El 30 de abril se celebró el Día Internacional del Jazz, una iniciativa encabezada por el compositor e intérprete estadounidense Herbie Hancock y respaldada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés). El plenario de Naciones Unidas fue el centro del homenaje mundial a ese género musical universal.
El jazz ha tenido a lo largo de los años un impacto importante en decenas de países, “ha sido la voz de la libertad en muchas naciones en el último medio siglo”, explicó Hancock. Desde que fue nombrado embajador de Buena Voluntad de la UNESCO en 2011, el compositor norteamericano no claudicó en su empeño de festejar en grande al género y su propuesta contó con el apoyo de los 195 miembros de la (UNESCO).
En palabras de la directora general de la UNESCO Irina Bokova, cada 30 de abril será una fecha para que las personas de todo el mundo puedan aprender más sobre el arte del jazz, sus raíces y su impacto. La fecha fue elegida coincidiendo con el último día del mes de la Apreciación del jazz en Estados Unidos, y busca realzar la histórica influencia de ese género musical, su papel en la relación entre los pueblos y como herramienta educacional y de estímulo a favor de la paz, la unidad, el diálogo y la cooperación.
Desde sus raíces en la esclavitud, esta música ha enriquecido una voz apasionada contra todas las formas de opresión, con el lenguaje de la libertad, tan significativa para todas las culturas, afirmó Bokova. La búlgara destacó cómo el jazz a lo largo de los años ha cruzado fronteras con su lenguaje de libertad, y ha sido una fuerza de transformación social positiva.
Este género, dijo, refleja la diversidad del mundo. El jazz es una música de creatividad ilimitada. Combina composición e improvisación y se renueva cada vez que se toca, apuntó el director de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe Herman Van Hooff.
Al argumentar sobre las razones de la proclamación del Día Internacional del Jazz, Van Hooff destacó que “a todo lo largo de su historia, ese género ha sido una fuerza de transformación social positiva y sigue siéndolo hoy”.
“Habla un lenguaje de la libertad que es comprensible por todas las culturas, coincidiendo con los objetivos que se ha fijado la UNESCO en todos sus esfuerzos por tender puentes de diálogo y entendimiento entre todas las culturas y sociedades”.
El pianista y compositor estadounidense Arturo O’Farrill calificó al jazz de espíritu de la innovación y el secreto más bello del mundo en la búsqueda de la alegría. Invitado al 27 Festival Internacional Jazz Plaza de La Habana 2011, el músico precisó que la historia de este género no ha terminado porque aún “no hemos logrado entender la música africana”.
Para celebrar el Día del Jazz, -desde París, a Nueva York, desde Argel a Montevideo-, algunos de sus mayores exponentes se unieron en descargas y conciertos auspiciados por la organización cultural de Naciones Unidas y el Instituto de Jazz Thelonious Monk, dirigido por Hancock.
En París la fiesta comenzó el 27 de abril con clases magistrales y talleres de improvisación, y culmino con un espectáculo en el que Hancock acompañó a otras figuras como la brasileña Tania María y el surafricano Hugh Masekela. La cuna del jazz, Nueva Orleans, vistió sus mejores galas para acoger en la explanada de la plaza Congo Square el festival Jazz and Heritage, protagonizado por Terence Blanchard, Ellis Marsalis y doctor Michael White, por solo citar algunos.
Hancock se desdobló en varias descargas, una de ellas en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, que tuvo entre sus anfitriones a los actores Morgan Freeman, Robert De Niro, Michael Douglas y al músico Quincy Jones. El plenario de la Asamblea General acogió una inolvidable reunión dedicada a conmemorar por primera vez en la historia el Día Internacional del Jazz. Se habló un solo idioma y se escuchó un mismo lenguaje, sin confrontaciones, reclamos ni hegemonismos.
No hubo discursos de jefes de Estado, primeros ministros o cancilleres. Ni siquiera del secretario general de la ONU, quien se encuentra en uno de sus constantes viajes por el mundo. En la pista una pléyade de estrellas en pleno fulgor: Hugh Masekela (Suráfrica), Romero Lubambo (Brasil), Danilo Pérez (Panamá), Cándido Camero (Cuba), Richard Bona (Camerún), Angelique Kidjo (Benin) y Eli Degribi (Israel), entre otros.
Y la constelación de norteamericanos fue de lujo: Herbie Hancock, Tony Bennett, Stevie Wonder, Chaka Khan, Wynton Marsalis, Christian McBride, Dianne Reeves, Bobby Sanabria, Wayne Shorter, Esperanza Spalding, Dee Dee Bridgewater y Jimmy Heath.
Fuente Bolprees