Mientras el público aguardaba casi en silencio a que María I. Reinat Pumarejo terminara de adornarle la cabeza con un turbante africano a una mujer, irrumpió una pregunta tajante, certera, precisa y lógica en Puerto Rico, isla en la cual los rasgos negros están presentes en todos los elementos culturales.
Imprevistamente, entre el público se escuchó una voz: “…pero ¿y qué es ser negro?, ¿cómo uno sabe que es negro?”.
Reinat, vestida de rojo, explicó a los presentes sobre el significado de los turbantes. (Ricardo Alcaraz)
María dejó de trabajar con la colocación del turbante, trató de identificar de dónde provenía la voz y rápido invitó a cualquiera de los allí presentes que poseyera rasgos negros a que respondieran la pregunta. Por largos segundos un silencio abismal inundó aquel ambiente. Ya que nadie tuvo la iniciativa ni se atrevió a contestar, se levantó para expresarse Dominga Estrella Flores Anaya, una de las colaboradoras del Colectivo Ilé, organización antirracista que desde 1992 se dedica a presentar talleres y conferencias y a realizar trabajos comunitarios enfatizados en temas como: la integración de los conceptos raza, clase, nacionalidad y cultura; la lucha por una identidad política colectiva en una sociedad racializada; y el privilegio relativo del color de piel.
Muy segura de sí misma y con una actitud que evidenciaba el orgullo que siente de portar rasgos que la vinculan más con la raza negra, Dominga sostuvo que más que tener antepasados africanos, ella siente desde pequeña que algo la encaminó a sentirse negra. Continuó diciendo que posiblemente sus creencias espirituales la han dirigido por esas sendas, aunque afirma que un impulso la obliga a “sacar esto que se me mueve por dentro”.
La situación de que los puertorriqueños no puedan o no se atrevan a autodenominarse negros o a entender que tienen características que los emparentan con ese antepasado, clave en la época de gestación del puertorriqueño, está vigente en la actualidad y se manifiesta de diferentes maneras.
Precisamente, el Museo de Historia Antropología y Arte (MHAA) de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, para reafirmar la herencia africana y honrar el Día de la Abolición de la Esclavitud, organizó este pasado miércoles tres actividades que comprobaron la pertinencia de los temas raciales en el Puerto Rico de hoy día y también, a nivel internacional. La noche afrocaribeña: turbantes y bomba, como le llamaron a la segunda parte de las actividades, estuvo compuesta por la charla-demostración del Colectivo Ilé y por el espectáculo de bomba del grupo Trabuco.
A través de la estética femenina africana y de los turbantes usados para embellecer la cabeza, María Reinat Pumarejo quiso acercar al público a la discusión profunda del tema del racismo. Según esta experta en temas raciales, aquí en Puerto Rico se ha construido una noción de lo que debe ser una mujer bonita: aquella que tiene el pelo lacio, suelto y uñas largas. Continuó señalando que la publicidad ayuda a arraigar más esa construcción social debido a que promociona los productos que las mujeres deben comprar para embellecerse y a la mima vez, les vende esa imagen a los hombres. En esa concepción, generalmente, no está permitido el pelo rizo por considerarse “malo”, “grifo”, “difícil”.
Por otro lado, mientras continuaba demostratando diferentes maneras de colocarse un turbante, Reinat Pumarejo comentó que el concepto “raza” se formó a base de la interpretación de los blancos como más inteligentes, bonitos y de cultura superior. Apuntó, también, que en Puerto Rico está culturalmente establecido que las mujeres se ponen pañuelos en la cabeza porque tienen el pelo sucio, porque quieren esconder sus cabellos grifos o para realizar tareas domésticas. Es casi inconcebible que la mujer que decida ponerse un turbante esté respondiendo a sus creencias espirituales, a la representación de sus ancestros o al realce de su belleza.
María agregó que los currículos escolares del Departamento de Educación de Puerto Rico tienen que ver mucho con la permanencia del racismo en la Isla. Señaló que la enseñanza que los niños reciben sobre los negros está anclada en la esclavitud y se expresa a través de imágenes de negros arrodillados, encadenados y sufriendo. Esa es la realidad culturalmente aprendida en Puerto Rico. Si se quiere hacer un cambio radical en lo que al racismo respecta, estos temas deben trascender la Universidad, llegar hasta las escuelas y penetrar en la conciencia colectiva del pueblo puertorriqueño.
