“El dinero trae respeto y yo quiero que me respeten”, dijo Pedro Ruíz mientras justificaba por qué robaba. A partir de este pensamiento se desarrolla la trama de esta película del novel director de cine dominicano, Pedro Urrutia.
Pedro, interpretado por David Maler, era un vendedor de bienes raíces y con la ayuda de una de las oficinistas de la compañía para la que él trabajaba obtenía las llaves de las propiedades que estaban en venta, las asaltaba por las noches y robaba todo lo que podía.
Esta parecía ser la costumbre de Pedro, hasta que una noche todo cambió. Una de sus noches habituales estaba hurtando en una mansión en Santo Domingo y fue hallado con las manos en la masa. Para complicar su situación esa misma noche otra actividad criminal sucedía en la casa y Pedro, sin quererlo, quedó involucrado en un complejo lío de gangas donde había mucho dinero envuelto.
La historia es interesante, mantiene buen ritmo, y aunque es una película de acción, están presente ciertos elementos de comedia que amenizan la historia.
Ahora bien, aunque si es cierto que interesa y entretiene, hay que dejar claro que la historia es sencilla. Lo suficientemente sencilla como para que fuera un cortometraje y nada más.
No hay una evolución compleja de los personajes. Al principio hay lagunas donde no sucede nada. Y la resolución del problema es sorprendentemente breve y simple.
En resumen: la historia no tiene suficiente tela como para ser recreada en largometraje. Le sobraron minutos.
Otro problema que presenta la película es que las actuaciones no son acertadas. En términos generales fueron malas, en especial el trabajo de Paula Sánchez Ferry y José Guillermo Cortines, quienes interpretaron a Paz y Fernando Del Rosario, respectivamente.
La actuación de Paula Sánchez carece de organicidad, es muerta, se siente como si estuviese leyendo el guión en su casa para memorizárselo. Mientras que José Guillermo Cortines va por el mismo camino. Lo más incómodo de su interpretación fue el acento forzado con el que habló.
Hay que destacar que las interpretaciones de David Maler y de Nashla Bogaert –quien hizo de una asesina a sueldo tipo Matrix– fueron decentes. Sin embargo, el que mejor lució sus dotes actorales fue Canek Denis, quien interpretó al Flaco. Sin duda su presencia ayudó a refrescar la trama y su trabajo fue sencillamente limpio y bueno.
En cuanto a la presentación visual del filme, podemos destacar una camarografía nítida, con tomas subjetivas bien logradas y lindas.
En fin, si no eres muy exigente con el cine no tendrás problemas viendo esta película, pues logra entretener y tiene sus momentos graciosos. De lo contrario, no te la recomiendo.
El filme estrena hoy en las salas de Fine Arts de Hato Rey.
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