Miles de personas visitaron el Cuartel de Ballajá en el Viejo San Juan con motivo del primer Festival de la Palabra de Puerto Rico. El festín incluyó una entrevista en exclusiva con la escritora nicaragüense Gioconda Belli. Los escritores están buscando nuevas maneras de publicar. Tú que has visto de primera mano la conmoción en el sistema editorial, ¿qué nos pudieras decir sobre ello? Bueno, ahorita hay una gran incertidumbre a nivel internacional sobre cuál va a ser el futuro del libro, de la publicación. Yo tengo fe de que el libro va a seguir. Puede ser que la plataforma del libro cambie. Pero, te hablo como nicaragüense, en cierta manera, de México para abajo tenemos buen rato con el libro, por el subdesarrollo y la pobreza. Ciertas tecnologías sólo son accesibles para una mínima cantidad de personas. Pero en el resto del mundo hay una especie de pánico en las empresas editoriales, hay muchas dificultades actualmente parta publicar. El mundo del libro se volvió un mundo de mercancía. Pero creo que al final va a ser una liberación porque en la medida en que el libro deje de ser una mercancía y se convierta en una cosa más accesible, bueno, pues los escritores vamos a tener que buscarnos una manera de ganarnos la vida. ¿Cómo la narrativa recuperará las estructuras que se presentan en estos nuevos modos de comunicación? ¿Cuál es el reto que tienes como escritora? Creo que nos tenemos que adaptar a la juventud que está aprendiendo a leer de una manera diferente. Hay una aspiración de la gente joven en poder interactuar con la literatura, porque hay una relación con la computadora, con el texto, con el email. Yo lo compararía con morder la manzana del conocimiento. La pantalla que antes era una cosa plana donde vos escribías nada más, se convierte en un mundo donde te puedes meter, donde puedes navegar, encontrar. Tengo una deuda imborrable con la Internet por la cantidad de información que te da. Para mi novela histórica que se llama “El pergamino de la seducción” podía viajar a los sitios donde toma lugar la novela, que es en la España en el siglo XVI. Podía ver ilustraciones antiguas para describir bailes de la época, ropas de la época. ¿Cómo era la relación con los lectores antes de estas tecnologías? La relación era como lo que estamos viendo hoy por ejemplo, o sea que vos te presentabas en los festivales y podías hablar con la gente con más intimidad. Con la tecnología nueva, vos podés tener intimidad de cierta manera. Yo, por ejemplo, tengo una página en Facebook que me divierte mucho por eso de conocerles la cara a los lectores, de poder tener una relación con la gente que te lee, que te cuenta. Después de todo, el escritor es un ser muy solitario porque la profesión nos obliga a ser un poco reclusos. Si el autor escribe desde de la experiencia, ¿cómo queda la experiencia de la net en la memoria del escritor? Uno escribe desde la experiencia pero también escribe desde el conocimiento, desde la subjetividad humana. A pesar de todo lo que ha cambiado, las emociones, lo celos, la tristeza, el miedo a la muerte nos unen a través del tiempo y del espacio. Estas nuevas tecnologías nos van a cambiar más profundamente a niveles de relaciones. Es un arma de doble filo, habrá que ver dónde quedará la profundidad. ¿La escritura hecha por mujeres es esencialmente distinta a la del varón o hablar de eso es una cursilería total? Ni total ni absolutamente cierto. Yo creo que la realidad es que nosotras las mujeres tenemos cuerpos diferentes, somos diferentes a los hombres. La deconstrucción de eso femenino, del eterno femenino para mí no es total, o sea yo no quiero reconstruir totalmente lo femenino porque hay cosas que quiero conservar como la capacidad de cuidar, la capacidad de pensar más allá de vos misma. Creo que la mujer tiene en sus manos la capacidad de la salvación del mundo. Lo que pasa es que la mujer todavía está guardada de la acción. Los cambios más importantes de la existencia humana se han dado por la liberación femenina. Por eso hay una resistencia tan grande del mundo patriarcal, porque si te pones a ver, la violencia contra las mujeres ha aumentado enormemente. Hay una resistencia, una hipersexualización de la mujer que se ha dado en los últimos tiempos. Claro, ahora que ustedes se sienten orgullosas de su cuerpo, le vamos a dar vuelta al asunto, le vamos a convertir en un objeto. Es una lucha más sofisticada la que debe tener la mujer y el hombre. Si yo fuera un hombre machista estaría molesto… Al hombre la mujer lo amenaza porque la mujer representa la naturaleza y el hombre se ha pasado tratando de dominar la naturaleza. La única naturaleza que no ha podio dominar es la mujer. La mujer debe tener conciencia de lo que representa. Saber convencer al hombre que no va a perder, si no que va a ganar, que el mundo gana en la medida que la mujer se incorpora en él, que incorpora su manera más integral de entender la vida. Esa es una lucha. El feminismo hay que reinventarlo ahora de una manera menos hostilizante, más amatoria, democrática.
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