
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) ha completado múltiples estudios que resumen el efecto de la microgravedad en la fisiología humana y han descubierto, por ejemplo, que los músculos del cuerpo se debilitan y pierden masa a un acelerado ritmo de hasta 5% semanal. Ésto se debe a que los músculos no tienen que hacer tanta fuerza al mover el cuerpo si el astronauta está flotando en órbita. El corazón, un esencial músculo en el cuerpo, se achica y decae también ya que no pasa trabajo al bombear la sangre ni tiene que esforzarse contra la gravedad. Otro efecto negativo de la microgravedad en el cuerpo humano es que los huesos, que normalmente sostienen el peso de nuestro cuerpo en la superficie de la Tierra, pierden calcio y se debilitan. Contrario a los músculos, que pueden recobrar su tono y fortaleza con un par de meses de ejercicios, la pérdida de calcio en los huesos puede tardar años en recuperarse. Un aspecto de la fisiología humana y cómo reacciona ante un ambiente de microgravedad que no se conoce detalladamente es la interacción entre las células del cuerpo y las bacterias infecciosas. Aunque el sistema inmunológico también se debilita cuando los astronautas están en órbita, no se conoce mucho sobre el proceso de infección bacterial en estas condiciones. Las científicos Cheryl Nicholson, Jennifer Barrila y Shameema Sarker, del Instituto de Biodiseño de la Universidad Estatal de Arizona, se dieron a la tarea de diseñar un experimento para medir el efecto de una infección bacteriana en las células humanas durante un período de microgravedad. Con el lanzamiento de la misión STS-131 del transbordador espacial Discovery en abril del 2010, los astronautas se encargarán de completar el experimento diseñado por las científicos. Para ésto, van a observar y colectar datos de unas células intestinales que estáran creciendo en una cajita plástica antes y despues de ser infectadas con la bacteria Salmonella typhimurium. Cuando el transbordador espacial Discovery regrese a Tierra, comenzará el arduo trabajo de analizar los datos y llegar a una conclusión. “La clave de este proyecto de investigación es descubrir cómo las células se adaptan y responden a un ambiente de microgravedad como al que están expuestos los astronautas,” señaló la Dra. Nickerson. “Aparentemente, en el espacio las células cambian su fisiología, su respuesta al estrés y su defensa ante un ataque bacteriano. Estos cambios no se pueden ver en la Tierra con experimentos tradicionales.” Lo que se descubra de este projecto puede tener importantes aplicaciones. Primeramente, la información puede integrarse a nuevos tratamientos contra las enfermedades infecciosas aquí en la Tierra. Además, se pueden tomar medidas para que los astronautas y los turistas espaciales del futuro minimicen su riesgo de enfermarse o utilicen tratamientos efectivos en caso de que sí se enfermen. Para más información puede visitar: www.cienciapr.org.