El gobierno cubano de Raúl Castro inaugura el nuevo año con el fuerte respaldo de la Unión Europea (UE), que promete expandir la cooperación, profundizar el apoyo al proceso de reformas y seguir trabajando por el cese del embargo estadounidense.
Este nuevo capítulo en las relaciones entre La Habana y la UE es resultado del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC), cuya implementación conjunta comenzó con la visita a Cuba el 3 y el 4 de este mes de Federica Mogherini, alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidenta de la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque.
Frente al enfriamiento de las relaciones bilaterales con Estados Unidos impuesto por la administración de Donald Trump, el momento no podía ser más propicio para Cuba, especialmente por el recrudecimiento del bloqueo, que Mogherini calificó de obsoleto e ilegal y causante de empeorar la calidad de vida de mujeres, hombres y niños cubanos.
Para Christian Ghymers, presidente del Instituto Interuniversitario para las relaciones Europa, América Latina y el Caribe, de Bélgica, el giro dado por Trump al deshielo iniciado en la política hacia Cuba por su antecesor, Barack Obama (2009-2017), amplía el “espacio a las negociaciones con la UE”.
“Esto podría ser favorable por permitirle a Europa ocupar un lugar protagónico en la relación con Cuba mientras Trump permanezca en el poder. También le permitiría a la nación caribeña estar más preparada cuando una nueva administración vuelva a gobernar en interés de Estados Unidos”, sopesó el investigador belga.
“Por lo tanto considero positivo para Cuba estrechar sus vínculos con la UE en estos momentos”, indicó el también presidente de la Cámara de Comercio Belgo-Chilena de Bruselas. En su opinión, el bloque comunitario ofrece marcos de cooperación más beneficiosos para esta isla caribeña.
“Lamentamos que la actual administración estadounidense haya cambiado aparentemente su posición con respecto a Cuba”, dijo Mogherini, en la conferencia de prensa del cierre de su visita, el 4 de este mes, en el Palacio de Segundo Cabo, sede de uno de los proyectos simbólicos de la cooperación cubano-europea.
“Existe un valor añadido en cuanto a la UE porque es un socio sólido, firme y confiable: nosotros somos consistentes en nuestra política aunque existen diferencias. No hay un factor de imprevisibilidad ni hay cambios repentinos en nuestra política exterior”, remarcó la diplomática.
La funcionaria europea aseguró que el bloque y la nación caribeña elevaron sus “relaciones a un nuevo nivel: la UE ya es el primer socio comercial, el primer inversor y el primer socio en cooperación para el desarrollo de Cuba”, aunque “puede existir la percepción de que hay otros que están en los primeros lugares de la lista”.
De esa manera, trascendió que el bloque desplazó a Venezuela, que durante años fue el primer socio comercial de La Habana.
Cuba atraviesa desde 2016 una nueva recaída en la casi crónica crisis económica que comenzó en 1991, debido a problemas internos y a los recortes de los suministros de crudo a precios preferenciales de su aliado Venezuela, que lidia con una compleja situación política interna y externa en medio de un descenso vertiginoso de la economía.
En ese contexto, analistas coinciden en que el respaldo europeo dará oxígeno a la debilitada economía cubana. Tras un discreto crecimiento de 1.6% en 2017, se prevé para 2018 un aumento de dos por ciento, igualmente insuficiente para las necesidades de desarrollo del país.
Sin mencionar montos totales, Mogherini pronosticó un incremento de las inversiones europeas en los próximos años, en una economía que necesita inversiones anuales sostenidas de 2,500 millones de dólares para lograr el ansiado despegue de su producto interno bruto.
También anunció que se firmará un nuevo programa conjunto en energías renovables por 18 millones de euros (más de $21 millones), otro de agricultura sostenible por 21 millones de euros ($25.3 millones) y se ampliarán los intercambios culturales y de especialistas con 10 millones de euros (unos $12 millones).
Otro rubro a incrementar son los intercambios culturales y la recuperación tras el furioso huracán Irma.
Una delegación del Banco para las Inversiones de la UE visitará La Habana a fines de este mes para explorar posibilidades de trabajo conjunto.
Mientras, áreas y temas más concretos de cooperación son analizados por equipos bilaterales de cara al primer Consejo Conjunto Cuba-UE, a celebrarse el 28 de febrero en Bruselas.
Mogherini añadió que, “en los últimos años, la UE ha conversado con Cuba sobre cómo puede acompañar la modernización de la economía cubana y los lineamientos”, el documento programático de la reforma económica y social emprendida por el gobierno, al parecer saliente, de Raúl Castro.
“Dados los acontecimientos políticos y la transición que tendrá lugar en Cuba, considero que esto [el acuerdo marco] es un paso histórico y seguiremos con atención estos acontecimientos”, valoró la diplomática, en referencia al cambio presidencial que se anunció en la nación caribeña para abril de este año.
Durante su visita, la tercera en casi dos años y la primera luego del logro del ADPC firmado en diciembre de 2016, Mogherini se reunió con el presidente cubano, Raúl Castro, el canciller Bruno Rodríguez y los ministros Rodrigo Malmierca (comercio exterior) y Abel Prieto (cultura). Y dictó una conferencia en el Colegio Universitario de San Gerónimo.
También fue recibida por el presidente del parlamento, Esteban Lazo, el Historiador de La Habana, Eusebio Leal, y el cardenal Jaime Ortega. Y recorrió el Palacio del Segundo Cabo y el Centro para Adolescentes, que con ayuda del bloque funciona en el municipio fundacional de La Habana Vieja.
El acuerdo, con más de 30 áreas de cooperación, ofrece a Cuba oportunidades adicionales para promover el desarrollo sostenible, la democracia, los derechos humanos y el apoyo a la modernización del modelo socioeconómico cubano, así como para encontrar soluciones comunes a desafíos globales.
Y el eurobloque resalta que incluye la participación de la sociedad civil cubana y europea, así como el intercambio entre las personas.
Aunque la implementación total del ADPC, que por ahora resulta provisional, sucederá cuando todos los parlamentos de los 28 estados miembros de la unión lo ratifiquen, hasta ahora solo lo hicieron siete países.
La Comisión Europea y La Habana comenzaron sus conversaciones el 29 de abril de 2014 y concluyeron tras siete rondas bilaterales de trabajo en marzo de 2016. El proceso tuvo su mayor impulso en 2015, en paralelo a las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos, que siguieron al anuncio el 17 de diciembre de 2014 del restablecimiento de sus lazos diplomáticos.