A medida que crece el número de personas infectadas con el virus de la gripe porcina son varias las iniciativas que se proponen para hacerle frente a esta epidemia que recién comienza a difuminarse por el mundo. Una de las alternativas que se discuten en países como Suiza y Estados Unidos es el desarrollo de una vacuna que logre detener la infección. El portal mexicano del diario La Jornada informó que la farmacéutica suiza Novartis recibió el código genético de la nueva cepa del virus, con lo que podrían “comenzar a evaluar su producción”. Asimismo, indica que dicha compañía esperaba tener muy pronto el virus en sus laboratorios. Por otra parte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), tomaron una muestra de la variedad H1N1, que causa la enfermedad de la influenza porcina, y crearon una cepa del virus para el desarrollo de la vacuna. Completar su producción, sin embargo no será nada fácil. Un funcionario del Departamento de Salud federal, declaró al New York Times que producir dosis suficientes para la población de Estados Unidos nada más, podría demorar de seis a ocho meses. La espera sería mayor para el resto del mundo: cuatro años, según la Organización Mundial de Salud. Y es que el proceso para desarrollar una vacuna contra este virus es bastante complejo. “El asunto de desarrollar una vacuna contra este virus es una tarea bien difícil”, aseguró el experto en virología, el doctor Edmundo Kraiselburd. El investigador del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico explicó que el virus de la fiebre o gripe porcina se subdivide en ocho pedacitos y cada uno muta, es decir produce un virus diferente. Esto impide que se produzca un antídoto único para combatir la infección, tal como ocurre con el virus del SIDA. Agregó que el problema con animales como el cerdo es que cuando éste es afectado por dos virus distintos como el del caballo y el de las aves, con ocho piezas cada uno, cada pieza produce una variante de virus diferente al que entró al animal originalmente. Esa recombinación del virus es lo que dificulta que se encuentre una forma efectiva para combatirlo. Por otro lado, el proceso de inoculación del virus es muy lento. Para ello suelen utilizarse huevos fertilizados de gallina así como otros animales adultos. También podría recurrirse a la técnica del cultivo de células, pero ésta última ha sido objeto de controversia porque la técnica en sí implica un severo problema de control de calidad. Kraiselburd manifestó que este caso es un desafío formidable para la ciencia. Descartó que este tipo de investigación pueda efectuarse en Puerto Rico, porque requeriría de laboratorios súper especializados con altos niveles de seguridad. “Este es un virus que hay que tenerle mucho respeto”, advirtió el Director del Centro de Primates de la Universidad de Puerto Rico. A Kraiselburd le preocupa que la variedad de este virus (H1N1) sea de la misma familia del virus que ocasionó la influenza española del 1918, una pandemia que mató entre 20 y 100 millones de personas alrededor del mundo en sólo dos años. Kraiselburd observó que este tipo de virus se distingue por la rapidez con que se desparraman por el cuerpo y por su alta mortalidad. Por otro lado, el científico comentó que se debía ser cauteloso en cuanto al uso de los antivirales utilizados para combatir esta peligrosa influenza. Resaltó, por ejemplo, que ha tenido acceso a información que relaciona el medicamento Tamiflu, producido por la farmacéutica Roche, con efectos secundarios graves. Asimismo, resaltó que aunque ha habido casos en los que personas vacunadas contra la influenza común presentan síntomas menos severos al contagiarse con la fiebre porcina, las vacunas contra la influenza estacional no ofrecen inmunidad contra esta nueva condición. Tampoco están inmunes los que fueron vacunados contra la fiebre porcina a mediados de la década del ’70. El virus actual es una variedad nueva. Finalmente Kraiselburd dijo estar esperanzado que la epidemia se detenga con la llegada del verano. “Nos acercamos al verano donde estos virus no son resistentes”, indicó. Explicó que el calor que se genera durante esta temporada del año debilita a este tipo de organismos. Por lo pronto, sugirió que las autoridades sean más cautelosas en los aeropuertos, de modo que se evite que las personas infectadas entren al país y que se redoble la seguridad en torno a los individuos de los que se sospeche tener la influenza. “Es bien importante estar bien alertas y no bajar la guardia”, puntualizó.