La elección de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos ha disparado las alarmas, tanto en su país como alrededor del mundo.
Las razones para ello son múltiples, ciertamente algunos de los planteamientos que realizó el controvertible empresario a lo largo de su campaña respecto a lo que serían sus prioridades en el tema de política exterior se encuentran cerca del tope de la lista.
Por ejemplo, su fuerte oposición al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA, por sus siglas en inglés), con vigencia desde 1994, y al Acuerdo Transpacífico (TPP), que aún espera por la ratificación de sus 12 signatarios, incluyendo a Estados Unidos, ha creado preocupación en los mercados que forman parte de estos convenios.
Sin embargo, es importante recordar que tanto este como otros asuntos son más complejos de lo que Trump los puede haber hecho parecer durante la campaña presidencial.
Es decir, el magnate de bienes raíces no podrá hacer cambios extremos de política internacional de un simple plumazo. Alterar políticas internacionales no será tan fácil como decirle “you’re fired” a los concursantes de su antiguo programa de televisión The Apprentice.
Y por increíble que parezca, algunas de sus posturas podrían resultar beneficiosas dentro del panorama internacional.
Ese sería el caso de las tradicionalmente convulsas relaciones entre Estados Unidos y Rusia, a juicio del internacionalista Efraín Vázquez Vera.
A su entender, un mejoramiento en la relación entre estas dos potencias –escenario que luce viable debido a los aparentemente cordiales vínculos entre Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin– pudiera resultar en una alianza militar que pusiera fin al peligro mundial que representa el terrorismo promovido por el Estado Islámico.
“De todo lo que ha planteado Trump en política exterior, quizás en lo único que ha acertado es en ese discurso de querer acercarse y lograr una mayor colaboración con Rusia. Yo no tengo dudas de que una alianza militar rusa y norteamericana pondría en jaque en poco tiempo al Estado Islámico, lo que es algo positivo”, aseguró Vázquez Vera, aunque admitió que Trump puede resultar “impredecible”, lo que dificulta la posibilidad de especular con un mayor grado de certidumbre la dirección que tomarán sus posturas y políticas.
La influencia rusa asimismo pudiera salir a relucir en el esfuerzo por mantener a flote el acuerdo que las principales potencias del mundo –que incluye a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Gran Bretaña), además de Alemania y la Unión Europea– alcanzaron con Irán sobre el tema de las armas nucleares.
Irán acordó limitar los avances en su programa de armamento nuclear a cambio de que se levantaran las sanciones económicas que pesaban en su contra, un pacto que Vázquez Vera indicó fue ampliamente aplaudido alrededor del mundo pero que Trump ha censurado. Es precisamente por la complejidad del acuerdo que el académico ve difícil que el presidente electo pueda impactarlo negativamente, al menos de entrada.
“De lo que estoy seguro es de que si Irán no cumple con alguna de las estipulaciones del acuerdo, Trump no le daría una segunda oportunidad. Al primer fallo que haga Irán podemos dar el acuerdo por muerto”, advirtió Vázquez Vera.
Para el pasado rector de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, Trump ha sido lo suficientemente vago al manifestar sus posicionamientos hacia ciertos temas que tendrá cierta flexibilidad al momento de tomar decisiones como mandatario.
Un ejemplo de ello serían sus expresiones hacia lo que debe ser el papel de Estados Unidos dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la alianza militar que incluye a 28 países de Norteamérica y Europa.
Trump ha revelado públicamente su molestia respecto al peso económico que Estados Unidos ha cargado dentro de esta organización, denunciando que muchos de los miembros han fallado en cumplir con sus cuotas, pero según Vázquez Vera, no ha delineado específicamente cuáles serían los pasos a tomar.
“Trump al parecer es muy respetuoso del tema de seguridad, y una vez se reúna con sus generales e identifique los problemas que tiene su administración con la OTAN y se le presente a la organización y los demás países creo que pueden haber acuerdos y compromisos que eviten cualquier otra acción más drástica como replantearse el acuerdo o hasta salirse de la alianza”.
