Blue Jasmine y Wonder Wheel son dos ficciones narrativas cinematográficas del célebre director Woody Allen que se asemejan en la caracterización del personaje femenino principal.
Ambas películas, que estuvieron en cartelera en Fine Arts, sostienen un diálogo con el teatro, tanto por la forma de actuar como por las alusiones a Eugene O’Neill en el caso de Wonder Wheel, y a Tennessee Williams por el influjo de la trama de Un tranvía llamado deseo en el de Blue Jasmine, según ha señalado la crítica.
“La intertextualidad es la marca más intensa del cine contemporáneo”, afirma Lauro Zavala en Narratología y lenguaje audiovisual, lo que guarda concordancia con la literatura contemporánea.
Estrenada en Nueva York y Los Ángeles en el 2013, la primera cinta nos presenta a una mujer educada y elegante llamada Jasmine, caracterizada por Cate Blanchett, que establece relaciones con un exitoso hombre de negocios quien lleva una vida de corrupción, pues sus acciones son fraudulentas. La película, calificada como la más cruel de las obras de Allen por Bruce Handy en la revista Vanity Fair, es a la vez uno de sus filmes más humanos.
Abandonada por su marido tras llevar una vida de comodidad y lujo, Jasmine, quien aparentaba inocencia ante las acciones de este, decide denunciarlo al FBI, por lo que es apresado y se suicida en la cárcel.
Tras caer en bancarrota, la protagonista decide vivir en San Francisco en donde le pide alojamiento a su hermana adoptada. Jasmine es presentada en el filme como una mujer ambiciosa que miente en una nueva relación amorosa con el propósito de escalar socialmente. Termina como deambulante en un final que parece ser un castigo o moraleja sobre los sujetos femeninos semejante a las telenovelas en que las “mujeres malvadas” poseen hasta fuerzas superiores a lo normal. Sirva de ejemplo la serie Acacias 38 presentada por Televisión Española.
La segunda película, exhibida a fines del 2017, que difiere en la estructura narrativa de Blue Jasmine, nos enfrenta a la vida de una mujer de clase media baja interpretado por Kate Winslet. Aquí Allen presenta la historia de una exactriz que trabaja de camarera, que le es infiel a su marido maltratante y tiene un hijo pirómano.
Este sujeto femenino podría estar implicado en la muerte de la hijastra, perseguida por un exmarido mafioso, y de quien se enamora su amante. El acto queda en la ambigüedad, pero la audiencia se queda con la sospecha de que ella pudo haber traicionado por despecho y ser así cómplice de la desaparición de la hija de su marido.
El espacio visual de Wonder Wheel podría ser en ocasiones claustrofóbico. La pareja vive en una casa cercada por un parque de diversiones semejante a una especie de panóptico para una familia disfuncional.
Allen trata al comienzo de hacer ver su guión o relato como una tragicomedia, tal vez utilizando la parodia, pero la película termina como una tragedia en la que la actriz principal es enfrentada por su amante en relación a la desaparición de la hijastra y se crea la sospecha de que su indiferencia ante esta es una muestra de complicidad con el fin de seguir su relación con el narrador de los hechos.
Estos dos filmes de Allen tienen en común el ser terriblemente duros con las protagonistas cuyas acciones indecorosas coloca en un primer plano sin que medie para nada la conducta indeseable de los personajes masculinos que cumplen roles protagónicos.
Si bien Allen hace un análisis de la avaricia y la podredumbre humanas en Blue Jasmine y en Wonder Wheel, los sujetos que focaliza son mujeres a las que otorga las características de ambiciosas y decadentes. El guionista y director expone atenuantes de la conducta de la protagonista de Wonder Wheel, ya que es una mujer maltratada, pero no así de Jasmine, cuyas actuaciones son abyectas.
La lectura de las imágenes decadentes de las protagonistas nos conduce a una propuesta interpretativa. Lo que define la ideología de Allen en estos dos filmes es la puesta en escena de la maldad femenina.
Ambas mujeres terminan desarticuladas emocionalmente como fruto de sus comportamientos. Las dos despedazan la vida de los hombres a los que están unidas. ¿Debemos calificar a Allen de excelente guionista o de autor misógino? Tal vez, ambas cosas.