Muchas mujeres lidian a menudo con el acoso verbal y físico en las calles de Puerto Rico. Según un grupo de jóvenes entrevistadas por Diálogo, las barras, las estaciones de tren y los centros recreativos son los lugares donde mayormente se manifiesta este tipo de conducta.
Presentamos a continuación varias situaciones reales que ilustran este problema. También incluimos algunas recomendaciones y consejos útiles para enfrentar el acoso callejero.
Escena 1:
Con los ojos nublados de lujuria y la boca sedienta de deseo, un grosero cincuentón comienza a seguirle los pasos a Camila Frías, una pre adolescente de apenas once años. Al salir en tutú de su clase de ballet en la República Dominicana, el acosador le susurra: “tan linda tú muchachita, hey mira pa’ acá”. Con las zapatillas de ballet en la mano, Camila se voltea frunciendo el ceño y con profunda indignación le grita: “disculpe, ¿usted le diría eso a su hija?" El don terminó disculpándose con cara de espanto y la conciencia aturdida.
Para la joven dominicana, el acoso en la Isla es diferente a la realidad cultural a la que se exponen miles de pre adolescentes en la República Dominicana donde desde los once años son el blanco de acoso verbal y físico. Sin embargo, la joven aseguró que en la Isla el acoso también es bastante abrupto y frustrante. “Jangueas con tu mejor amiga y hay siete buitres velando macabramente”, dijo con incomodidad.
Escena 2:
Lorena permanece sentada en el Tren Urbano rumbo a su casa. Al verla sola, se le acercan tres hombres que le examinan el cuerpo de rabo a cabo:
-Que linda estás chula.
-Que ojitos lindos tienes.
-¿Tú tan linda y sola?
Ante tanta pregunta cliché, Lorena les responde con autoridad:
-¿A ustedes no les da bochorno? ¿No se dan cuenta que eso molesta? Si los ignoran es porque no quieren nada con ustedes.
Sin ton ni son, los tres se disculparon y se bajaron en la próxima parada del tren.
Escena 3:
En esta escena no hay diálogo, solo un corillo de hombres con aspecto rudo en una barra en Fajardo y un grupo de rockeros al otro lado de la barra. Con la precisión de un cuervo al cazar su presa, el más rudo del corillo de los rudos se acerca con la mirada fija hacia su presa, la única rockera en el grupo de los amantes al heavy metal. Sin hablar, le agarra una nalga a la chica y vuelve a su nicho de hombres. Satisfecho, el rudazo es felicitado por su corillo.
Escena 4:
Noemí y su amiga Samaris van distraídas corriendo en la pista de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo. Sudorosas y despeinadas, comienzan a hacer sus estiramientos finales. Al otro lado de la pista, un señor de algunos 60 años se mantiene estacionado a un extremo de la pista desde que llegaron las chicas. Con el miembro hacia afuera, el vetusto se mantuvo masturbándose como si no hubiese fin. Ambas también corrieron como si no hubiera fin.
Consejos y recomendaciones
Para la escritora y poeta Mayra Santos Febres, quien a través de sus obras literarias denuncia la violencia que se ejerce hacia la mujer en Puerto Rico, los piropos crudos y callejeros se deben, en gran parte, a la manera en que la sociedad mira a las mujeres en la Isla.
Por dar un ejemplo, Santos Febres criticó las “soluciones” que se les da a las mujeres para evitar el acoso al salir a la calle. “Si sales a la calle, que sea con un hombre, para que no te acosen. Si estás en la calle a altas horas de la noche y te atacan, es porque es culpa tuya, de la mujer cerrera, de la calle, de la vida, que no acepta su casa como castillo de protección y prisión autoimpuesta”, apuntó la escritora.
La profesora de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico aconseja desenmascarar al acosador pero, sobre todo, le recomienda a toda mujer salir a la calle y no dejar de buscar sus propias riendas solo porque alguien nos acosa hasta el terror del margen.
Por otra parte, la revista para mujeres Bust, enumera algunas recomendaciones útiles para defenderse de ese acoso callejero y crudo que ninguna quiere digerir. A continuación algunas de ellas:
1. Sé firme- Háblale claro y directo a los ojos. Dile que lo que está haciendo no está bien y que tienes derecho a reportarlo ante la ley como acoso sexual.
2. Sigue tu camino- Piérdete de su vista. Sigue caminando hasta un lugar donde hayan personas que puedan ayudarte.
3. Responde directamente- Manteniendo siempre la calma, demuéstrale en público que su actitud te incomoda. Sin usar la violencia, trata de avergonzar al acosador: afirmar en voz alta que su comportamiento es grave y probablemente ilegal.
4. Toma una foto o graba un vídeo- Si la situación se complica más, puedes guardar una foto o un vídeo como evidencia.
5. Si todo falla, delega- Corre hasta encontrar alguna fuente de autoridad como un guardia de seguridad o algún conductor estacionado por el área.
_________________
Los seudónimos en itálico se utilizaron para proteger la identidad de nuestras fuentes.