Raza y racismo en Puerto Rico y las Américas
“Si Shakespeare hubiese vivido 300 años después, hubiese tenido que cambiar su protagonista”. El catedrático del Departamento de Historia de la UPRRP, el doctor César Solá García, afirmó esto en algún momento del conversatorio titulado: Raza y racismo en Puerto Rico y las Américas. Este foro estuvo dirigido por el Dr. Solá horas antes de la exposición del Colectivo Ilé.
Esa cita de Shakespeare hacía referencia a Otelo, una de las obras escritas por este gran autor, protagonizada por un moro negro. Solá García utilizó este ejemplo para demostrar que durante los años de productividad literaria de Shakespeare, finales del siglo XVI y principios del XVII, no se había establecido una barrera racial e incluso la esclavitud no se definía por rasgos fenotípicos como el color de la piel.
Otro claro ejemplo de esa ausencia de pensamientos racializados, según el profesor, es lo que destaca el libro The Invention of the White Race del escritor Theodore W. Allen. En este libro se puntualiza que entre 1607-1676 no existía evidencia de que los blancos se autodenominaran blancos; así que el color de piel no era un rasgo identitario en la época.
El profesor César Solá García durante la conferencia. (Ricardo Alcaraz)
En esos años no había una ley oficial que impidiera el establecimiento de negros como conquistadores. Tal es el caso de Francisco Piñón, un negro ladino que en los comienzos de la conquista de América se dedicó a esclavizar a los negros e indios en Puerto Rico. Es esta época una de transición y de cambios de pensamientos puesto que a partir de 1518 comienzan a desaparecer los conquistadores negros, y desde entonces esta raza serviría solo para ser esclavizada. Desde este momento, comienza la vinculación entre el color de piel negra y la condición de esclavo, conceptos que en Puerto Rico aún son interpretados como sinónimos.
Racismo en Estados Unidos
El racismo es una construcción cultural no estática porque cambia dependiendo de la percepción de cada individuo y sociedad. Es un tema sin resolver, aunque ha ido evolucionando con los cambios sociales.
Según Solá García, en Estados Unidos, un país históricamente racista, las concepciones del racismo están transformándose. Para ejemplificar esta afirmación, el profesor comentó que en la década del ’80 Jesse Jackson, activista por los derechos civiles, se había postulado para las primarias presidenciales del Partido Demócrata. Este candidato, evidentemente negro, perdió las elecciones, a pesar del carisma que tenía y la aceptación de los ciudadanos, según planteó Solá García. Treinta años más tarde, Barack Obama ganó las elecciones del 2008 y fue reelecto en el 2012. En definitiva, esto ha significado un cambio en el racismo existente en los Estados Unidos.
Por otro lado, Hollywood, compañía mediática por excelencia de este país norteamericano, evidencia grandes cambios debido a que muchas películas recientes están protagonizadas por actores y actrices negros que incluso han representado el papel de Dios (Morgan Freeman en Bruce Almighty, 2003). Por eso, el profesor afirmó que ha habido un “aflojamiento” del racismo. Con eso no quiso decir que el racismo ha desaparecido, pero lo que sí quiso expresar es que ha presentado unos cambios significativos. Probablemente, en Estados Unidos ese debilitamiento se deba a que la composición demográfica actual es diferente.
Este tema se presta para debates, y debido a eso las personas en el público estuvieron atentas a las expresiones del catedrático y no perdieron oportunidad para manifestar sus ideas. Para contrariar la percepción del "aflojamiento", un participante del foro aseguró que el racismo está cada vez más presente, pero se está invisibilizando. Para él, el racismo es como el comején que pueda tener por debajo un mueble bonito.
La presencia africana en nuestra compleja mezcla racial se debe valorar y destacar. Luego de que llegaran algunas personas más a los predios del Museo, el grupo de bomba Trabuco puso fin a las actividades programadas. Con un energizante espectáculo que la noche contemplaba mientras se amistaban el sudor y las sonrisas blancas de los bailadores negros y mientras los movimientos de caderas, debajo de las coloridas faldas, acompañaron cada contacto producido entre las palmas de las manos y los cueros de los tambores, concluyó todo.