Las y los jaguares de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Carolina celebraron ayer por partida doble en su 41ra colación de grados, ceremonia en la que se confirió sobre un millar de diplomas de bachillerato y grados asociados no tan solo a los egresados de la Clase 2018, sino además a los miembros de la Clase 2017, cuya graduación fue suspendida en octubre del pasado año luego de los estragos provocados por el huracán María.
“Nos encontramos aquí presentes para celebrar el día que muchos sentíamos que nunca llegaría: nuestra meta de graduación. Esta ceremonia se distingue de entre todas las anteriores pues este año no es solo una, sino dos clases graduandas las que estamos aquí reunidas para celebrar un gran logro”, expresó durante su discurso la presidenta del Consejo General de Estudiantes, Thallia Malavé.
En total, en la actividad realizada en el Centro de Convenciones en Miramar, se confirieron 551 diplomas correspondientes a la Clase 2017 –distribuidos en 502 bachilleratos y 49 grados asociados– y 595 para la Clase 2018 –542 bachilleratos y 53 grados asociados– a estudiantes egresados de programas tan diversos como Tecnología de ingeniería de instrumentación y sistemas de control, Tecnología de ingeniería mecánica, Tecnología automotriz, Diseño de interiores, Ciencias naturales, Educación física y recreación para personas con impedimentos, Tecnología de la publicidad comercial, Finanzas, Gerencia, Administración de hoteles y restaurantes, Justicia criminal con concentración en Ley y sociedad, Justicia criminal con concentración en Psicología forense, Artes gráficas, Educación tecnológica, Educación ocupacional, Cultura turística y Sistemas de oficina.
Malavé advirtió sobre la precariedad en que se encuentra el sistema universitario público y exhortó a sus compañeros a liderar la transformación que necesita el país.
“En 2016 nos topamos con la llegada de una Junta de Control Fiscal que maquinó un recorte para nuestra alma mater de más de $500 millones, que si no se modifica en algún momento podría significar el fin de lo que hoy conocemos como la UPR. Ese fue el momento en el que decidimos levantarnos para demostrar que nuestra generación será la generación del cambio. Somos los que dijimos presentes en la lucha por nuestra educación durante la gran huelga en 2017. Los que fuimos a marchar el 1 de mayo contra la Junta de Control Fiscal para demostrarle a Puerto Rico que con nuestra universidad y con nuestra educación no se juega”, sentenció la líder estudiantil.
“Aunque hoy nos convertimos en exalumnos, nunca dejaremos de decir con orgullo en la calle que somos producto de la universidad pública del país, la Universidad de Puerto Rico”, subrayó Malavé.
Por su parte, el presidente interino de la UPR, Darrel Hillman Barrera, hizo referencia igualmente a la crisis económica que azota al país y a los huracanes Irma y María, que “pusieron en vilo el desarrollo” de Puerto Rico. El académico felicitó a la UPR Carolina y a su rector interino Jorge Valentín Asencio por su liderazgo durante el proceso de recuperación posterior a los ciclones, en el que la institución sirvió como centro de ayuda a la región.
Asimismo, aprovechó para defender su propia gestión a la cabeza del sistema universitario, en momentos en que es inminente el nombramiento de un presidente en propiedad.
“La Universidad de Puerto Rico está más fuerte que nunca. Los cimientos que forjaron los padres de esta universidad permanecieron inamovibles [a pesar de los embates naturales]. Recibí una noche la encomienda de dirigir los destinos de la Universidad de Puerto Rico, con la voluntad del peleador entendí de inmediato que la misión era sacar a este centro docente de la oscuridad y las tinieblas que la habían sumido estos largos desafíos. Emprendí el reto con una visión holística donde la interacción y el dinamismo son constantes definitorias. Hoy veo [que] la recompensa es clara, cierta, firme y definitiva”, sostuvo Hillman Barrera.
Valentín Asencio, en tanto, congratuló a los graduandos y los alentó asegurando que “siempre existen maneras de ser feliz y exitoso en la vida. La felicidad es una decisión que está muy ligada a tu propio deseo de lograrla”.
“El pasado ya no existe y el futuro no ha llegado. Concéntrate en tus logros diarios, ya sabes que unidos se convertirán en la manifestación de tus sueños y que todo lo que hagas, esté siempre acompañado por esa gran energía transformadora que convierte lo imposible en posible: el amor”, aconsejó el rector interino.
En la ceremonia, que estuvo amenizada por presentaciones del coro y la banda de la institución, se concedió por primera vez el Premio Roberto Clemente al estudiante-atleta más destacado en el campo de juego, el salón de clases y la comunidad. Karimar Bonal Flores, de la Clase 2017, y su homóloga de la Clase 2018, Reina Hernández Morales, fueron las recipientes del honor entregado en memoria del fenecido ‘Astro Boricua’.
Mira algunas de las imágenes captadas por el lente de nuestro fotoperiodista Andrés Santana Miranda: