SEUL (Reuters) – Soldados gritaron y celebraron este miércoles en un masivo mitin por el desafiante lanzamiento de un cohete por parte de Corea del Norte, mientras el ministro de Relaciones Exteriores ruso dijo que cualquier nuevo castigo a Pyongyang podría ser contraproducente. Estados Unidos, Japón y Corea del Sur dijeron que el lanzamiento realizado por Corea del Norte el pasado fin de semana fue una prueba encubierta de un misil de largo alcance diseñado para llevar ojivas a territorio estadounidense y merece un castigo porque violó resoluciones de Naciones Unidas. Ayer martes, Corea del Norte advirtió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que llevaría a cabo “fuertes acciones” si el cuerpo de 15 naciones tomaba cualquier acción en respuesta al lanzamiento. El miércoles, Corea del Norte reunió a sus principales funcionarios comunistas y del Ejército para una celebración del lanzamiento transmitido por su canal de televisión estatal y monitoreado por Seúl. El aislado Estado ha amenazado con boicotear las conversaciones de seis partes para el desarme nuclear y volver a poner en marcha su planta que elabora plutonio de un nivel apto para fabricar bombas si es castigado por Naciones Unidas. También advirtió el miércoles que tomaría acciones militares si alguien intenta recuperar restos del cohete. Oficiales del Ejército estadounidense y surcoreano dijeron que el misil, conocido como el Taepodong-2, cayó al mar y ningún satélite fue desplegado durante su vuelo de 3.200 kilómetros sobre Japón que terminó en el Océano Pacífico. La agencia de noticias norcoreana KCNA citó a un portavoz militar diciendo que el intento de Japón por encontrar rastros del cohete que cayeron en aguas frente a sus costas sería “un acto militar provocativo intolerable (…)” y recibiría una respuesta apropiada. Diplomáticos han dicho que China y Rusia probablemente aceptarían una advertencia del Consejo de Seguridad a Pyongyang instándolo a cumplir las resoluciones de Naciones Unidas y regresar a las conversaciones de seis naciones que apuntan a desmantelar el programa de armas nucleares de Corea del Norte. Pero se opondrían a una resolución vinculante que busque castigar a Pyongyang. Estados Unidos y Japón preferirían una resolución que expanda sus sanciones financieras, que han sido criticadas por su mala aplicación. Pekín, lo más cercano que tiene Corea del Norte a un aliado importante que se preocupa por la estabilidad de su impredecible vecino, ha dicho que cualquier reacción de Naciones Unidas debe ser “prudente y proporcionada”. El ministro de Relaciones exteriores ruso Sergei Lavrov dijo que amenazar con sanciones a Corea del Norte era “contraproducente”. Corea del Norte asegura que tiene derecho a desplegar un satélite, que supuestamente está rodeando la Tierra reproduciendo canciones revolucionarias, como parte de un programa espacial pacífico.