
“I moved on her very heavily. In fact I took her out furniture shopping. She wanted to get some furniture. I said I’ll show you where they have some nice furniture. I moved on her like a bitch. I couldn’t get there and she was married. Then all-of-a-sudden I see her, she’s now got the big phony tits and everything. She’s totally changed her look.”
-Donald Trump
El candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, regresó a las portadas en la pasada semana debido a una grabación que data del 2005. En ella, Trump alardea sobre cómo intentó tener relaciones sexuales con una mujer casada.
Habla, también, de cómo la llevó de compras, a modo de mejorar sus probabilidades de acostarse con ella. Como si el afecto o interés de una mujer hacia un hombre fuera directamente proporcional a la cantidad de dinero que se le entrega o que ‘se invierte en ella’, según se deriva de la lógica Trump.
“Cree que por tener poder y ser un hombre rico y blanco, todas las mujeres se rinden ante él y eso no es verdad”, aseguró la doctora Luz del Alba Acevedo, profesora del Departamento de Ciencia Política del Recinto de Río Piedras, de la Universidad de Puerto Rico al ser abordada sobre los hechos que le han dado la vuelta al mundo.
Estos comentarios fueron hechos en presencia del presentador de televisión, Billy Bush, y otros empleados del entonces Access Hollywood. La conversación se dio en un autobús, previo a la participación de Trump en la novela estadounidense Days of Our Lives, cual ironía.
En la grabación, Trump también exclama que, al él ser una celebridad, tiene luz verde para besar o tocar a las mujeres con las que se topa.
Trump: Yeah, that’s her. With the gold. I better use some Tic Tacs just in case I start kissing her. You know I’m automatically attracted to beautiful – I just start kissing them. It’s like a magnet. Just kiss. I don’t even wait. And when you’re a star they let you do it. You can do anything.
Bush: Whatever you want.
Trump: Grab them by the pussy. You can do anything.
“Refiriéndose a cómo él trata a las mujeres, especialmente cuando es famoso y tiene poder, utiliza la fama y el poder para subordinar y sujetar a las mujeres y violarlas, porque eso es un asalto sexual”, continuó Acevedo, quien se especializa en Género y Poder Político.
Las expresiones de Trump, según la catedrática, surgen de una explotación a su posición económica y social, pues es un hombre, de raza blanca y con un alto nivel de poder adquisitivo.
“Si este individuo fuera otra persona, es más, si fuera un candidato a la presidencia de la raza negra, ya este individuo estuviera linchado porque en realidad su comportamiento es uno que en nuestra cultura le llamaríamos ‘títere’. Esto es un violador de mujeres, que tiene desprecio por las mujeres, que ha objetivado a las mujeres todo el tiempo, por lo tanto no tienen ningún valor para él”, afirmó la catedrática.
Disculpas a medias
Luego de la indignación colectiva que continúa dando de qué hablar, Trump se ‘disculpó’ al alegar que los comentarios son “locker room talk”. O sea, el candidato a la presidencia afirmó que esa es la manera en que los atletas hablan en los camerinos y él simplemente lo emulaba. No obstante, un sinnúmero de atletas rápidamente se desligaron de sus comentarios.
Justo ayer, por ejemplo, el jugador de los Cleveland Cavaliers, LeBron James, catalogó como ‘basura’ las palabras de Trump.
“We don’t disrespect women in any form or fashion in our locker room. […] What goes on in our locker room is sporting events that happened the night before, about family, about strategies that we may have that night, about a highlight that made it happen. That’s what happens in our locker room. What that guy is saying, I don’t know what it is. That’s trash talk,” describió el baloncelista.
Esta ‘justificación’ es una forma de normalizar sus declaraciones. Parecería como si Trump no entendiera el concepto de abuso sexual. Trump sostuvo que esta grabación fue revelada con el fin de distraer a los votantes sobre situaciones más apremiantes, como el desempleo —a pesar de que la tasa del desempleo en la nación norteamericana ha disminuido considerablemente— y los crímenes violentos en Washington —que también han disminuido en el pasado año.
Más adelante, durante el segundo debate presidencial, el periodista Anderson Cooper cuestionó el incidente en tres ocasiones, mientras que el candidato se esmeró en cambiar el tema.
“Me parece que ha traspasado todo principio ético, político y la población norteamericana tiene que reflexionar profundamente sobre este candidato porque esas expresiones son declaraciones sobre su carácter, sobre su persona, sobre su temple y sobre su inhabilidad de tomar decisiones en la aplicación del ley y el orden que él tanto profesa”, declaró Acevedo.
La realidad es que el abuso sexual en Estados Unidos no es una simple distracción. Según el portal Rainn, cada 108 segundos, una persona americana es violada, mientras que solo seis de cada mil victimarios terminan en la cárcel. De la misma manera, el 90% de las víctimas de abuso sexual son mujeres.
“That the bragging happened a decade ago doesn’t change the reality that a man who might be president sees half the country’s population not just as objects for his own aesthetic gratification –we knew that thanks to the beauty pageants and the string of model wives– but objects for his physical gratification as well, regardless of how the women in question feel about it. If women are people —and regardless of what Trump seems to think, we are— then this kind of behavior should be disqualifying for the presidency.”
De la misma manera, la primera dama Michelle Obama también expresó su disgusto ante estas expresiones. En un evento de campaña a favor de Hillary Clinton celebrado ayer en New Hampshire, Obama dejó muy claro que las palabras de Trump son dañinas para todo el que las escuche y no son dignas de un candidato presidencial ni un ser humano en sí.
“This is not how decent humans behave and this is not how a presidential candidate behaves. Strong men, men who are role models, don’t need to put down women to make themselves feel powerful. People who are truly strong, lift others up,” exclamó.
Larga lista de ofensas
Esta semana, varias profesionales han relatado sus propias experiencias en donde Trump, nuevamente, pone en práctica sus expresiones en el vídeo. No es la primera vez que Trump protagoniza una situación como esta, pues criticar y aprovecharse de las mujeres parece ser parte de su modus operandi.
Uno de los casos más populares ha sido el de la ex Miss Universo Alicia Machado, a quien Trump humilló públicamente por su peso en los años noventa. En el presente, el candidato a la presidencia la tildó de repugnante en su cuenta de Twitter y, al ser abordado sobre el tema, nunca se muestra apenado ni se disculpa. Este tipo de comentarios derogatorios también los ha hecho sobre la actriz y presentadora Rosie O’Donnell, tanto así que la mencionó en el primer debate presidencial, televisado en septiembre.
También, Trump ha manifestado su comportamiento misógino en sus programas de televisión, uno de ellos The Apprentice, en donde hacía reclamos sexistas y racistas, según las entrevistas a varios concursantes y empleados.
En cuanto a cómo Trump se comporta detrás de la cámaras, la grabación mencionada, y publicada inicialmente por el Washington Post, es uno de los ejemplos. De igual modo, el New York Times publicó un reportaje en donde una docena de mujeres relatan el comportamiento del empresario hacia ellas mientras se encontraban en actividades privadas o en concursos de belleza.
“Hablando de las mujeres como si estas fueran un objeto sexual, el mensaje que está mandando ahí es sencillamente de que él es portavoz de una cultura de violencia contra las mujeres porque es un depredador sexual. Si escuchamos bien lo que está diciendo, es sencillamente darle licencia. Elegir a este señor como presidente es realmente darle el voto a un comportamiento cultural inaceptable sobre cómo tratar a una mujer”, exclamó Acevedo.
Pérdida de endosos
A pesar de ser el crítico número uno de mexicanos, afroamericanos y de propagar insultos a diestra y siniestra desde que anunció su candidatura, no es hasta la publicación de esta grabación que otros republicanos comenzaron a retirar sus endosos al empresario.
Sobre 36 senadores, gobernadores y políticos del Partido Republicano le han pedido al candidato que se retire de la contienda o, simplemente, se han distanciado completamente de sus expresiones, según The Washington Post. Entre ellos, se encuentra el presidente y portavoz de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Paul Ryan, quien decidió dejar de defenderlo o hacerle campaña.
Ante esto, muchos se han cuestionado por qué fue esta precisamente la gota que derramó el vaso. Es decir, Trump cuenta con una larga lista de ofensas hacia diversos grupos, pero no es hasta escuchar una grabación de sus insultos crudos hacia mujeres blancas y estadounidenses que de repente resulta una ofensa nacional.
Por el momento, perder endosos es lo peor que le ha pasado aunque a él no le importe mucho. Billy Bush, quien participó de la grabación, fue despedido de su actual canal NBC, mientras que Trump continúa con el ojo puesto en Casa Blanca.