
Diariamente nuestro cuerpo está expuesto a bacterias, hongos, parásitos y viruses. Afortunadamente, contamos con el sistema inmunológico para detectar cuáles gérmenes son inofensivos y cuáles hay que atacar para que no nos enfermen. El sistema inmunológico tiene dos partes, la inmunidad innata y la inmunidad adquirida. La inmunidad innata siempre está alerta y lista para combatir infecciones. Por otro lado, la inmunidad adquirida responde sólo cuando el cuerpo ha estado en contacto con microorganismos anteriormente, es decir, el cuerpo “recuerda” qué gérmenes nos enfermaron una vez para que no nos enfermen una segunda vez. Científicos de la Universidad Northwestern en Illinois compararon la historia médica y el sistema inmunólogico de dos grupos de participantes de edad similar, uno residente en los Estados Unidos y otro residente de las Islas Filipinas. Se descubrió que los residentes de las Islas Filipinas han tenido mucha más exposición a gérmenes, sobre todo en la niñez, comparado con los residentes de los Estados Unidos. Luego de un análisis de sangre, los científicos también notaron que los residentes de las Filipinas tienen un riesgo de inflamación y enfermedades cardiovasculares mucho menor. Los científicos concluyeron que los hábitos de limpieza en los países industrializados, sobre todo el uso de jabón antibacterial, evitan la exposición a muchos gérmenes comunes. Como consecuencia, el sistema inmunológico adquirido de la gente no se desarrolla a capacidad. Al llegar a la adultez, el cuerpo reacciona exageradamente a las infecciones y produce mucha inflamación. Esta reacción exagerada está asociada a enfermedades cardiovasculares. Así que si su niño o niña se revuelca por el piso, juega con tierra y se apunta el baño de vez en cuando, déjelo. Así fortalecerá el sistema inmunológico adquirido. Para acceder al texto original puede visitar: www.cienciapr.org.