La aportación científica de la puertorriqueña Ana Roqué de Duprey, reconocida por su lucha a favor del derecho al voto de las mujeres en la Isla, fue discutida en un foro convocado por el Centro de Periodismo Investigativo (CPI), en alianza con Para La Naturaleza, unidad del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico.
Los hallazgos de la investigación sobre el legado de Roqué de Duprey fueron recopilados en una crónica titulada “El tesoro de una científica rebelde”, publicada originalmente en la página web del CPI. La crónica es de la autoría del periodista Eliván Martínez Mercado, quien durante su investigación, recibió el apoyo del biólogo y botánico mexicano, el doctor Jorge Carlos Trejo.
Por alrededor de 30 años, Roqué de Duprey elaboró un manuscrito para catalogar la botánica de Puerto Rico y el Caribe en un lenguaje que podía ser entendido por personas fuera de la comunidad científica. Inclusive, la investigación realizada apuntó que la sufragista y científica acostumbraba a escribir versos en las páginas de su obra, para hacer la lectura del material científico más amena.
Al terminar el primer borrador de su obra, la cual tituló Botánica antillana, en 1922 Roqué de Duprey buscó el apoyo del entonces director de la Estación Experimental Agrícola del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Carlos E. Chardón, para publicar los manuscritos. Sin embargo, Chardón le indicó a Roqué de Duprey que debía cambiar los nombres científicos de las plantas a los utilizados por el botánico alemán Ignatz Urban, para que así la obra fuera publicable.
Diez años después, en 1932, Roqué de Duprey hizo las revisiones encomendadas por Chardón, quien en ese momento era rector de la Universidad de Puerto Rico. Aunque alabó su obra, Chardón nuevamente le dijo que no era publicable porque debía poner los nuevos nombres científicos instaurados por el científico estadounidense Nathaniel Lord Britton. Roqué de Duprey falleció ese mismo año sin ver publicada su obra.
Fue así que la obra de Roqué de Duprey, que cuenta con más de 30 libretas detallando sobre 6,000 especies de plantas de Puerto Rico y las Antillas, quedó inédita y casi en el olvido hasta que volvió a ser encontrada 90 años después de haber sido escrito el último borrador de Botánica antillana.
Reavivando el legado de Ana Roqué de Duprey
Martínez Mercadorelató que le interesó investigar la obra de Roqué de Duprey porque, entre otras razones, le incomodó el hecho de “saber que ella estaba consciente de ser una mujer en un mundo que estaba dominado por científicos hombres”.
Como resultado de la investigación, el periodista afirmó que se ha generado interés en conocer la obra de Roqué de Duprey e incluso, distintas personas le han preguntado dónde se puede obtener el manuscrito. Por esta razón, entendió que hace falta digitalizar la obra inédita, además de llevar a cabo el esfuerzo de revisión y publicación en forma impresa.
“Creo que falta que hayan las entidades académicas, filantrópicas, ambientales y educativas que apuesten por este proyecto”, exhortó Martínez Mercado.
Por su parte, el doctor Trejo expresó que el legado de Roqué de Duprey “nos plantea un modelo a ser copiado”, ya que es uno que aporta la ciencia para el entendimiento de la sociedad.
Por otro lado, antes de finalizar el foro, la secretaria del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, Carla Guerrero, comentó que gracias a la investigación, le interesa designar un área natural con las plantas detalladas por Roqué de Duprey, acompañadas con las imágenes en sus manuscritos.
Para leer la crónica “El tesoro de una científica rebelde” en su totalidad, puede acceder aquí.