Por: Cristian Arroyo y Christian Ibarra
#TBT (9 de febrero de 2011, UPR-RP). La Torre es sombra y ahí -y solo ahí- descansa la tarde. Estudiantes y profesores rayan la sombra, inscriben en ella la rabia trenzada a algo que se parece demasiado a la libertad. Entonces irrumpen los zafios en uniforme. Un estudiante ahora yace en el suelo, arrestado por defender con colores una causa noble: la universidad, aquella sombra. A macanazos en los cuerpos y gas pimienta en los ojos sembraron el pavor y la impotencia. Cicatrices que acaso aún hoy palpitan. Ese joven estudiante, arrestado por convicciones que trascienden la academia, ahora no cuenta con la mano de su amiga. A ella la reprende un hombre. Se llama Ley y Orden. Seis pies de estatura, doscientas libras de fritanga y guapetonería. Él porta chaleco antibalas, macana y pistola. Ella, una cartera donde hacer espacio para guardar el miedo. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)