En Puerto Rico pocos podemos olvidar los problemas que hemos tenido con el suministro de agua potable cuando no llueve abundantemente. Recordarnos de las filas de gente con cubitos para agua y los racionamientos debe ayudarnos a entender que el agua es un precioso recurso del que no podemos abusar. Y aunque no han habido racionamientos de agua en nuestra historia reciente, sólo es cuestión de tiempo cuando un clima más seco y cálido nos haga desempolvar los famosos cubitos y palanganas. Este problema del agua no es único en Puerto Rico. Segun estudios recientes, actualmente un 50 por ciento de la población global no cuenta con sistema de alcantarillado, y un 20 por ciento no tiene acceso a agua potable. Se espera que la cifra de personas sin acceso a agua limpia suba a un 50 por ciento en menos de dos décadas. Según la Organización de las Naciones Unidas, hay tres razones por las que el agua potable debe ser considerada por todas las naciones del mundo como un derecho humano básico. Primero, asegurar el acceso al agua potable reducirá enfermedades como el cólera, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la diarrea. Segundo, los pobres sufrirán si se sigue privatizando la distribución de agua, como ha pasado en varios países. Si el agua se considera un derecho, nadie te puede cortar el servicio por falta de pago. En tercer lugar, el cambio climático es una realidad que provocará escasez de agua en muchos países. Es necesario que los gobiernos planifiquen maneras de conservar el agua y de distribuirla equitativamente, independientemente de la clase socioeconómica. Dado su esencial rol en la salud, en la economía y en la supervivencia de nuestra especie, el acceso al agua potable no debe ser un privilegio de los pudientes y sí un derecho de todos. Como dice el refrán, un vaso de agua no se le niega a nadie… Para más información, puede acceder a: www.cienciapr.org.