Hay que aceptarlo. Facebook es algo que forma parte ya de nuestras vidas. Nos guste o no, el Internet ya ocupa parte de nuestro día a día y esta red social es una parada habitual en nuestra navegación online. Ya sea para mantener el contacto con amistades lejanas, para informarse de eventos y de los cumpleaños de los amigos, para ver las fotos del “party” pasado, enterarse del bochinche de la vecina o simplemente para jugar con la granja virtual o alimentar a la “ciber mascota”, cuando el perro de verdad que tenemos en casa, la real, nos pide con ojos llorosos que abandonemos la computadora y juguemos con él. Incluso hay gente para la que esta página es una herramienta de trabajo. Castings para comerciales y películas, búsqueda de empleo, promoción de eventos, conciertos, mercadeo y publicidad de productos, etc. El reino virtual de Facebook se ha fusionado con el real.
Es por esto que ya han comenzado a aparecer ciertas manifestaciones artísticas y mediáticas reflejando lo que ocurre en este mundo cibernético. Músicos como la cantante Kate Miller-Heidke, quien en un concierto hizo una canción sobre los ex novios que piden “friend requests”; comediantes como el puertorriqueño Carlos Ambert, quien critica las aplicaciones destinadas para los momentos de ocio; figuras públicas como el reportero y activista político venezolano Orlando Urdaneta quien reprocha la existencia de las causas superfluas en la red social; así como varias canciones y videos que se han comenzado a rodar por Youtube en el que se parodia la manera en que Facebook ha modificado nuestro estilo de vida.
Pero ahora se ha dado a conocer una nueva canción sobre esta red social y se ha convertido en todo un hit. El tema “No te metas en mi Facebook”, del hasta ahora desconocido cantautor colombiano Esteman, ha alcanzado gran popularidad gracias a su distribución por medio de la web 2.0. En su canción, el bogotano comenta la forma en la que todos nos enteramos de los melodramas de pareja por medio del “wall”, la manera en la que decimos que asistiremos o no a los cientos de eventos que nos llegan y la influencia de Facebook en nuestra vida.
La letra de la canción es divertida, así como lo ha sido la lírica de las parodias anteriores, mas la diferencia entre este video y sus predecesores radica esencialmente en tres puntos. En primer lugar, la melodía pegajosa y movida que hace que se quede en tu mente, en segundo lugar los altos valores de producción que tienen la musicalización del tema y el video en sí, cosa de la que hasta este momento, no había gozado ningún otro. En tercer lugar tenemos el elemento que creo que hace de este video un favorito instantáneo: “la honestidad”. Esteman habla de cosas que realmente ocurren en nuestra cotidianidad “facebookeana” pero desde el punto de vista de alguien que también la vive. No se acerca a la red social con la altanería y la prepotencia distanciada de aquellos que critican el uso de la página, sin aceptar que ellos también están inmersos en ella y que a ella le deben la distribución de su manifestación. Esteman, por el contrario, no juzga al usuario de Facebook sino que alude a nuestra interacción con esta página, para hacernos reír con su jocosa representación. El cantante colombiano ha aceptado que esta red social llegó para quedarse y que a pesar de que muchos se oponían a esto, ahora forma parte de nuestra sociedad, de la misma manera que ocurrió con el teléfono celular, las computadoras, el Internet mismo y todos los adelantos tecnológicos.