Todo lo que no acontece igual (crónicas y comentarios), el más reciente libro del poeta/abogado/sociólogo/profesor/lector-empedernido-de-cómics Guillermo Rebollo Gil, es –si quisiéramos definirlo dentro de su indefinición como género literario– eso mismo: crónicas y comentarios recopilados en el diario ¿vivir? ¿libreta/compu? de quien ha decidido que, tal vez, la mejor forma de aspirar a comprender la realidad es escribiéndola.
También podría ser una compilación de #hashtags + tuits + comments + posts de Facebook + lista(s)-al-dorso-del-recibo-de-compra-de-un-café + apunte(s)-en-papeles-sueltos + blog entries + columnas + poemas + ensayos = escribir lo que acontece y lo que no acontece, sea igual o diferente, para sacárselo de sí.
Para digerirlo, entenderlo, aceptarlo y superarlo (si se puede, o al menos hacer el intento). Pero también para plasmar dónde estamos y dónde podríamos estar.
Para rescatar los pequeños detalles que hacen bella la vida, como el niño en la estación del tren que ayuda a su madre a cargar los bultos de sus hermanitos, o el otro niño que escribió “Oscaar” López Rivera en la pancarta. Los niños son tiernos. Leer a Rebollo Gil también.
Me lo imagino caminando por la universidad, o por las librerías, o cogiendo el tren, o paseando a su perro Wallace por las mañanas y por las noches, o participando de marchas/protestas/piquetes/manifestaciones desde el interior de estas, pero también viéndolas desde afuera. Algo así como pasar de participante-observador a observador-participativo.
Partiendo de esa estrategia (o “instrumento-técnica” si nos queremos desviar por lo académico) Rebollo Gil relata-comenta “acontecimientos” que estuvieron/están/estarán en el interés público. No sé si con más sarcasmo que sutil (y necesaria) irreverencia, pero sí con una mezcla de comicidad y tristeza, siempre de forma poética-política y viceversa. Y un poco de spanglish por el lao’.
Así, revisitamos la Masacre de la Tómbola y la discusión sobre la pena de muerte; las marchas por la excarcelación de Oscar López Rivera; la demanda de Ada M. Conde Vidal, el debate sobre el matrimonio igualitario, la adopción por personas del mismo sexo y la intransigencia fundamentalista opositora; la brutalidad de la violencia doméstica y la necesidad de una educación con perspectiva de género.
Rebollo Gil igual nos puede comentar de una noche de lucha libre, de las memorias del colegio, de cómo es un día ¿normal? de clases y las preguntas/respuestas que le hacen los estudiantes, de Rubén Berríos a Ricky Rosselló y la política puertorriqueña, de sus conversaciones con los vecinos en el ascensor, de sus relaciones familiares (tan distintas y a la vez tan similares a las nuestras) y del dilema de no tomar bando (¿o haberlo tomado?) entre los-que-se-quedan versus los-que-se-van.
“Todos los días, muchos de nosotros y nosotras aquí nos sentamos a re-trazar nuestro plan de vida en el país con un plan de escapatoria en el bolsillo de la camisa o pantalón. Es cierto. Algunxs otrxs nos echamos mucha literatura local al cuerpo. La leemos como manuales de supervivencia. Y sobrevivimos con un pie adentro y otro afuera, dispuestos a buscárnoslas en otros lares en cualquier momento. Se vive así. Se escribe así”, apunta el autor.
Todo lo que no acontece igual (crónicas y comentarios) es eso. Literatura local hecha manual de supervivencia. También es un manual de sugerencias, de esas que ayudan a sobrellevar, como decía Manuel S. Almeida en prólogo, “la disolución de lo social”. Sugerencias a las que nos aferramos porque nos plantean que aun dentro de esa disolución, todavía es posible vivir en Puerto Rico, bien estemos 🙁 algunos días y 🙂 otros más por lo que acontece (o por lo que deja de acontecer, o por lo que quisiéramos que aconteciera) hoy, aquí, ahora.
Guillermo Rebollo Gil estará mañana miércoles, a las 7:00 p.m., en Libros AC en Santurce, para el lanzamiento oficial y lectura del libro, así como un conversatorio. El texto es una publicación de Editora Educación Emergente. Puedes unirte al evento aquí.