En una Isla donde las manifestaciones son verbenas y casi “bebelatas”, donde las injusticias pasan y son muchas veces ignoradas día a día, tuvo que llegar una ola de despidos masivos de cerca de 17 mil empleados públicos, para que la indignación oliera a huevo, podrido. Y es que la desesperación salió de Medio Oriente, y ya no es un periodista irakí el que le tira un zapato a un mandatario norteamericano, sino es aquí, en Occidente, donde un puertorriqueño le lanzó un proyectil de angustia a Luis Fortuño. El hombre, identificado como Roberto García, es un ex empleado de la Base Naval Roosevelt Roads y tiene cinco hijos. Mientras el Gobernador anunciaba una inversión de $8.2 millones en el terminal de lanchas de Fajardo y mencionaba cómo esta iniciativa crearía nuevos empleos, García se levantó y lanzó un huevo hacia el primer ejecutivo, a la vez que gritaba: “charlatán”, “tú lo que eres es un abusador”, “hipócrita, ¿cómo te atreves a hablar de empleos si le estás quitando el trabajo a todo el mundo?”. Este suceso del “huevazo” tiene una gran carga simbólica, según el catedrático de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Mario Roche. “García representa con su acto el sentir de miles de puertorriqueños que, probablemente , no nos hubiéramos atrevido a lanzar el huevo pero que sentimos lo mismo que él”, señaló. El experto en comunicaciones explicó que el clima en la Isla se ha tornado en uno de gran alarma social, crispación y tensiones como consecuencia de la determinación de despidos masivos. “El clima es uno, para muchos de nosotros inédito, que nunca lo habíamos experimentado, y está llevando a reacciones que en el caso puertorriqueño no eran usuales. Aquí, prácticas sociales en las que tú manifiestes una oposición o unas contradicciones, a una combatividad a tal extremo, no es lo típico”, indicó Roche. A minutos de este incidente, frente a la casa del Gobernador se vivieron momentos de histeria y violencia entre la Unidad de Operaciones Tácticas de La Policía y manifestantes. La Policía derrumbó a fuerza de empujones y macanas el Campamento de la Diginidad y la Vergüenza que habían montado líderes sindicales frente a la Fortaleza. Protesta que comenzó cuando cuatro obreros se encadenaron, esta mañana, para evitar el paso a la mansión ejecutiva. Tanto manifestantes como periodistas salieron golpeados por el encontronazo, entre estos, la reportera del periódico Primera Hora Mariana Cobián, quien cayó al suelo y quedó pillada con uno de los postes, en el momento en que la Fuerza de Choque trataba de desmantelar el campamento.
Uno de los líderes síndicales denunció en entrevista radial que “se desquitaron con nosotros que estábamos en una protesta pacífica. Han comenzado a atropellar ciudadanos y periodistas, cortando cadenas como si fueran animales. Estos robots que están aquí no hablan con la prensa y lo único que hacen es tirar macanazos.” Esta situación ocurría mientras Fortuño hacia un llamado en entrevista radial a la no violencia , luego de que García lanzara el huevo durante la rueda de prensa. Asimismo, entre ayer y hoy, fueron reportadas tres amenazas de bomba en diferentes edificios gubernamentales alrededor del País. Por otro lado, cuando en Fajardo la Policía se llevaba arrestado a García, este gritaba “me van a matar” y “Fortuño te van a matar”. Por lo que, cabe preguntarse en el contexto de brutalidad policiaca que se ha estado viendo estas últimas semanas, ¿Qué va a pasar ahora con García? ¿Qué le harán luego de detenerlo? Roche insistó en que la prensa debe estar “bien pendiente de lo que ocurre con este señor, que no se le aplique un castigo ejemplar, en aras de imponer el miedo y el silencio, en un momento en el cual la gente siente, aparentemente, una gran necesidad de expresar su rechazo, e impedir más acciones en repudio a esta determinación. No obstante, en torno a las expresiones emitidas por el mandatario, cuando dijo que la prensa lo había dejado solo, por lo que no tenía nada que decir, Roche explicó que estos señalamientos dan margen a muchas interpretaciones del estado mental en el cual se encuentra el gobernante tras tomar la decisión de despedir a 16,970 personas. Además, puede llevar a un análisis sobre la preocupación del Primer Ejecutivo sobre las representaciones que hace la prensa acerca de sus políticas, y como esto puede abonar al desarrollo de una opinión negativa en relación con su gestión administrativa. Queda preguntarse si Fortuño después del “huevazo” podrá, entonces, recobrar el sueño.