El ataque al Colegio Universitario de Garissa en Kenia, que tuvo el saldo de 147 estudiantes universitarios muertos y 79 heridos, ha sumido al país en duelo y provocado represalias de parte del ejército keniano a los militantes que cometieron una de las mayores masacres de las que se tenga noticia en la historia del país africano.
Según reseñó The New York Times, el grupo extremista somalí al-Shabab admitió que un grupo de sus militantes fueron los responsables de la masacre en Garissa el pasado Jueves Santo. Aparentemente, los integrantes de al-Shabab entraron a la universidad en horas de la madrugada y separaron a los estudiantes cristianos de los musulmanes, asesinando a los primeros.
Inmediatamente, se comenzaron a circular posibles razones detrás de la masacre estudiantil. De acuerdo con el sitio web de BBC News, al-Shabab ha estado en conflicto con Kenia desde que el ejército keniano entró a Somalia en el 2011 en un esfuerzo para eliminar a los militantes de la organización.
Del mismo modo, ambos países africanos poseen tensiones religiosas desde hace años. Según el mismo artículo de The New York Times, uno de los portavoces de al-Shabab, Ali Mohamoud Raghe, expresó que el ataque se debió a que el gobierno cristiano de Kenia había invadido su país, Somalia. Garissa, donde está ubicada la institución académica, está localizado a cerca de 90 millas de la frontera somalí.
Reacciones hacia el ataque
Luego del ataque en Garissa, el gobierno de Kenia declaró tres días de duelo para recordar a los universitarios asesinados. Las actividades de la celebración católica del Domingo de Resurrección, por ejemplo, se organizaron en honor a los estudiantes, y el Papa Francisco también ofreció un mensaje en memoria de las víctimas, destacó BBC News.
Por otro lado, según The Associated Press, el ejército de Kenia realizó bombardeos en Somalia para intentar destruir los campamentos de al-Shabab. Asimismo, The New York Times indicó que el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ha ordenado a incrementar la seguridad en el país, a pesar de ser denunciado por organizaciones de derechos humanos por prácticas en contra de los derechos civiles.
Aunque la masacre del Colegio Universitario de Garissa es la que más muertos ha dejado, no ha sido el único ataque del cual al-Shabab ha asumido responsabilidad. The New York Times destacó que el grupo extremista ha matado a cientos de kenianos en autobuses, iglesias, puestos costeros y hasta en un centro comercial de lujo.