Dilma Rousseff logró revalidar el domingo la presidencia de Brasil por segundo término consecutivo tras derrotar al candidato del principal partido opositor en lo que ha sido una de las contiendas electorales más cerradas en la historia del país suramericano.
Con el mínimo necesario de 51.6%de los 112,683,879 votos registrados por el Tribunal Superior Electoral, Rousseff, candidata del Partido de los Trabajadores (PT), venció a Aécio Neves, senador y candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien obtuvo un 48.3%.
De esta manera, el PT extiende por cuatro años más su control sobre el aparato gubernamental y la política pública brasileña, al que le preceden dos cuatrienios de Luiz Inácio Lula da Silva y uno de Rousseff, para un total de 16 años en el poder.
En la primera vuelta el pasado 5 de octubre, Rousseff alcanzó un 41.6%, mientras que Neves obtuvo un 33.5%. La ecologista Marina Silva, candidata por el Partido Socialista Brasileño (PSB), quedó en tercer lugar un 21.3% de los votos. Luego de la primera ronda, Silva manifestó públicamente su apoyo a Neves.
La presidenta se dedicó en la últimas semanas a buscar el voto entre las mujeres, los jóvenes y miembros de la clase alta, sectores de la demografía brasileña que en un principio se inclinaban a votar por Neves. Además, ganó el estado de Minas Gerais, donde ambos contendores nacieron y donde Neves fue gobernador por dos términos.
Entre logros y señalamientos Rousseff
En su discurso de aceptación, Rousseff manifestó su deseo de establecer un diálogo con las demás fuerza políticas del país. “Estoy muy esperanzada en que esta energía movilizadora ayudará a crear terreno fértil para construir puentes. Creo que será posible construir un terreno común”, dijo.
Aunque en Brasil se puede votar desde los 16 años y es obligado por ley a partir de los 18, cerca de un 21% de los 142.8 millones de electores brasileños no ejercieron ese derecho. Esto, sumado a los votos nulos y en blanco, abonó al estrecho margen de tres puntos porcentuales de la victoria de la incumbente, el más cerrado desde el 1985, cuando se reinstaló la democracia en el país.
Entre los logros del PT desde que llegó al poder en 2003 se encuentran haber sacado a más de 40 millones de personas del nivel de pobreza, aumentar el salario mínimo y ofrecer programas de estipendio social.
Sin embargo, el partido enfrenta ahora acusaciones de corrupción relacionadas con la compañía petrolera Petrobras, propiedad del Estado, además de un recesión en la economía, anunciada en agosto, que incluye la caída de la moneda brasileña a su valor más bajo en diez años.