Intelectuales y artistas cubanos han pedido poner freno a la difusión de canciones "vulgares", "machistas" y "sexistas".
Un funcionario anunció la formulación de una ley que "regula el uso de la música", según informó recientemente el diario oficial Granma.
La ensayista y crítica literaria Graziella Pogolotti condenó "la carga machista y sexista de las letras de buena parte de los reguetones", que son difundidos por la radio, la televisión y en lugares públicos de la isla, incluyendo instalaciones turísticas, dijo Granma.
"Hay mucho más que vulgaridad en el reguetón. Hay una profunda falta de respeto a la dignidad de la mujer", agregó Pogolotti, según el diario Juventud Rebelde.
Los reclamos fueron hechos durante el Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), realizado el pasado miércoles con la presencia de su presidente, el poeta Miguel Barnet; el ministro de Cultura, Rafael Bernal; y el ideólogo del gobernante Partido Comunista, Esteban Lazo.
En el encuentro, el presidente del estatal Instituto Cubano de la Música, Orlando Vistel, anunció que está "en fase de formulación una norma jurídica que regula los usos de la música".
"Entre los participantes en el Consejo hubo consenso acerca de que la música que conforma el entorno sonoro (…) presenta lamentablemente una evidente carencia de valores que deriva en una amplia gama de vulgaridades", indicó Granma.
Agregó que esta música "cotidianamente se escucha en ambientaciones públicas, cafeterías, centros nocturnos, festividades populares, parte de los programas de radio y televisión, en ómnibus, taxis y hasta en no pocas escuelas y círculos (jardines) infantiles".
Desde hace más de un año, los medios cubanos, todos bajo control estatal, reflejan críticas hacia los creadores del reguetón, tanto por el contenido de sus canciones, como por la difusión de videos considerados sexualmente atrevidos.
Estos temas musicales tienen, sin embargo, muchos seguidores entre los jóvenes cubanos y los videos, filmados de forma independiente, pasan de mano en mano, así como las copias de sus discos.
El investigador y crítico literario Desiderio Navarro "consideró que ante fenómenos de tal naturaleza se asiste además a la subversión de los valores éticos de nuestra sociedad, lo cual es mucho más grave cuando la difusión se lleva a cabo desde los medios de comunicación", señaló Granma.
Por su parte, el pianista Frank Fernández "situó la dimensión del problema mucho más allá de uno u otro género musical, sino como una afectación cultural que a medida que pasa el tiempo implica pérdidas en la vida espiritual de los cubanos".
Fuente Radio Nederlands Latinoamérica