El surgimiento de dos gobiernos, el gobierno bolivariano socialista de Nicolás Maduro y el autoproclamado gobierno opositor de Juan Guaidó, en la República Bolivariana de Venezuela no es un caso único históricamente hablando.
Existen precedentes como el gobierno de la II República Española de Alcalá Zamora y Azaña y el gobierno insurgente nacionalista del Generalísimo Francisco Franco en la España de los 1930, el gobierno nacionalista del Generalísimo Jiang Jieshi y el comunista de Mao Zedong en China, o la Francia Libre de Charles de Gualle y la Francia de Vichy del General Pétain en la Francia ocupada por el III Reich Alemán entre 1939 y 1945.
En situaciones como esta la respuesta de la comunidad internacional es fundamental en términos de cual gobierno prevalecerá. Todo gobierno que quiera sobrevivir necesita el reconocimiento de la comunidad internacional. Sin este ningún estado, ni su gobierno, pueden tener una existencia normal.
Sin reconocimiento no hay relaciones diplomáticas y sin estas ningún estado puede emprender todas las políticas que normalmente un país necesita para subsistir: comercio, turismo, intercambios educativos, científicos, profesionales, cooperación internacional en salud, educación, finanzas, lucha contra el crimen y el terrorismo, cooperación multilateral, observación de derechos humanos y democratización, desarme, entre otros factores necesarios para que un estado y su gobierno sobrevivan en un sistema internacional cada vez más interdependiente.
En este sentido, se le ha ido cerrando el cerco al gobierno de Nicolás Maduro. Su gobierno ya ha perdido el reconocimiento de Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA), el Grupo de Lima (Canadá y trece países latinoamericanos y caribeños) excepto México, Australia, Israel, la Unión Europa (excepto Italia y Grecia), y países europeos no miembros de la Unión Europea (Ucrania, Albania, Macedonia, Georgia, Kósovo).
En total 45 países han retirado su reconocimiento a Maduro y, por tanto, han retirado sus embajadas o han disminuido significativamente su presencia diplomática en Venezuela. Los factores alegados para retirar dicho reconocimiento y reconocer al presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó como Presidente Interino se basan en la represión política contra toda oposición en Venezuela, el incremento en violaciones de derechos humanos, algunas de ellas graves como torturas, ejecuciones extrajudiciales y exterminio y la celebración de elecciones fraudulentas con marginación de la oposición y sin adecuada observación internacional.
Maduro también ha pasado a perder legitimidad interna ante el caos económico ocasionado por sus políticas económicas, lo que le ha llevado a perder apoyo incluso en los bastiones de clase obrera que el movimiento bolivariano (chavista) había consolidado. Su política económica fallida, los niveles muy significativos de corrupción y el colapso del precio del petróleo han resultado en una disminución de los programas sociales (misiones) del gobierno y en una consiguiente pérdida de apoyo en los barrios populares.
Maduro ya ha perdido el reconocimiento mayoritario. Sin embargo, conserva todavía el reconocimiento de algunos estados como Rusia, China, Turquía, Irán, México, Sur África, Grecia, Siria, Belarús, Corea del Norte, Namibia, Cuba, Bolivia, Surinam, Nicaragua, Palestina y El Salvador.
También hay varios países que se han mantenido neutrales y no reconocen ni a uno, ni a otro como la Santa Sede y Uruguay, aunque este último parece estar inclinándose a reconocer a Guaidó en un futuro cercano.
Por otro lado, un grupo de países europeos se mantienen neutrales, pero solicitan nuevas elecciones. Entre estos están Italia, Irlanda, Croacia, Rumanía y Bulgaria. India no ha reconocido explícitamente a Maduro, pero sí rechazo apoyar a Guaidó. Noruega se mantiene ajeno al reconocimiento ya que declaró que es su política de estado no reconocer gobiernos sino estados, lo cual en términos prácticos favorece a quienquiera que sea el gobierno de facto, en este caso el de Maduro.
La mayoría de los países africanos y asiáticos no se han pronunciado todavía. Sin embargo, el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, declaró que Venezuela conformará un grupo de 50 países que le apoyan, presumiblemente un número significativo tendrían que ser africanos y asiáticos que no se han pronunciado todavía.
La situación internacional se le va complicando a Maduro, ya que la pérdida de reconocimiento tiene consecuencias muy concretas que hunden a Venezuela más aún en la crisis económica.
Estados Unidos particularmente ha intensificado las sanciones económicas y financieras contra el gobierno de Maduro. El efecto en términos de política interna será de una mayor pérdida de legitimidad para el gobierno de Maduro puesto que Venezuela es altamente dependiente de Estados Unidos en el plano económico.
La Unión Europea también ha adoptado sanciones contra Venezuela, aunque no tan severas como las de Estados Unidos. Además, la pérdida de reconocimiento va convirtiendo al gobierno de Maduro en uno cada vez más de facto y cada vez menos de iure. La estrategia de Guaidó es precisamente obtener reconocimiento como gobernante de iure con el propósito de aislar a Maduro hasta promover su colapso.
Aunque es muy difícil predecir el desenlace, sí queda claro que el gobierno de Maduro corre un riesgo de colapsar, tanto por factores internos (crisis económica, oposición interna de entre 70 a 80 porciento, escasez de productos básicos, colapso de servicios públicos básicos) que le están llevando a convertir paulatinamente a Venezuela en un “estado fallido” como por su creciente aislamiento internacional, lo cual puede agravar la situación e inclinar el apoyo de la casta militar en la dirección de Guaidó.
Esto, sin embargo, no ha ocurrido todavía y está por verse si los militares darán el salto. Ya hay señales de que algunos comienzan a cuestionarse si tiene sentido seguir apoyando a Maduro. Al final, los militares se alinearán en el bando que les convenga más.
Lo que sí puede decirse con certeza es que si colapsara el gobierno de Maduro, esto no ocurrirá a corto plazo como han predicho equivocadamente muchos analistas. De colapsar será a mediano o largo plazo. Este régimen durará todavía por lo menos hasta finales del 2019.
Un factor clave para que los aleteos del gobierno de Maduro continúen por un tiempo es que todavía cuenta con el apoyo de Rusia y China particularmente y estas potencias buscarán formas de apoyar al gobierno de Maduro para que sobreviva durante algún período más. Estas potencias ya han invertido mucho en Venezuela y no están dispuestas a renunciar a sus intereses sin dar la batalla.
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El autor es profesor de Ciencia Política en el Recinto Universtario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.