomó un curso de pantomima en su primer año universitario solo por curiosidad. “Nada del arte me interesaba”, admitió Gaskins, quien no sabía nada sobre la pantomima, aunque luego de tomar la clase con el profesor Rafael Fuentes, se enamoró de ella.
Gaskins se graduó del programa de Humanidades General, ya que no existe un Departamento de Drama en la UPR en Cayey. En su bachillerato, tomó varios cursos de teatro y fue miembro fundador de la organización estudiantil Atelier Teatral, junto a Fuentes.
El teatrero también hizo un intercambio en la Universidad de Burdeos en Francia. Fue en el país galo donde descubrió su pasión por el arte circense. Allí, conoció gente que se dedicaba al circo callejero, y pronto él comenzaría a ganarse un poco de dinero uniéndose a esas personas que daban espectáculos en las calles. Gaskins decidió entonces trasladarse a la Escuela Nacional de Circo en Burdeos y al Eric de Bont International Clown School, donde aprendió técnicas de “clown”, bufón, pantomima y acrobacia.
Luego de terminar su bachillerato, Gaskins obtuvo su maestría en bellas artes de Lecoq-Based Actor-Created Theater en la Universidad de Naropa. También estuvo dos años en el International School of Performing Arts de Londres, donde se graduó en el 2007. Más tarde, en el 2009 regresó a Francia para tomar el taller profesional de circo en la Escuela Passe Muraille Centre d’Arts du Cirque en Besanzón.
Tras varios años de experiencia y entrenamiento, el artista volvió a Puerto Rico en el 2010. Al regresar, se dio cuenta de la falta de espacios para entrenar y la poca actividad circense en la Isla. “Hay muchos circos que vienen y se van, y no aportan nada a la cultura”, expresó.
Fue gracias a esta necesidad que el joven decidió, junto a sus compañeros Joel Guzmán y Andrea Martínez, fundar el Circo Nacional de Puerto Rico. Gaskins explicó que el nombrarlo “Circo Nacional” se debe a que es un nombre tradicional que se utiliza para los circos a nivel mundial. “[Actualmente] en el Caribe no hay otro circo nacional”, aclaró.
El Circo cuenta con su equipo de malabaristas, payasos y acróbatas, entre otros artistas, y ha llegado a presentarse en 40 municipios. En sus espectáculos fusionan los elementos circenses con el teatro. Sin embargo, el mayor interés de su fundador es “recuperar el circo callejero y descubrir el juego personal y con el público”.
Actualmente Gaskins vive del circo, pero también es instructor de tango en la Casa del Tango en Santurce. Igualmente ha colaborado en la UPR en Cayey y en el Departamento de Drama del Recinto de Río Piedras, donde ha ayudado a organizar actividades con el Consejo General de Estudiantes. Asimismo, se ha presentado con el Circo Nacional en residenciales públicos, en la Comunidad Capetillo y en el Caño Martín Peña.
Para Gaskins, lo importante no es obtener fama ni reconocimiento en lo que hace, sino que su arte sea accesible a la mayor cantidad de gente posible. Se ha fijado en que muchos estudiantes estudian teatro no por “hacer teatro”, sino por el hecho de “ser alguien”. Ante esto, el artista expresó que “me encantaría que el circo fuera un trabajo social más que un gran espectáculo para impresionar”.
Dentro de las metas a largo plazo, se encuentra un mayor crecimiento del Circo Nacional para un día convertirlo en lo que sería la primera escuela de circo en Puerto Rico. Por el momento, esperan aumentar el número de municipios donde se han presentado y la cantidad de funciones que realizan al año.
Anualmente, la organización ha llegado a tener 200 funciones. En mayo pasado, el circo viajó a Chicago para presentarse en la Parada Puertorriqueña, el Segundo Ruiz Belvis Cultural Center, el National Museum of Puerto Rican Arts and Culture y en el Instituto de Cervantes. Mientras, en lo que va de año, se han presentado localmente en el Boys & Girls Club y el pasado fin de semana en el Jardín del Instituto de Cultura de Puerto Rico, como parte de la celebración del sexagésimo aniversario de la institución.
Gaskins viajará esta semana a Montreal, Canadá, para tomar cursos en la École Nationale de Cirque por un mes. Mientras, los otros miembros del Circo Nacional se quedan en Puerto Rico y compartirán con otros exalumnos de la UPR en la actividad del 1st Food Truck Summer Fest.
Pronto se estará publicando en Diálogo las entrevistas con alguno de los miembros que se han comprometido a llevar el arte circense a la comunidad puertorriqueña.