Ante los cambios que ha sufrido el campo del periodismo en los últimos años, debido a las modificaciones que han impulsado lo que se conoce como convergencia mediática y las dificultades económicas en el mercado, no es sorpresa que los medios de comunicación tradicionales hayan impulsado una agenda editorial que deja a un lado lo que se conoce como el periodismo de investigación.
Ante este vacío en el campo de la comunicación local – por la ausencia de un periodismo que investigue, fiscalize y denuncie – surge el Centro de Periodismo Investigativo (CPI).
“Concluimos muy temprano que el periodismo investigativo necesita otras dinámicas que no proveen los medios comerciales”, asegura el periodista y licenciado Oscar Serrano, co-fundador del Centro.
El CPI es una organización sin fines de lucro cuyos objetivos principales son la investigación periodística y el litigio de casos de acceso a la información, explica el periodista Eliván Martínez.
Por su parte, la periodista Laura Candelas, directora ejecutiva del CPI, narra que “antes hubo una tradición de eso (el periodismo investigativo) ejemplar y con los años se fue perdiendo”.
El CPI fue fundado en el 2007 por Serrano y la periodista investigativa Omaya Sosa Pascual, comenzando sus labores formalmente en el 2008. A seis años de su establecimiento, han divulgado sobre 300 reportajes investigativos y sus trabajos han sido premiados por distintos gremios periodísticos tales como el Overseas Press Club y la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO).
Serrano explica que en casos de litigio, se nutren de la ayuda de estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana, lugar donde se encuentran ubicados.
Un camino lleno de desafíos
“El Centro está llenando un vacío que han dejado muchos medios por causa del mercado”, narra Martínez. Sin embargo, esta apuesta conlleva que mantener una institución como el CPI sea retante. Serrano declara que dos grandes desafíos del Centro son la continuidad de la entidad y la divulgación de sus historias.
“¿Cómo se sostiene de manera perpetua una organización independiente, sin fines de lucro, que no está sujeta a las dinámicas comerciales?”, cuestiona Serrano. Debido al modelo económico de donativos institucionales e individuales por el cuál se rige el Centro, predecir las finanzas de la institución es imposible.
El CPI se nutre de la aportación que hacen organizaciones tales como la Fundación Francisco Carvajal y la Fundación Ángel Ramos, el apoyo institucional de la Universidad Interamericana y una mezcla de fuentes de ingreso que incluyen los donativos de ciudadanos, la venta de historias y las subvenciones de fundaciones internacionales que dan apoyo económico a proyectos específicos tales como la serie investigativa El impuesto secreto del alcalde Santini, describe Serrano.
El co-fundador también enfatiza que “ubicarse fuera de los medios comerciales” equivale a “ubicarse fuera de las grandes audiencias”. Por tanto, constituye un desafío el que la información producida en el CPI logre tener el alcance y difusión de otros medios.
Por su parte, Martínez también menciona la concepción errónea que tienen otros medios de comunicación sobre el CPI como uno de los retos que enfrentan actualmente. Para el periodista, el Centro debería ser considerado como un aliado y no como otro competidor en el mercado.
Martínez enfatiza que para otros medios de comunicación el Centro puede ser una fuente de información, pues todas las historias publicadas por el CPI están disponibles para ser reproducidas libremente y sin costo alguno, siempre y cuando se le adjudique crédito a la institución.
Sin embargo, para Candelas el mayor reto del CPI – y su razón principal de ser – es que los “funcionarios comprendan que la información que manejan es pública”. La periodista subraya que es necesario “romper esas barreras (…) cambiar esa mentalidad de cómo se maneja la información desde el poder público y el poder privado”.
"La voz de los que no tienen voz"
Los periodistas aseguran que la dinámica laboral en el CPI es una similar a cualquier sala de redacción. El equipo de trabajo se reúne y discute sus propuestas. La diferencia está en que muchas veces “no es una noticia” lo que se elige, comenta Martínez, si no que se proponen temas que a los reporteros le gustaría investigar porque vieron "algo extraño".
Tanto el periodista como Serrano aseguran que en otros medios de comunicación sí se producen investigaciones, sin embargo, la profundidad y magnitud de éstas no se pueden comparar a las que el Centro publica.
La razón primordial es que “la investigación (en otros medios) es la inversión mínima”, sostiene por su parte Martínez.
Es en esos dos puntos donde yace la diferencia más marcada entre el CPI y otros medios de comunicación. “Muchas veces tú sueltas a alguien como que (diciéndole) “investiga” (el tema)”, cuenta Martínez. Esta dinámica carga consigo un gran nivel de incertidumbre, pues no hay garantía segura de que al final del proceso surja una historia. Tampoco es garantía el que dichas historias sean proyectos rentables.
Para Martínez, hay proyectos que no se hacen por ganar dinero. “Son valores intangibles” los que se obtienen, asegura. Su rostro se ilumina cuando habla de la satisfacción que produce cada aportación que el CPI hace con sus historias. El periodista lo describe con una sonrisa mientras repite lo que piensa cada vez que se adjudican un triunfo: “¡Coño, qué bien que sacamos esto!”
Sin embargo, el lograr esta misión conlleva “meterle mano a sectores e historias que nadie quiere tocar”, según explica Serrano.
Ejemplos de historias recientes publicadas por el CPI han sido una serie investigativa sobre las exenciones otorgadas por el gobierno a la cadena de tiendas Walmart y otra que revela la falta de transparencia en el manejo de la información sobre la bacteria Acinetobacter baumannii en los hospitales de la Isla.
El CPI acaba de relanzar su página web y han creado una campaña publicitaria con el lema “Esta boca es nuestra”. Según Martínez, la campaña cumple con un doble propósito: dar a conocer la labor del Centro a la vez que reafirma la misión y visión de la organización.
“Tenemos la necesidad de hablar sobre nuestros problemas, denunciar los problemas de la sociedad y también de tener derecho a esa información que como ciudadanos nos afecta”, sostiene Martínez. Trabajar como reportero en el CPI significa “una oportunidad que pocos tienen… Ni te dictan la línea, no te censuran y tienes tiempo”, cuenta el periodista.
Por su parte, Candelas asegura que el Centro de Periodismo Investigativo seguirá siendo necesario porque considera que, después de todo, el CPI es "la voz de los que no tienen voz.”