
WASHINGTON- El Gobierno de Obama anunciará hoy en cadena nacional sus planes para comprar una prisión en el estado de Illinois con la intención de enviar a una cantidad limitada de reos provenientes de la prisión militar de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo, aseguraron funcionarios estadounidense. El presidente Barack Obama ha ordenado que el Gobierno federal proceda con la compra del Centro Correccional Thomson en Thomson, Illinois, “para albergar a reos federales y un número limitado de detenidos” procedentes de Guantánamo, aseguró un alto funcionario, que pidió no ser identificado. “Cerrar el centro de detención en Guantánamo es esencial para proteger nuestra seguridad nacional y ayudar a nuestros soldados a terminar con una letal herramienta de reclutamiento de las manos de Al Qaeda”, declaró el funcionario.
Este “anuncio es un paso importante adelante mientras trabajamos para lograr nuestros objetivos de seguridad nacional”, agregó. Cuando Obama asumió su cargo en enero, se puso un plazo de un año para cerrar la prisión. Pero los republicanos y otros grupos criticaron el plan de su Gobierno de trasladar a los prisioneros a Estados Unidos y juzgarlos en cortes civiles por considerarlo un riesgo de seguridad. El Congreso aprobó una ley que prohíbe que los detenidos de Guantánamo sean llevados a suelo de Estados Unidos a menos que vayan a ser juzgados. Los demócratas, que controlan ambas cámaras del Congreso, están planificando alzar esa restricción si el Gobierno presenta un plan aceptable para manejar a los prisioneros. Una parte del Centro Correccional Thomson, ubicado en una zona rural del oeste de Chicago sería utilizada para alojar a detenidos de la prisión de Bahía de Guantánamo, Cuba, que fue abierta en el 2002 para recibir a sospechosos después de los ataques del 11 de septiembre del 2001. El funcionario estadounidense confirmó que el gobernador de Illinois Pat Quinn y el senador de Illinois Dick Durbin viajarán a Washington este martes para ser informados sobre la decisión en la Casa Blanca. Durbin y Quinn aseguraron la semana pasada que la instalación de Illinois, que está practicamente vacía, sería convertida en una prisión federal de máxima seguridad, y una parte de ella sería arrendada al Departamento de Defensa para recibir a algunos detenidos.