Nota del Editor: Diálogo presenta en edición especial algunos de los textos escritos por los participantes del taller de Literatura y Escritura Creativa: Desde Adentro, impartido en la institución 945 del Complejo Correccional de Guayama. Hace un año, trece confinados se reencontraron con el lenguaje y como parte de la exploración de la palabra se convirtieron en escritores. Para algunos de estos confinados, esta es la primera vez que uno de sus escritos se publica de manera oficial, a excepción de Aníbal Santana Merced que ya cuenta con su primer libro. En los siguientes días, compartiremos esta muestra con nuestros lectores en la sección de Escribanía.
Un sueño que nunca logré realizar
Jesús Rodríguez Maldonado
Yo tenía una vecina de nombre Itzia Michelle, quien bailaba ballet y cuando practicaba en su casa, yo no me perdía ninguna de las funciones. Ella era una niña trigueña con cuerpo de bailarina y una flexibilidad brutal; yo era su fan.#1. Los días seguían su curso, ella iba perfeccionando sus destrezas y yo aún sin saber el ¿por qué? Asistía fielmente sin perdérmela ni un solo día. Con cada función, en mi se despertaba la pasión por el ballet; al punto que fue transformándose en un anhelo vehemente por bailarlo y, se lo comenté a mami.
Yo le pedí a mami que me cambiara de la escuela donde yo estudiaba, para la Julián Blanco, donde Itzia estudiaba. Ella me preguntó el por qué y, ahí le confesé que yo quería bailar ballet. Mami se puso contentísima, pero cuando se lo dijo a mi papá… ya ustedes sabrán. El dijo: ¡ por nada del mundo! Eso es para las mujeres y los mariflores; no para los hombres. Y para compensar su “NO” a lo que yo en verdad quería, me inscribió en una liga de baseball.
Para leer el poema anterior visite:
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