Un 90% de las personas que cometen suicidio tienen alguna condición de salud mental. Entre ellas la de mayor incidencia es la depresión. La depresión y la ansiedad también pueden aumentar el riesgo de uso desproporcionado de sustancias controladas, según la Fundación Americana de Prevención del Suicidio.
El tabú
La salud física no es más importante que la salud mental, es más, no podemos decir que estamos saludables si una de ellas está afectada. Usualmente tendemos a dar más importancia a la salud física que a la salud mental. Esto se debe a que una persona que padece de alguna condición que afecta su salud mental a simple vista puede notarse saludable, aunque no necesariamente lo esté. Al no presentar signos o síntomas físicos, como otras condiciones de salud, es difícil entenderlo y aceptarlo.
Si a esto le añadimos que, históricamente a las personas que padecen de algún trastorno de salud mental se les denomina “loco” o “loca”, se hace aún más difícil entender que todos y todas estamos sujetos a que nuestra salud mental se vea afectada en algún momento de nuestra vida.
El abuso de sustancias y las conductas destructivas pueden ser consecuencias de un padecimiento de algún trastorno de salud mental que acompaña ese diagnóstico de dependencia de sustancias.
Ignorar que puede padecer de una condición de salud mental puede favorecer el desarrollo de estos trastornos o condiciones las cuales pudieran redundar eventualmente en eventos de violencia de cualquier tipo.
Salud mental, depresión y ansiedad
La salud mental es el estado de bienestar en el cual cada persona es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
Es decir, para tener salud, debe existir un balance entre nuestro bienestar físico, mental y social. La salud no es la ausencia de la enfermedad según propone la Organización Mundial de la Salud.
La depresión se caracterizada por la presencia de tristeza, pérdida de interés, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Todos estos síntomas pueden variar de leve a severos y deben persistir por un periodo de dos semanas o más para considerarse como depresión según el “Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders” (DSM V).
Según la Asociación Psiquiátrica Americana, los trastornos de ansiedad están relacionados al estrés, al miedo y a la anticipación del futuro, creando una sensación de tensión y deseos de escapar.
Esto a pequeña escala nos ayudaría a reaccionar a ciertas situaciones y que experimentemos la sensación de estar alertas, pero se convierte en un trastorno de salud mental, cuando ya no nos permite reaccionar y nos impide hacer lo que comúnmente hacemos, como participar en nuestras actividades diarias como funcionar adecuadamente en el trabajo o estudios o cuando se afectan las relaciones interpersonales.
¿Cómo busco ayuda?
Querer buscar ayuda no significa debilidad. Si notas algún síntoma en ti o algún familiar o ser querido, y desean recibir ayuda profesional libre de costo, puede contactar a cualquiera de estas líneas 24/7:
- Línea PAS de ASSMCA: 1-800-981-0023
- Red National (TALK): 1-800-273-8255
- Centro de Control de Envenenamiento (Poison Help): 1-800-222-1222
- Comisión para la Prevención del Suicidio: (787) 765-2929 extensiones 3603, 3542
Los autores son estudiantes del curso Teoría y aplicación de la Comunicación en la Promoción de la Salud y Educación para la Salud que dicta la doctora Marcilyn Colón en la Escuela Graduada de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico.