¿Cómo es posible que en el Caribe haya surgido la primera república independiente de América, Haití, y al mismo tiempo sea el lugar donde más colonias hay actualmente?, se preguntó el sociólogo Armando Lampe.
“Esa es la contradicción del Caribe”, aseguró Lampe, quien posee una larga trayectoria como investigador de los procesos sociales y políticos del Caribe, donde hay una gran cantidad de territorios bajo el dominio de Holanda, Francia y Estados Unidos.
Sobre este tema, el investigador, natural de Aruba, ofreció recientemente una conferencia en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. El coloquio Nuevas interrogantes sobre el proceso de descolonización en el Caribe, específicamente en el Caribe holandés formó parte del ciclo de conferencias caribeñas que se ofrece anualmente en la institución.
Según Lampe, a pesar de que en 1954 las islas holandesas dejaron de ser colonias ante los ojos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y emprendieron caminos –divergentes- hacia la independencia, hoy, no son independientes.
En el caso de Borinquen, el investigador insistió en que “la situación política de Puerto Rico es diferente” por estar bajo la tutela de Estados Unidos. Sin embargo, esta isla comparte muchas semejanzas en los procesos políticos e históricos con las islas vecinas.
Un proceso de descolonización interrumpido
Por más de 25 años Lampe ha utilizado el concepto de “descolonización interrumpida” en el Caribe holandés en sus publicaciones y conferencias para explicar la realidad política de estos territorios.
“Para la ONU, una colonia termina el proceso de descolonización cuando es independiente políticamente; cuando es una nación con voz y voto dentro de la ONU o cuando la colonia opta por integrarse a la madre patria”, explicó Lampe.
El doctor en Ciencias Sociales y Culturales indicó que actualmente Aruba, San Martín y Curacao poseen un gobierno autónomo. En cambio, Saba, Bonaire y San Eustaquio optaron por integrarse a la madre patria. No obstante, Lampe entiende que el coloniaje en estos territorios no se ha terminado.
Saba, Bonaire y San Eustaquio iniciaron hace seis años un proceso de integración a la madre patria. Según el investigador, “lamentablemente, allí tampoco se finalizó el proceso de descolonización” porque sigue habiendo una distinción entre los ciudadanos de primera y segunda categoría.
Lampe comentó que los isleños no tienen el mismo sistema de pensión, ni el mismo sistema de seguro social, ni subsidios de desempleo, ni atención médica, ni el mismo salario mínimo que el resto de los ciudadanos de Holanda.
En el caso de los territorios autónomos, el retraso de la llegada de la independencia se debe a que los países no han ganado la autonomía económica necesaria para separarse de Holanda. Por eso, desde el 2010 en Curacao y San Martín existe una Comisión de Control Financiero. Esa misma entidad se estableció en Aruba en el 2015.
El sociólogo afirmó que la imposición de esta comisión representa una pérdida de autonomía para estos países y que, incluso, “algunos autores hablan sobre la comisión como una recolonización por parte de Holanda”. La función de este cuerpo es similar a la que tiene la junta de control fiscal en Puerto Rico.
“Holanda no quiere más colonias”
Antes de 1873, las islas holandesas en el Caribe fueron centros de tráfico de esclavos. Holanda fue uno de los grandes comerciantes internacionales de esclavos. Por eso, Lampe considera que con la abolición de la esclavitud “esas islas perdieron importancia económica para Holanda”.
Desde 1970, “Holanda ha querido desprenderse de la imagen de un país colonizador, pero no lo han logrado porque las poblaciones no han querido la independencia”, comentó Lampe.
Añadió que “con el triunfo de Trump en Estados Unidos se nota que la derecha extrema antiextranjero y antimigrante está tomando poder en Holanda también y eso ha fortalecido las voces que dicen ‘ya no queremos tener colonias en el Caribe’”.
Sin embargo, Lampe destacó que “la iniciativa [para obtener la independencia] tiene que venir de las colonias, no puede venir del país colonizador porque este tiene una deuda con esos países”.
Siendo así, Lampe entiende que el proceso de independencia está lejos de concluir en estas colonias ya que sus habitantes no la están impulsando a través de un movimiento político.
¿Esto quiere decir que los ciudadanos no quieren ser independientes?, preguntó Diálogo.
“El pueblo va inventando sus formas de resistencia anticolonial que no necesariamente es a través de un movimiento político”, sostuvo, a la vez que argumentó que los ciudadanos tienen miedo de ser independientes porque no confían en sus gobiernos locales y no quieren ser pobres como Haití.