Los organismos multicelulares, incluyendo los seres humanos, balancean la cantidad de células nuevas que se crean a través de la mitosis – tipo de división del núcleo celular por el cual se conservan los organelos y la información genética- y la cantidad de células viejas que mueren por apoptosis o muerte celular.
No se alarme ni se ponga triste, pero en las últimas 24 horas han habido billones de muertes. Aunque esta cifra es impresionante, no hablamos de personas muertas, si no de células muertas en su propio cuerpo. El proceso en el que las células del cuerpo mueren naturalmente se conoce como apoptosis. La palabra apoptosis viene del griego y significa “caerse a pedazos” o “deshacerse.”
La apoptosis, también llamada “muerte celular programada” o “suicidio celular,” es un proceso normal en el que las células están genéticamente obligadas a auto-destruirse. Este proceso no es dañino para el cuerpo y sólo ocurre si las células no pueden funcionar normalmente, si ya no se necesitan, o si son invadidas por algún virus.
Cuán rápido las células son reemplazadas depende del órgano del cuerpo donde estén. La capa de células que recubre el intestino delgado por dentro se regenera una vez a la semana. Las células del páncreas se reemplazan casi completamente una vez al año. Los huesos se regeneran más lentamente, a un ritmo de 10% de las células al año. Otros órganos, como el corazón, casi no tienen reemplazo celular. Existen órganos que pueden acelerar su apoptosis y mitosis si sufren daño, tales como las células del hígado y las de la piel.
El proceso de apoptosis es cuidadosamente coordinado por la célula. Una vez la célula percibe un estímulo interno o externo que le indica que es hora de morir, ésta libera una enzima llamada proteasa. La proteasa desencadena una serie de eventos, hace que la célula se encoja, se separe de las células vecinas y se desintegre en pedacitos. Finalmente, el sistema immunológico remueve el material celular remanente sin que las otras células vecinas se vean afectadas de ninguna manera.
Es importante recalcar que la apoptosis ya esta pre-programada en cada célula. Hay veces, sin embargo, que las células mueren cuando no deben. Si éstas se exponen a calor o frío extremos, o a alguna herida, entonces las células se inflan y explotan inesperadamente, regando su contenido en todas direcciones y creando una reacción inflamatoria en las células vecinas. Este proceso se conoce como necrosis.
Se preguntará el lector, si esto de la apoptosis es verdad y mueren billones de células en su cuerpo cada día, ¿por qué no bajo de peso o me desmorono como un polvorón? La respuesta es que la apoptosis está balanceada con la mitosis, la reproducción celular. Esta interacción apoptosis-mitosis mantiene el número total de células saludables más o menos estable y permite que el cuerpo humano y sus órganos retengan el mismo tamaño y función.
Los científicos están muy interesados en la apoptosis y su relación con ciertas enfermedades. Ya se ha descubierto que si la apoptosis se detiene o baja de velocidad, puede crear cáncer, tumores, infecciones virales y lupus. Por el contrario, si el proceso de apoptosis se acelera, entonces puede causar Alzheimer, enfermedad de Parkinson, ciertos tipos de esclerosis y otras enfermedades neurodegenerativas.
Fuente www.cienciapr.org.