
El juez de New Hampshire, Paul Barbadoro, fue una pieza clave para el veredicto de no culpabilidad en el caso federal contra el ex gobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá. Así opinó el único puertorriqueño en el equipo de abogados de la defensa, Harry Anduze durante un conversatorio realizado en la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana (UIPR), titulado “Anatomía de un Juicio”. El ex gobernador era acusado por cargos criminales relacionados a conspiración para violar las leyes federales que regulan las contribuciones a campañas políticas. Acevedo Vilá se exponía a 20 años de prisión. Un jurado de doce puertorriqueños determinó por unanimidad la no culpabilidad del ex presidente del Partido Popular Democrático. El conversatorio efectuado el pasado martes, estuvo moderado por el profesor Julio Fontanet. Los panelistas fueron: el profesor de la Facultad de Derecho, Enrique Vélez y el abogado Anduze. “Barbadoro nos permitió que interrogáramos a todos los potenciales jurados con el fin de crear un perfil de todos ellos y poder seleccionar a un gran jurado que ejecutara sus funciones justamente. Así no es como funciona este distrito en Puerto Rico”, indicó Anduze. Con este interrogatorio, la defensa pretendía identificar a los activistas políticos, los familiares de algún empleado federal, entre otras personas que se pudieran encontrar prejuiciados. Por su parte, Vélez señaló que en el Distrito federal de Puerto Rico los abogados no participan en la selección del jurado, y que tampoco hay un intercambio de preguntas ni de contactos con excepción de este caso. “El juez decía que él estaba haciendo esto porque así era que se llevaban a cabo los casos en su casa (New Hampshire). Así era que resolvían los casos los verdaderos americanos”, indicó Anduze. Además, opinó que ni en Estados Unidos ni en New Hampshire existe la presunción de que el gobierno federal debe ganar el caso, y que por el contrario ésta es la premisa que prevalece en Puerto Rico. Relató que Barbadoro le indicó a las partes que no iba a desestimar todos los cargos porque éste era un caso que tenía que resolver el jurado. El también ex presidente del Colegio de Abogados, indicó que los periodistas se quejaron de haber sido excluidos del proceso de selección del jurado. Sin embargo, a los abogados de la defensa les preocupaba que los testigos se sintieran cohibidos en el interrogatorio por la presencia de la prensa, a pesar de que solamente habían tres periodistas en la sala. “A los periodistas no le importaba el proceso de la selección de jurado, sino la chismografía por lo que el público nunca vio publicada una nota sobre la transcripción del interrogatorio de la selección de jurado ni nada al respecto”, mencionó Anduze. Sin embargo, medios de prensa escrita publicaron notas sobre la selección del jurado basadas en las transcripciones que estuvieron disponibles posterior al proceso judicial. Otra de las preocupaciones de este defensor legal era la exclusión de potenciales jurados por falta de dominio del idioma inglés. A su juicio, esa exclusión no era necesaria porque la mayoría de los testigos declararon en español o tenían intérpretes. “El único momento en el que el jurado tomaba la palabra era en el momento de la deliberación, y lo hacían en español. La utilización del idioma inglés fue un acto discriminatorio a favor de la fiscalía para segregar a los buenos puertorriqueños sobre el trabajo que debían realizar justamente”, expresó el abogado. Durante el conversatorio, organizado por la Revista Jurídica y el Consejo de Estudiantes de la Facultad de Derecho de la UIPR, los panelistas hablaron sobre las alegadas intimidaciones de los agentes federales hacia los potenciales testigos y de cómo éstos supuestamente alteraron sus declaraciones para lograr su cooperación. El abogado del caso de Acevedo Vilá indicó que, “los testigos señalaron que los resúmenes de sus declaraciones (ante agentes federales) no eran lo que ellos habían dicho, sino que habían sido trastocados”. La Fiscalía federal utilizó informes de agentes sobre entrevistas a testigos. Anduze teorizó que el resumen presentado por los agentes no es el verdadero testimonio de las personas entrevistadas, sino la interpretación del agente con relación a lo que se dijo. Sobre este particular, el profesor Vélez apuntó que el agente es el encargado de hacer las inferencias y es el que emite las conclusiones. Como uno de los ejemplos de presiones indebidas, Anduze mencionó el caso de la co acusada Luisa Inclán Bird, ex ayudante de Acevedo Vilá. “A Luisita le ofrecieron lo que ella quisiera a cambio de que acusara a Aníbal Acevedo Vilá. Le dijeron que si ella no iba a cooperar la iban a acusar, y ella respondió que sí quería cooperar, pero que no estaba dispuesta a mentir. Los federales intimidan a la gente porque tienen el poder de impunidad que les da la corte federal”, exclamó Anduze. En cuanto a la estrategia de la defensa de no presentar testigos, Anduze indicó que fue una decisión difícil. Explicó quelos abogados norteamericanos, Thomas Green y sus colegas, nunca habían presenciado un caso en el que no se presentara evidencia. “Esa decisión se tomó el día antes de avisarle al juez que no presentaríamos evidencia, sin embargo los abogados norteamericanos entendían que con sus 20 testigos, tenían suficiente prueba para defenderse”, declaró Anduze. Indicó que fue el propio Acevedo Vila -por recomendación suya- quien decidió que no se presentaría ninguna prueba. Anduze opinó que no había prueba que vinculara directamente a Acevedo Vilá. Sin embargo, el profesor Vélez indicó que la defensa contra interrogó muy bien. El académico apuntó a que mediante el contra interrogatorio, la defensa encontró una manera hábil de presentar evidencia.