“Salirse [de la OTAN] va tan en contra de los intereses norteamericanos que es impensable que se haga”, apuntó el catedrático.
Tratados comerciales
De la misma forma, Vázquez Vera tampoco vaticina transformaciones extremas en los acuerdos comerciales ya suscritos por Estados Unidos, como sería el caso del NAFTA, que además incluye a Canadá y México.
“En todo caso [Trump] planteará una revisión de los acuerdos. Lo mínimo que va a hacer es revisar los acuerdos que el país ya tiene suscritos”, dijo el diplomático, recordando que Estados Unidos no puede alterar las estipulaciones de los acuerdos unilateralmente.
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El internacionalista Efraín Vázquez Vera cree que Estados Unidos no firmará ningún tratado de libre comercio en los próximos cuatro años. (Archivo)
Por otro lado, Vázquez Vera no cree que el TPP, acuerdo que ya Estados Unidos firmó, sea ratificado bajo esta administración, lo que dejaría al país norteamericano fuera del convenio del que forman parte otras 11 naciones, entre ellas Japón, México, Chile y Australia.
“Todo esto es una amenaza a la estabilidad económica y social de los socios de Estados Unidos en estos acuerdos. Es una amenaza que puede crear desempleo e inestabilidad, y un efecto dominó que en el peor de los casos no es nada agradable para estos países”, añadió Vázquez Vera.
Otro de los detalles poco agradables de la presidencia de Trump es su rechazo a la amplia evidencia científica sobre los efectos del cambio climático.
Vázquez Vera apuntó a la presión pública tanto dentro como fuera de Estados Unidos como la estrategia a seguir para evitar lo que sería una “tragedia” de grandes proporciones, en caso de que el gigante norteamericano optara por incumplir con los acuerdos internacionales respecto a la necesidad de preservar el medioambiente.
“Eso del cambio climático implica unos controles que algunos entienden que afecta el sistema productivo estadounidense, y Trump representa a ese sector”, indicó Vázquez Vera.
“Por otra parte, si Estados Unidos no cumpliera, el poco prestigio que le queda terminaría por el piso y no podría por buen tiempo proyectarse como esa voz de democracia, libertad y de derechos humanos que históricamente ha jugado”.
Cuba y Puerto Rico: las excepciones
Vázquez Vera considera que Estados Unidos ha demostrado un particular desinterés en los temas de América Latina posterior al periodo de la Guerra Fría, y no cree que bajo la administración de Trump esa tendencia vaya a cambiar, con dos curiosas excepciones: Cuba y Puerto Rico.
Si bien es cierto que Trump ha insinuado que detendría el proceso de acercamiento a la mayor de las Antillas, este es uno de los asuntos en los que ha demostrado inconsistencias en los últimos años.
Y Vázquez Vera anticipa que, más allá de los posturas de campaña, el acercamiento entre las dos naciones, en última instancia, continuará su rumbo.
“El sector empresarial en Estados Unidos le va a explicar a Trump muy bien la importancia de continuar con esa apertura y de que Cuba se abra a las intenciones norteamericanas, aunque él continúe con su retórica antagónica al gobierno de los Castro”.
En cuanto a la otra ala del pájaro, el profesor universitario planteó que ya Estados Unidos ha comenzado un proceso –si bien atropellado y antidemocrático– de descolonización.
“Todas las acciones de Estados Unidos se han hecho con la intención de hacer evidente una situación colonial, esperando que los puertorriqueños sean los que se muevan a solicitar la descolonización de una forma más enfática. No veo a Estados Unidos manifestando de forma unilateral ese deseo de descolonizar porque tendría un costo político al partido que esté en el poder”, expresó Vázquez Vera.
Esa descolonización, para Vázquez Vera, ya tomó una ruta irreversible: la soberanía.
“Siempre ha sido una quimera, un absurdo, la idea de la anexión y veo que con la administración de Trump se hace más evidente. Hasta puede ser que Trump sea el que de una vez y por todas elimine la opción de la anexión”.