El humor y la ironía, esos hermanos gemelos que han paseado por las páginas que ha escrito, se subieron al podio anoche en esta ciudad del Caribe en la voz de Alfredo Bryce Echenique, en un “performance” que culminó con aplausos delirantes durante la conferencia magistral que dictó el laureado escritor peruano como parte de la oferta cultural del Festival de la Palabra de Puerto Rico. El autor de “El huerto de mi amada” inició su conferencia con las luces apagadas, situación que aprovechó para establecer el tono y el ritmo de su locución, al decir casi con una carcajada que “era la primera vez que dictaba una conferencia sin poder ver el público”. Al encender las luces, comentó que a partir de ese momento era posible que la luz no lo dejara ver el texto, y comenzó a seducir a los asistentes al Teatro Tapia de San Juan con su voz de barítono cansado y su prosa del humor más afinado y la ironía que enternece al más despistado y triste de los lectores. Bryce Echenique, cuya narrativa transita entre el humor y la ironía, presentó un mapa de ruta en el que recreó un viaje por el mundo del humor, en el que citó a Charlie Chaplin junto a Buster Keaton así como “La memoria de fuego” de Eduardo Galeano, para detenerse en Borges, cruzar frente a Cortázar y congelar la figura de Max Aub “como aquel francés que quiso ser español” y “lo logró para desdicha suya”. Seleccionó el 1690 como punto de partida, cuando Sir William Temple dijo que “el humor es un invento inglés”, frase que pegó tanto que hasta autores de un sentido fino del humor y la ironía como Cortázar llegó a repetir una frase similar al indicar que “la madurez nacional, supongo, nos llevará a comprender por fin que el humor no tiene por qué seguir siendo un privilegio de los anglosajones y de Borges o Adolfo Bioy Casares”. Para el autor peruano, el humor está ya en todas partes y en sus más variadas y diversas formas. “Lo importante, en todo caso, es descubrir su mecanismo y cómo éste puede llevarnos al terreno de lo sarcástico y lo cruel, como en Quevedo, y de lo sonriente, tierno e irónico, como en Cervantes, sobre todo en El Quijote”. Sin embargo, puntualizó que “la ironía, con ser reveladora y sutil, puede llegar al realismo extremo, y hasta ser tan fina como demoledora”. Luego recordó que Quevedo caricaturizó “con crueldad al cojo, al tuerto, al calvo, al manco o al jorobado, y la parte satírica de su obra, por más ingeniosa que sea, se convierte en un verdadero catálogo de las posibilidades de la burla y el escarnio, que puede llegar incluso a la más canalla delación”. Bryce Echenique subrayó que el humorismo, “sobre todo la ironía, consiste en el sentimiento de lo contrario, suscitado por la especial actividad de la reflexión que no se oculta y convierte en una forma del sentimiento, sino en su opuesto, aún siguiendo paso a paso a ese sentimiento como la sombra sigue al cuerpo”. En un momento dado, Bryce Echenique detuvo la conferencia hasta que no le llevaran agua, gesto que hizo reír a carcajadas a los asistentes, hasta que bajó su mirada y encontró el vaso que habían colocado para que refrescara su garganta. Continuó, y echó mano de Milan Kundera, quien a su vez rescató una frase de Octavio Paz, en su libro “Los testamentos olvidados”, al reiterar que “ni Homero ni Virgilio conocieron el humor; Ariosto parece presentirlo, pero el humor no toma forma hasta Cervantes, el humor es la gran invención del espíritu moderno”. El Salón Literario Iberoamérica en Puerto Rico, bajo la dirección de la escritora Mayra Santos Febres, organiza el Festival de la Palabra, el cual comenzó el pasado martes y se extiende hasta el domingo en el Cuartel de Ballajá, Viejo San Juan. Para más información puede visitar nuestra página web www.festivaldelapalabra.net.